domingo, 29 de abril de 2018

YA HARAM!



 Dice: "Dios es el más grande". Delante del gimnasio.



 Existen en Musulmania dos términos importantísimos para clasificar casi cualquier cosa: haram y halal.  Yo había oído el término halal en referencia a la comida. La comida halal, es para los musulmanes como la comida Kosher para los judíos, la correcta para sus leyes  y preceptos. Si se quiere ser muy correcto, la comida halal es aquella en la que todos los animales fueron criados de manera humanitaria porque el Islam considera que tienen alma y cada uno fue muerto individualmente con un corte limpio de cuchillo en el cuello diciendo Bismillah (en nombre de Dios) antes de hacerlo.  El animal luego se desangra del todo y luego puede comerse. Esto es un mero paréntesis. El término halal significa algo aprobado por la ley coránica, algo que va de acuerdo con el bien, algo correcto. Entonces una mujer puede ser halal, una actitud, una comida, etc. Haram es el opuesto. Haram es lo que es incorrecto, lo que los cristianos pudiéramos llamar “pecado”, lo que va en contra del deber ser. Es haram que las mujeres muestren el pelo a hombres que no son sus maridos o sus hermanos, hijos o padres, es haram desperdiciar comida y en especial pan, es haram robar, de hecho la palabra para decir ladrón es “harami”.  Pero ya es algo que es tan común en el lenguaje diario que si sobra por ejemplo un poco de comida en el platón y ya no quieres más, te dicen “ya haram”, así como, “qué pecado que se quede” para que te animes a comértelo. Cuando cualquier cosa es un despropósito o un desperdicio, hablan de ello diciendo “haram”, así si el vecino llega tarde haciendo ruido, haram. Las señoras hacen “cara de haram” a cada rato. Un día, estábamos sentadas varias mujeres afuera de casa de Ummi ayudándola a pelar cebollas y meterlas en costales,  para vender, otras solo platicaban. Vive en un conjunto de casas con un patio común. La casa de enfrente es un dúplex donde viven dos sobrinos con sus familias, en la de atrás vive uno de sus hijos y un cuñado y hay otra que está vacía que es de uno de sus hermanos. De pronto se oyó que venía un coche y Ummi se ajigolotonó toda porque no traía puesto el hijab y no se fijó donde lo puso y a lo mejor era el sobrino. Volada pepenó una alfombra roja de oración que estaba ahí y se la puso como caperucita. A mi me entró un ataque de risa incontrolable. Una de las mujeres me volteo a ver muy seria y me dijo: Ya haram! Ya sé que ellas consideran haram que el vecino las vaya a agarrar con el pelo al sol, pero no me van a decir que la señora no se veía cotorrísima con la alfombra puesta de capucha y agarrándola debajo de la barba. Imagínate una cruza entre caperucita, un superhéroe y la sala de tu tía abuela, sentada entre cebollas en el jardín. Cada que me acuerdo vuelvo a llorar de risa.
Tu charra, con traje de carácter, para ir a una visita.
Las expresiones religiosas están intrínsecamente ligadas en el diario vivir de la gente. Allah, Dios, se menciona para arriba y para abajo todo el tiempo, en muchas expresiones. Siempre que alguien dice algo a futuro, termina la frase diciendo Insha’allah, de donde viene nuestro ojalá y que significa literalmente “si es la voluntad de Dios”, como el “si Dios quiere” que usan mis parientas mexicanas. Cuando te preguntan como estás, la respuesta usual es Alhamdulillah, que significa Gracias a Dios. Estés como estés es Gracias a Dios o sea que eso se contesta. Lo mismo dices cuando terminas de comer y ya no quieres más, Alhamdulillah. Cuando llegas a tu destino después de un viaje dices Hamdulillah Salame, Gracias a Dios por traernos con bien. Hasta en un avión de la Royal Jordanian me tocó una vez que el piloto junto con el discurso de “las salidas están al frente a los lados y atrás”, se echó la oración del viajero y al aterrizar el hamdulillah salame. Es como si el piloto de Interjet se reventara tres salves a la virgen del camino. Me pareció curiosísimo- y un poco alarmante, a decir verdad- pero nadie respingó y la mayoría de extranjeros no entendieron porque obviamente no lo repitieron en inglés o francés, solo en árabe y solo esa vez, yo creo era un piloto particularmente mocho. Siempre antes de hacer algo, lo que sea: comer, beber, prender el coche, martillar un clavo, prender cualquier aparato, emprender alguna actividad se dice Bismillah, que es en el nombre sea de Dios y si la persona está particularmente inspirada: bismillah rahman irahim, que es en el nombre de Dios el todo misericordioso. Hay muchas frases hechas que forman parte del lenguaje coloquial que incluyen el nombre de Dios: vámos  o ánimo se dice Yallah, neta se dice Wallah. Si alguien te ve haciendo algún esfuerzo o estás trabajando te saludan con un Yatikallah fieh que significa algo así como Dios te de fuerzas. Te bendicen todo el día y tienen a Dios presente en todo momento. Si alguien está enfermo o algo le pasó, se le dice “ Ger, ger, inshallah”, que es todo bien, si Dios quiere. Esto tiene que ir acompañado de cara seria y de un ruidito que se hace chasqueando la lengua en el paladar, como ruido de ardilla de caricatura. Yo la verdad no lo puedo hacer con cara seria. Me entra la risa boba y si veo u oigo que alguien lo hace, tengo que salir volada al baño antes de que se me bote la carcajada. Pero así se usa.
Un día fui al parque con Sheefá y sus niños. Su niño de dos años se puso intensito y desobediente y se llevó un manazo como llamada de atención. Volteó con cara seria y le dijo a su mamá: “Que Dios te perdone”. Yo me tuve que voltear para el otro lado y carcajearme en bajito. Me imaginé la madrina que me hubiera llevado yo o cualquier chaneque azteca al hacer tan piadoso comentario a una madre mexica enchilada.
Mezquita de Pueblo

