Me he pasado el año trabajando como burro y con los colmillos crecidos de envidia de hacer tantos viajes desde mi oficina. Si bien me escapé a Grecia, a Canadá y estuve en mi México, nunca es suficiente porque tengo una lista enoooorme de pendientitos y no había ido a ningún lado con el señor que vive conmigo y es un gran gran compañero de aventuras. No es lo mesmo (sic) cuando voy sola.
Pues total, ni le pregunté. No teníamos planeado ir a México a fin de año por cuestiones de chamba pero al final me ganó la añoranza por mi gente, se alinearon todas las cosas para que tuviera que ir si o si a firmar unos papeles, convencí a Alarís de que le convenía ir a renovar su mexicanidad y todavía como que no quiere la cosa le dije: y si salimos unos diyitas antes y vamos al sureste de Turquía, que porque no conocemos, que porque la gente lo pide, que a Chuchita la bolsearon... y total, como a todo me dice que si casi siempre, se armó.
Antes de que se fuera a rajar compré los boletos e hice todas las investigaciones pertinentes.
Este viaje lo he organizado un par de veces para clientes, cuando tienen itinerarios largos en Turquía, pero es una región un poco complicada logísticamente porque los guías buenos tienen trabajo seguro todos los días del año en Estambul o en regiones más turísticas, entonces, esta parte, que no era tan popular generalmente se visita en tours grupales de turcos y ahí de vez en cuando de Europeos intensos pero traen a los guías de fuera.
Después de la inscripción de Goblekitepe (ahorita te cuento que es eso) en la lista de la UNESCO y que fue declarado el punto cero de la historia de la humanidad, la gente de por acá empezó a prepararse, a sacar licencias de la región más guías y tal y cual. Esto fue en 2019. Acto seguido les cae (y nos cae a todos), la pandemia. y cuando se medio empiezan a levantar, el temblor terrible de 2022 los remató. Entonces, los servicios turísticos siguen medianos.
Por otro lado, lo que hay por aquí, históricamente hablando es un tesoro, no solo Goblekiteppe, sino hay ciudades helenísticas y persas de los tiempos de Darío y Alejandro Magno, reinos antiquísimos, ruinas romanas, prehistóricas, paisajes increíbles, gastronomía de miedo y gente amabilísima.
Al ser Turquía como es, hay aeropuertos por doquier, autopistas muy buenas y está fácil ir de un lado a otro. El traductor del tío Google ha facilitado muchísimo la comunicación, si bien en esta zona nos dimos a entender mejor en Árabe que en inglés, dado que la gente es casi al 100% musulmana y por eso hablan o entienden algo de Árabe, y hay mucho inmigrante Sirio, Iraquí, Kurdo y gente del cáucaso. Algo de Armenios cristianos.
Hay muchos aeropuertos pero no tienen la frecuencia de vuelos diarios que tiene por ejemplo Cappadocia. Como nosotros siempre andamos de prisa, y ahorita también salir de Jordania no está tan fácil porque hay muy poquitos vuelos ya que el turismo está tirado por la guerra, adaptamos la entrada y la salida a lo que estaba más fácil para ir y venir , empatar el vuelo de salida con el vuelo a México, salir de Ammán a precio decente y conectar para esta zona sin cambios de aeropuertos, horas de conexión y sin salir a una hora de terror. Todo se logró.
Esta zona es muy sísmica porque es donde se juntan las placas tectónicas euroasíaticas, el final de la falla que sale del great rift africano y llega hasta acá. Donde chocaron estas placas hace miles de años se levantaron las montañas Taurus, Anti-Taurus y las que hoy están en Siria y Líbano. Como en todas las "juntas de placas" hay altas montañas, hay o hubo actividad volcánica porque la magma queda a flor de tierra y de pronto hay reacomodos y temblores.
Estas mismas montañas, son lo que hizo de Mesopotamia, la zona entre dos cordilleras que hoy comprende el sur de Iraq, el norte de Siria y el sureste de Turquía, el cuerno de la abundancia o el "fertile crescent". Un hoyo de clima suave y donde había abundancia de plantas y por tanto, manadas de animales durante un tiempo donde el resto de la tierra seguía teniendo un clima de asco, al final de la edad del Hielo. Aquí entonces, se dieron las condiciones para que la gente pudiera vivir como gente y por eso se dice que aquí surgió la historia del hombre- si, evolucionamos en África, pero seguíamos viviendo como animalitos. La civilización comenzó en esta zona.
Total, que por aquello de las montañas, sospeché que iba a hacer un frío de asco. He visto fotos de Nemrut cubierto de nieve y se me ocurrió la idea de comprar unas batas beduinas exprofeso para el caso y dejarlas luego en México. En Jordania hacen unos fríos gachos en invierno. No es tan baja la temperatura, pero como es frío seco y como todo está construido para el calor, la sensación térmica es de muchísimo frío. La gente de ahí, usaba tradicionalmente unos abrigos largos hechos con piel de borrego o de cabra, la versión arabita de la chamarra del hombre Marlboro. Una bien hecha, que no huela a chivo y que sea de piel, es cara y pesa una barbaridad porque para un adulto son más menos 3 zaleas de borrego. Ahora ya se hacen unas versión "light" que son de tela, forradas de peluche o de borreguín falso que pesan menos y no son tan caras. Cuando es invierno en Jordania, yo vivo con ese uniforme, ando como taquito y me vale sombrilla lo que diga la gente. La primera bata que compré cuando vine a estudiar la primera vez, no me la querían vender. Decían que era de hombre. For yu? No no no. Dis for yu y me enseñaban unas de colores y con brillos, con capucha. Tuve que mentir y decir que era para mi papá, que es como de mi vuelo, para que me la dejaran probar.
Cuando ando por la calle con mi bata, hay gente que se ríe y me dicen la Sheikha (el sheikh es el lider de la tribu beduina) , pero en cambio a veces los turistas me envidiosean mi bata porque se están muriendo de frío y yo ando tapada y calentita con mi abrigote. Se las han llevado para la casa de Valle o de Vail y así.
Entonces decidí que iba a comprar dos nuevas grandotas, para usar en este viaje y dejar en México pero le dije a Alarís que las negociara el- que siempre le hacen precio y no le iban a discutir que para quién son, y que las comprara grandes por si mis hermanos las quieren, son grandotes. Lo que no pensé es que si son más grandes, son también más largas y entonces nos quedaban hasta el suelo. Salimos así disfrazados, y con un itinerario cuadrado a los vuelos que mejor se acomodaban, con ropa para este viaje, para ir a CDMX con frío a Chiapas con temperaturas de pasteurización en los altos y la selva y a Guatemala. Como húngaros. Con una caja de galletitas árabes para mi santo padre. Siempre llevo varias y con baklavas también pero siendo que íbamos a ir al sitio donde se originaron las baklavas, creí mejor comprarlas allá. Lo malo es que si le gustan más a mi parentela que las jordanas/palestinas, pues vamos a pasar a valer madre, porque no siempre voy a pasar por ahí, digo yo.
Como niña en 5 de Enero, no pude ni dormir el día anterior de la ilusión del viaje.
Volamos a Gaziantep vía Estambul. Nos cambiaron el vuelo a más tarde, también la conexión. Le avisamos a los de la renta del coche. He usado para mí y para mis viajeros, a varias compañías de renta de coches en Turquía. Estos muy formalitos quedaron de encontrarnos en la puerta del aeropuerto con el coche listo. Me pidieron los papeles desde antes y quedamos en que ya estaba todo preparado. Llegando al aeropuerto, no encontraba al hombrecito porque estaba afuera con el coche. No hablaba ni media palabra que no fuera en Turco y entre Alarís y yo no juntamos más de unas pocas frases pero gracias a los traductores del teléfono logramos entendernos con el hombre, pagar el depósito y el seguro e irnos. Muy extraño porque en vez de darte el tanque lleno y que lo regreses lleno, te dan el coche en cero de gasolina y te dan la bendición. Rentamos un coche chico, nos dieron un Renault Clio, porque eramos solo nosotros dos. Acostamos los asientos, metimos las maletas y nos fuimos a poner gasolina. El hotel al que llegamos es una verdadera locura. Está muy muy céntrico, caminando del castillo de Gaziantep, del bazar del cobre . Está como metido en un callejoncito y por fuera es un portón y un muro que no das dos pesos por el. Por dentro es una verdadera belleza. Un patio grandote y muy lindo, con diferentes salitas decoradas con colecciones antiguas de cámaras, de cochecitos, de radios, alrededor y habitaciones enooormes y muy bien puestas. El personal amabilísimo nos explicó que era una escuela de niñas Armenias hasta la primera guerra mundial. Los dormitorios, que alojaban a varias niñas, ahora son cuartos de huéspedes. El edificio es muy antiguo pero lo cablearon todo muy bien, las habitaciones tienen calentadores, tele, iluminación. Para que sean térmicas tienen madera en los muros, buenos closets, y los baños que eran grandotes para varias niñas, quedaron muy cómodos para las visitas. El desayuno espectacular también .