En los postes de luz en la calle hay letreritos con frases que dicen cosas así como Dios es enorme, no hay más que un Dios, Dios es misericordioso. La gente los pone porque si. Hoy vi uno en la caja de fusibles del súper, yo creo como prevención de alguna tragedia eléctrica.
 La gente reza en voz bajita cuando oye el llamado a la oración una o dos frases, o la gente muy religiosa, lo hace a cada rato. La primera vez que le di un aventón a Ummi se subió al coche y fue rece y rece todo el camino. Le dije a Alaris que si de a tiro la hice pasar tan mal rato con mis habilidades de chofirete o qué. Me dijo que no, que ella así le hace. Ya he puesto atención después cuando se sube al coche con alguien más al volante y es verdad, reza todo el camino, nomás por vicio.  Tiene una hermana que es todavía más mocha. Un día la fuimos a visitar y nomas llegar se puso a rezar un poquito. El otro día pasé por ella para ir a visitar a otro pariente que estaba malito y mientras estuvimos en la visita, cosa de una hora, rezó dos veces, porque se le había juntado la chamba y no había tenido tiempo. Todo esto entre pláticas y risas, no se va a otro cuarto, no interrumpe la visita, nomas se va a un rincón y reza un poquito y nos daba risa porque la primera vez no tomó la dirección correcta exactamente, ya ves que se tienen que orientar hacia la Mecca, entonces le dije que, újule, ahora iba a deber todavía otra oración porque la de antes no había estado buena. Me dijo algo así como, ahora le vas a enseñar a tu padre a hacer hijos, entre carcajadas, porque nada más faltaba que yo, la infiel, le ande corrigiendo el rezo.
Mi rebozo, que me salvó de incomodar a la señora de la burqa.

Yo que soy bien descreída y agnóstica, poco a poco me acostumbro a oír todas estas cosas y han ido permeando, si no mis creencias, si mi manera de hablar, ya digo siempre Bukra Inshallah, mañana si Dios quiere, Alhamdulillah y todas las frases que aquí son de cajón e insustituibles.  Mis hermanas se carcajean y dicen que poco a poco se me está metiendo como la humedad la manera de vivir de aquí, nomás porque el otro día me tapé la cabeza en una visita porque había una mujer de burqa que me veía como engendro del demonio y se veía apuradísima por estar cerca de una persona tan altamente haram.  Traía yo un rebozo de bufanda y me tapé la cabeza para que la señora dejara de apurarse porque me fuera a tragar la tierra y a ella de pasada por estar al lado. Ya halal y todos en paz.

 Salam!

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miércoles, 25 de abril de 2018

AL VOLANTE EN TIERRA DE CAMELLOS

            No sé si has tenido oportunidad de visitar algún país de por acá, has visto películas o has oído anécdotas acerca de la experiencia automotriz en los países árabes, Turquía y la India. Si no sabes, son famosos por el caos de sus calles. India sobre todo se cuece aparte, porque además de que la gente maneja a su aire, transportan en los coches, motos, tuc-tucs, camiones y ricshaws mucha más gente de la que pudieras imaginarte que cabe y que excede por mucho la recomendación, la seguridad y la razón. Para acabarla, hay en las calles siempre, todo tipo de animales: camellos, elefantes, caballos y burros tirando de todo tipo de vehículos o cargas, uno que otro chango de paseo, vacas sagradas tomando la siesta y gente que cruza sin tomar en cuenta el desmadre a su alrededor. El escándalo y la probabilidad de percance, consecuentemente, son grandísimas.
            En Turquía y los países árabes, sobre todo Egipto, son famosos por manejar más con bocina que con freno, es decir, la gente en vez de frenar u obedecer las señales de tráfico, toca el claxon, bajo la teoría de “te lo dije” y “golpe avisa”. Igualmente, las calles son un desastre y el tráfico es ruidosísimo.
            Jordania no es excepción. La gente aquí maneja con las nachas, por usar una expresión muy de mi señor padre.  Tienen un vicio tremendo por el teléfono, y aunque en teoría está prohibido, nadie obedece y siempre manejan hablando por teléfono o mandando mensajes. Además acostumbran fumar, tomar café y comer mientras manejan. El cinturón de seguridad es obligatorio para los pasajeros que van adelante, para los de atrás, se supone que también, pero no es una regla que se refuerce mucho y mucha gente no hace ningún caso. Hay muchos policías de tránsito, que como los de mi México, ejercitan la muñeca guanga con ese ejercicio que significa “aváncele, aváncele, aváncele” y hacen poco más, más que generar más tráfico cuando deciden tener “iniciativa” y ponerse a dirigir el tráfico en las glorietas. En Amman hay muchas glorietas grandes y se arman unos embotellamientos espectaculares cuando los polis deciden cerrar un carril o decir a quién le toca pasar.
            La gente acostumbra, claro, insultarse por su manera de manejar. Normalmente Alarís es muy correcto cuando está trabajando y carajea para sus adentros, nunca en voz alta. Cuando vamos solos el y yo, es otra historia, claro que carajea, y de manera súper florida. A mi me da mucha risa y me recuerda a mi papá que acostumbra mentar madres de forma muy original también. Al principio creía yo que no estaba entendiendo bien porque dice cosas como “Perro hijo de un padre perro”, “tus hermanas son unos burros” y cosas mucho peores referentes a la condición moral de la progenitora del conductor infame y de la anatomía de su sistema excretor y sugerencias sobre su probable uso. Me tocó también que algún conductor de serfís (taxi colectivo) en el que iba yo iba manejando fatal y que se le pone bronco otro señor. Se le cerró, se bajó del coche y le decía por la ventana “Eres un animal? Peor que un animal!” y el chofer nomás decía “Ps, si”,  y a mi que me entra una de esas carcajadas como de misa que te cuesta media vida tragarte, pero hubiera sido lo más imprudente si me ven con mi ataque de risa.   

Cabe mencionar que el señor Alarís maneja como Schumacher. No de rápido. De bien. En serio está muy cañón, tiene muy buenos reflejos y se estaciona en unos lugares que te dan ganas de aplaudir. En el departamento que vivíamos al principio había un vecino que tenía la costumbre de estacionarse donde le diera la gana, así sin más nada y dejarnos encerrados al resto de los vecinos. Alarís a punta de mentadas, era capaz de sacar el coche cuando yo hubiera apostado mi pellejo a que era imposible, con un milímetro para pasar entre coche y columna y teniendo que dar la vuelta. Yo, por supuesto, ni de broma. Más fácil lo hubiera cargado. Manejo dignamente, pero nada del otro jueves y soy bastante maleta para estacionarme. Pero claro que todo depende de con quién te comparas. Mis amigas de aquí manejan muchísimo peor que yo, las que manejan, entonces acá soy la mera chipocluda.
            Cuando acababa de llegar a Amman, me daba miedo manejar. Tanto tráfico, tanto irigote, y luego si me paran, y en árabe y no conozco y….. Mi mamá, con toda razón me dijo que ni de broma se me ocurriera dejar de manejar y convertirme en una mujer dependiente y después de ver a mis cuñadas que necesitan que alguien las lleve y las traiga a todos lados, le di razón. Alarís también a cada rato me decía, vete, te dejo el coche. O me decía que estaba ocupado y no me podía llevar para forzarme a que me animara. Total, que me animo.  Armada con GPS y listo y ahora ya se llegar a todos lados y no me causa ningún empacho manejar. Además si me paran ya aprendí que la mejor estrategia es hablar en español y fingir no entender árabe o inglés. Ante eso, te dicen, váyase con cuidado y ya.

            Los coches aquí tienen placas que pueden ser alargaditas como las de Europa o más cuadraditas como las de México, según las pidas, por el modelo de tu coche. Son blancas, completamente blancas si eres Juan de las Pitayas (o Mohamed de los Dátiles), es decir un civil cualquiera. Si tu coche tiene  licencia para ejercer actividades turísticas, como es nuestro caso, tiene una orilla verde. Si trabajas para el gobierno y tu coche es oficial, tiene una orilla roja, y si eres cuerpo diplomático tiene una orilla amarilla. ¿Estamos? Bueno, pues un día iba yo para la escuela y hacía un calor del demonio y paré a comprarme un helado. Venía yo manejando y comiéndome mi barquillo de chocolate, felizota y que me ve un méndigo poli y me hace la parada, porque yo creo que no me veía yo muy “turística” comiendo helado.  O a saber que quería. Muchas veces paran a los coches de turistas para que te identifiques y para ver si todo está en orden. La cosa es que pensé, que pereza dar explicaciones, que si mi licencia, que si el coche a nombre de una arrendadora, y bajo contrato para Alarís, y luego porque lo traigo yo, y déjeme le cuento y …… No iba a llegar al colegio. Pues le bajo la ventana y le digo “Hoy no, mejor otro día”. Peló los ojos y nada más le dio risa. No podía creer que le haya yo salido con eso. Y cuando se lo conté a Alarís tampoco.
            Hace poco decidí que si bien puedo manejar con mi licencia mexicana, por cuestiones de seguro me convenía tener la licencia Jordana y además sirve que tengo una segunda identificación como local. Más fácil dicho que hecho. La burocracia en este país es tremenda. Resulta que si eres nativo, tienes que tomar un curso de manejo, como ahora en México o presentar un examen (que dicen que nadie pasa a la primera, no por difícil, si no por corruptos). De ahí, te dan un papelito para que ya puedas ir al lugar donde se expiden las licencias, que es solo un sitio centralizado en Amman y hacer el examen médico (consiste en examen de la vista) y ya te hacen tu licencia, previo pago. Si eres extranjero, con licencia válida o licencia internacional, tienes que traducir tu licencia e ir al ministerio de nosequemadres primero, a que te investiguen unos días y te expidan un papelito que diga que sin curso puedes pedir tu licencia. Pues voy. Pasados los días voy a recoger el papel. Venga a buscarlo, que no lo encontraban, que no se que pasa, que quien sabe que. Venía yo sola y no acababa de entender cual era la bronca. Hasta que me dicen, “Oiga, que pena, pero la regamos en su papel y vamos a tenerlo que hacer todo de nuevo, vea nada más como pusieron su nombre. Una disculpa”. Veo el papel y mi nombre estaba perfecto Ana María Fuentes Guerrero. Le dije al hombrecito. Está bien. Me dijo, no, como va a estar bien. Algún imbécil puso Ana antes de su nombre.  AAAAAAAAAGGGHHHH. Mire señor, aquí está mi pasaporte, mi carnet de identidad, mi licencia mexicana y mi IFE. Por absurdo que a usted le parezca, así me llamo. Ah, bueno. Pues ya me fui con mi cartita.
            Total ahora tenía que ir a Marka, el centro de las licencias y verificaciones vehiculares, que no son como las de México. Aquí cada año, para renovar tus placas te revisan el coche: que tenga extinguidor, que todo funcione, que el chasis y el motor cuadren, etc. Toooodos los coches se revisan ahí. Claro que afuera hay treinta talleres transas que te rentan el extinguidor, te arreglan lo que haga falta, ya te imaginas….
            Alarís me dijo que ni de desmadre fuera sola. Que es un lugar lleno de coyotes y de gente abusiva y que el primer día que tuviera libre íbamos. Total que vamos. Y que se nos olvida la traducción de mi licencia. Otro día, volvemos. Y salen con que mi nombre en la computadora está de al revés. Pusieron Guerrero como nombre, Ana María Fuentes como apellido. Le digo pues cámbielo. Nos mandan a sistemas. Dicen que no. Nos mandan a una estación de policía. Ya nos iban a decir que a otra y le pongo cara de tristecita al hombre, siguiendo los consejos de la mamá de la Chuli, que dice que ante ese tipo de gente, cuando se ponen locos siempre llores. Yo no sé llorar a demanda, pero si poner cara de porca miseria.  Total se apiadaron, hicieron el cambio. Volví a Marka y soy la poseedora de una flamante licencia de conducir por 10 años. Me cobraron una lanísima. Se emparejan igual que si hubieras tomado el curso, méndigos. Pero en 10 años no tengo que volver.

            Espero no necesitarla más que como identificación nunca. Pero si me compro coche, que tengo las negras intenciones- soy muy feliz andando en bici y en serfís o camión, pero cuando el clima se pone podrido, en invierno porque llueve y hace un frío de pastorela y en verano porque hace un calor del ocho, creo que si voy a querer mi cochecito feliz, aunque odie la estacionada.  Para asegurarlo voy a necesitar la licencia. Los asuntos de los seguros aquí son también sumamente burocráticos y nefastos. Han pasado seis meses desde mi atropello y sigo en trámites con el seguro del señorcito que me atropelló. Hoy me fui a comprar mi bici nueva (le he estado pedaleando la suya a Alarís de mientras), finalmente y ya le dije a Fadi que me la pague el y que se haga bolas con su seguro, ya estuvo bueno. Y que ni se le ocurra ponérseme flamenco, no lo fui a sacar del bote el mismito día que me planchó? Ante eso no tuvo más que decirme, si señora, lo que tu digas.
            Aquí cuando sucede un accidente, no le llamas al agente del seguro, ni se apersonan los mordelones de inmediato. La gente se apalabra, si no fue grave y no hubo heridos, tipo si fue un raspón y ya está. Si fue más grave y va a haber discusión, hubo heridos o va a haber que involucrar al seguro hay que llamarle a la policía de los accidentes, que es como el Ministerio Público y aquí se llama CROCA.  Esa palabrita no es árabe y hay controversia acerca de qué significa. Unos dicen que viene del inglés Tow-Truck (dudoso) y otros que viene del vocablo turco que significa estación de policía que suena parecido. Siendo que los turcos estuvieron aquí como 300 años, igual y más bien va por allí. Total, la CROCA es un policía que viene en un Kia picanto (un tipo Smart) y levanta un reporte. Si alguna de las partes tuvo que ausentarse (tipo como yo, que groseramente me tuve que ir al hospital), al día siguiente tiene que ir a la estación a firmar su declaración. Con el reporte de la CROCA ya discurres con el seguro, que como se ha visto en el caso de Fadi, veloces no son. 6 meses en ver si te pagan los muy jijos.  Espero nunca usar el seguro, pero sin licencia local, no te venden una póliza y si voy a tener coche, pues si la voy a necesitar.

Después de tanto circo, a la mejor me hubiera salido mejor hacerme con un camello, aunque no sean santo de mi devoción…..
Salam!

            
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lunes, 23 de abril de 2018

DE ENDOGAMIA Y METIDAS DE PATA


Chequen la cara del Candidato. No comments.El de la servilleta es el Rey.

            Cuando llevaba yo muy poco tiempo viviendo aquí, iba a haber elecciones.  Igual que en México, todas las calles estaban tapizadas con las caras de los candidatos a los diferentes cargos políticos.  Jordania es una monarquía, pero se vota por los diputados, por los presidentes municipales y los gobernantes locales. Es muy curioso como, a más grande la localidad, hasta en las fotos se nota a leguas, como los candidatos son más pillos profesionales. Alaris  está registrado para votar en donde nació, no en donde vive, y por tanto vota en la aldea donde viven sus papás. Baba estaba muy interesado en que fuera a votar, pues quería que votara por Abu Ghazim, un pariente suyo, casado con una hermana de Ummi, hasta donde yo sabía.  También le tenía con pendiente saber si yo ya tenía mi carnet de identidad como ciudadana, para que también me sumara a la votación. No tenía. Y para acabarla, ahí voy de bocona y le digo que aunque tuviera, no hubiera votado por este señor. Se rió y me preguntó porque y que me dejo ir como hilo de media…. Resulta que este señor no es santo de mi devoción por múltiples razones, que ahí les van sin ningún orden particular:  se peina como queso de Oaxaca (o sea se presta pelo para taparse la calva), cosa que me parece charra y de mal gusto, cuando invitamos a toda su familia a una fiesta decidió solo ir el con sus hijos hombres y dejar a todas las mujeres en la casa, cosa que me cayó en las muelas, porque su esposa, una de sus hijas y un par de sus nueras son mis amigas, y yo había hecho la invitación pareja; y una vez que estábamos en la terraza de casa de Ummi llegó el hombre, saludó a los hombres como se acostumbra, de tres besos y apapachos, a mi me hizo cara de asco y se tocó el corazón como si lo fuera yo a contagiar de alguna cosa horrible (par de campo, aquí así le hacen), pero acto seguido saludó de mano a las sobrinas de Alaris y de beso en el cachete a mis cuñadas. Aclaremos, a mi el señor no me hace ningún favor saludándome, pero se molestó en dejar bien claro que hasta entre perros, hay razas y que yo era de una categoría infinitamente inferior al resto de las personas que estaban allí. Excuso decir, que por supuesto que aunque digan que es una finísima persona a mi me parece un viejo mamón y misógino y no votaría por el ni de broma. Además estaba de candidata para el mismo puesto Umm Karam, una amiga mía, que es directora y fundadora de una ONG de ayuda para mujeres refugiadas Sirias y que es movidísima y me consta que tiene seso  e iniciativa y que trabaja por el empoderamiento de las mujeres y el avance de su comunidad. Todo ello completamente irrelevante porque yo no iba a votar de todos modos, pero ahí voy y comunico a todo el mundo mis razones sin más nada. Ahí quedó la cosa.
Tiempo después, mis suegros vinieron a Amman al funeral de una tía de Baba y que se les pega Abu Ghazim para venir con ellos. Nos hablan que vienen a dormir a la casa y yo le digo a Alaris que sus papás son bienvenidos de mil amores, pero Abu Ghazim, ni cabe, ni creo que quiera contaminarse en mi casa (ni yo quiero que venga). Me dice, y yo que hago? Ni modo que le diga que no…..  Le dije, pues a ver como le haces chato, porque si no le dices tu, le digo yo, que no tengo ni medio problema.
Total, por suerte, por su propia voluntad decidió regresarse a su casa, con otro aventón. Cuando llegaron a la casa, Ummi me dijo que estaba feliz que se hubiera regresado, porque la incomoda y cuando viene el hombre este no se puede quitar el hijab y no se que más. Le dije que si, que qué feliz, que ese viejo es molestísimo. Así en varias ocasiones hice saber mi opinión del señor este sin pensarlo dos veces.
Así tipo se peina Abu Ghazim

Pues un día, le pregunto a Alaris, a ver, aclárame cuántos hermanos tiene tu papá y tu mamá, que siempre me hago bolas, con esto de que a veces les llaman por nombre y a veces por el nombre de sus hijos, yo ya no sé de quién estamos hablando. Resulta que un hermano de Ummi es Abu Khaled y un cuñado de Baba también es Abu Khaled. Para ellos es fácil porque si el tío es materno se le llama Jal y si es paterno se le llama Amm. Para mí es un lío. No me entero.  Bueno, volviendo al meollo del asunto, que me echa la lista y que resulta que Baba tiene tres hermanos y uno de ellos es…….si claro, el horrible Abu Ghazim!!! Nunca se me ocurrió, a pesar de que aquí es muy común el casamiento entre parientes y que varios hermanos se casen con varias hermanas. O sea que metí la pata hasta home, como dice mi papá y ya ni como ayudarme. Por eso saludó a mis cuñadas y a sus hijas, son sus parientes, no es que sea liberal con unos y con otros no. Sigue siendo un hombre sangrón, machista, pretencioso y se sigue peinando como queso de Oaxaca, pero también yo malentendí un gesto suyo y le agarré coraje extra por ignorancia y me la volé con mis opiniones.

Valiosísima lección. Mirar y callar. Por lo menos hasta estar bien segura de qué lado masca la iguana.

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sábado, 21 de abril de 2018

LA FELICIDAD DEL HOGAR


            Ah que malacostumbrada estaba yo en mi México a que mal que bien, si se consigue ayuda. Diario veo en Facebook pedidos desesperados de señoras pidiendo que les recomienden a alguien “de confianza” (no se porque este alegato es necesario, que a poco te recomendarían alguien aunque sea raterilla? No creo, no? “Mira te doy el teléfono de Alejandra, se robó mi anillo de compromiso, me la saludas…..”Está calaca, ¿no?).  Este tipo de cosas son más frecuentes por supuesto los lunes, y cuando terminan los períodos de vacaciones, cuando muchas veces, las trabajadoras aplican “la fantasmal” y no llegan a trabajar, porque ya les dio flojera.
            Pues no se quejen chatas, porque acá la cosa está mucho más difícil. Resulta que para una mujer jordana es impensable irse a meter a una casa ajena, es indecente, y lo mismo que se meta un “muchacho” a tu casa, si tu estás sola. Las pocas veces que el portero de mi edificio ha tenido que pasar a mi casa a arreglar algo cuando no está Alaris, deja la puerta abierta y entra mirando al suelo y checa los fusibles a la velocidad del rayo y con la cara bien colorada. ¿Pues que cree que le voy a hacer?


            Normalmente aquí la gente que trabaja como personal doméstico son mujeres filipinas, o de Uganda o Somalia, que vienen con visas de trabajo por un año y que las colocan en casas a través de agencias . Viven allí y ganan una lana. La gente que trabaja de entrada por salida lo hace en su día de descanso para ganar un dinero extra o son inmigrantes ilegales, nunca jordanos. Son pocos y muy solicitados. O son gente que trabaja en plan paquete para empresas de limpieza corporativas y en sus ratos de ocio hacen chambitas. Son gente trabajadorsísima y muy profesional.
            Total, ya he dicho muchas veces que mi departamento en Amman es chiquito y por lo tanto, mal que bien, lo tengo limpio yo sola. Pero donde que vivo en Tierra Santa, donde la palabra Tierra tiene una importancia grandísima. Este pueblo es sumamente polvoroso y por lo tanto, por más que trapeas, barres y limpias, te quitas los zapatos a la entrada y demás, siempre todo está lleno de polvo.  Las casas, de hecho, tienen coladeras por todas partes porque se acostumbra lavar los pisos de a cubetazo y luego quitar el agua y la tierra con un jalador. Si eso pasa con los pisos, no te cuento las ventanas. Una cosa del terror. Además tuve la feliz idea de poner macetas en la cornisa de la ventana de mi sala. Se ve padre, pero tienen tierra adicional, que cuando llueve, salpica mis vidrios. Llueve en invierno y luego hace aire, con tierra,  y las ventanas quedan divinas. Traté de lavarlas yo y el resultado fue desastroso. Tienen mosquiteros por fuera, entonces nunca logré limpiarlas completas y solo embarré el lodo un poco más.
            Le dije al portero que como veía si le daba una lana y me lavaba los vidrios. El, muy correcto, me dijo que al vecino del tercero venía una muchacha una vez por semana a hacerle limpieza y le lavaba los vidrios. Que si no quería su número. O sea delicadamente me mandó a Chi…huahua a un Baile.  No se me había ocurrido que quería una muchacha, pero nomás me la ofreció y me brillaron los ojos como enfebrecida y me la necesité muchísimo. Le hablé de volada. No sin resquemor, ya que me dijeron que la susodicha era de Bangladesh y a saber que idioma iba a hablar, y entre mi medio árabe y que de plano no hablo hindi a ver como nos entendíamos. Total , me llamó de regreso, medio nos pusimos de acuerdo a gritos parte en árabe, parte en inglés y quedó formalita de venir a la mañana siguiente. Que me llamaba desde el taxi que porque no sabía donde vivo. Le dije veinte veces que donde el vecino (le dije el nombre del vecino), no entendió o no quiso entender.
            Al día siguiente no apareció, no contestó el teléfono ni los mil mensajes tristes y luego despechados que le mandé.  Por la noche, finalmente me llamó. Y se sorprendió de que yo no comprendiera que no había venido porque había llovido en la mañana. Aaaah. O sea, si llueve, cualquier trato es nulo, y además uno está justificado a no contestar su teléfono? Me dijo que al día siguiente ahora sí.
            Al rato suena mi teléfono otra vez, número desconocido. Contesto y era otra bangladeshí con acento curioso, que me dijo que era amiga de Rani, la pérfida muchacha del vecino. Que si no me importaba mejor venía ella. Le dije que me daba igual Chana que Juana, que yo nada más quiero que alguien de favor me lave las ventanas y de una vez le de una lavada profesional a mi casa una vez por semana por que yo lo hago de la tuna.
            Tres oportunidades para adivinar…1….2….3. No vino! Por supuesto, ni vino, ni contestó, ni supe nada de ella hasta altas horas de la noche cuando me habló a hacerme un cuento chino. Para entonces ya estaba yo cabreada y le dije que si no tenían ganas de trabajar, no hicieran a la gente perder el tiempo al estarlas esperando. Me fui al gimnasio, donde ya había yo acosado al personal de limpieza alguna vez para ofrecerles chamba y  luego me huían porque decían que las iban a correr. Finalmente, arrinconé a una y le dije que si no tenía a una amiga o a la amiga de una prima que quisiera trabajar de entrada por salida. Le dejé mi teléfono. Le dije a otra y me dijo que si, que su día de salida era el miércoles y que me llamaba. Ya me quedé tranquila.

            Cuando se acerca el miércoles, veo a la hoy occisa en el gimnasio y la saludo como siempre y me saca la vuelta. Sospecho que algo no va bien. La llamo en la noche. Y claro, me manda un mensaje que va a estar ocupada el miércoles, que si me manda a una amiga, tal vez. Le dije que si, que por vida suyita, me mande a quien quiera…… Silencio, hasta el día de hoy. No he vuelto a saber nada.

            Al final, fui al colegio, donde una de mis compañeras de clase es una chavita filipina que está estudiando árabe porque es psicóloga corporativa y quiere trabajar en Arabia Saudita o en algún país del Golfo Pérsico, que porque pagan muy bien. Total, vive donde viven todas las filipinas – y sospecho que aunque no lo dice, también limpia a ratos para ayudarse con los gastos- y cuando le platiqué mi triste caso, me dijo que como soy bruta, que ella conoce a muchísimas filipinas que hacen limpieza, y en ese instante me dio el número de su nueva vecina, nos apalabramos y ese mismo día apareció en flamante taxito veloz y se puso a dejar mi mini-casa rechinando de limpia. Estoy que no me la creo. Le quiero hacer pedicure diario para que quiera venir siempre.
            Como decía mi abuelita, sóbese la orejita, hijita, para que le dure. Ojalá, porque si que es la felicidad del hogar. Ya no quiero usar los baños ni la cocina, ni dejar que Alaris toque nada para que mi casa siga en el estado prístino en el que lo dejó La Felicidad del Hogar.

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HELLAS

  Como lo que más me gusta en la vida es viajar, y hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, mi respuesta a estar feliz es viajar...