Gaziantep está inscrito en la UNESCO como dueño del patrimonio intangible de la gastronomía del sur de Anatolia. Es donde se originan las Baklavas y los kebabs. Está a dos horas de Alepo (o lo que fue Alepo, pobre Siria). Alarís que estaba muy preocupado porque nos iban a ver raro con nuestras batas beduinas- hacía un frío de pastorela, se sorprendió de ver a varios señores paseándose con el mismo disfraz. El bazar del cobre está increíble, unas artesanías preciosas, zapatos hechos a mano, una vibra antigua. Hay una mezquita divina y un castillote, que sigue muy dañado por el temblor de 2022. Le han dado prioridad a componer las viviendas y demoler los edificios que corrían peligro de caerse, lo histórico después. Ya lo están arreglando.
Hay un museo enorme de mosaiquería. Y si, la comida, wow. Preguntamos no por el restaurant más famoso, sino le dijimos al hombre del hotel que donde comerían sus papás. Nos mandó a un sitio "muy local dijo", una como taquería donde te ponen los kebabs sobre pan armenio, que es una pita gordita con como "granitos de elote" hechos con los dedos del panadero que marca cuadritos antes de hornearla y entonces esos surcos hacen que los jugos de la carne se queden sobre el pan. No te sirven en platos, ponen una hoja de papel, y ahí ponen el pan con la carne, unos chiles asados y tienen manía por tomar Ayran que es como un yogurt aguiche fermentado. Rico pero con la carne... yo no se si te den descuento para un bypass después con tanto colesterol.
Las famosas Baklavas son de aquí, fuimos a miles de sitios y las venden en cajitas de cartón que tienden a destrozarse porque son de una pasta filo finísima y las sirven muy húmedas con jarabe, por lo que el cartón se hace engrudo. Pensamos en comprar un tupper para meterlas- en Jordania te las venden siempre en una lata como de galletas danesas, más chaparrita y te preguntan que si vas a viajar con ellas. En ese caso, te las empacan al alto vacío para que no se chorreen. Acá se ve que se las zampan de inmediato porque no hubo manera de que nos las hicieran así. Metimos la caja con la bendición a mi equipaje de mano y luego nunca encontramos el famoso tupper. Así vinieron. Como la zona de Siria, Jordania y esta parte de Turquía es una zona donde se siembran muchísimos pistaches- de hecho en árabe pistache se dice Fustuk Halabi (se traduciría como Cacahuate de Aleppo), las baklavas se hacen con pistache principalmente. En Estambul las hacen mucho con nuez de castilla además de pistache, y en la zona del mar negro con avellanas (de miedo estas últimas). Soy aficionadísima, a todas, pero creo que mis favoritas son las de avellana de Trabzon.
Nos fuimos para Sanliurfa. Es una ciudad grandecita, con partes modernas, un centro como el de cualquier pueblote lleno de mercados y con una cantidad de historia de cállate la boca. En el mero centro, que la verdad, si no eres un viajero muy aguerrido como tus charros jordanos, no está tan lindo para quedarse, hay una serie de edificios históricos convertidos en hotelitos que están padrísimos, pero si para salir a caminar en la noche está másomenos - mercado y más mercado y medio ruidoso. El hotel donde nos quedamos igual tenía un patio antiguo muy lindo, un cuarto gigantesco, pero al ser un edificio muy antiguo el baño era "de respeto" decía Alarís, porque había que entrar y salir agachado porque se accedía por una puertita hechiza muy chiquita. El baño estaba bien y todo. Para el desayuno había que subir a una torre, por una escalera como de cabras. No para cualquiera pues. Ya estando ahí, vimos donde hay que quedarse en otra zona cerca del castillo y el lago de los peces y vimos varios hoteles. Lo pasamos bien en el nuestro, pero me imagino la cara de terror si mando a cierto tipo de turistas.
Si nos tocó frío y nos paseamos con nuestras batas beduinas, sin estar completamente fuera de lugar, pues había varios paisanos con el mismo look.
Vimos unas mezquitas, el mercado y dimos una vuelta por ahí ese día. Al día siguiente ya nos dedicamos de lleno a ver las cosas históricas. Primero fuimos a Goblekitepe que es históricamente, lo más importante de toda la zona. Han tenido muy mala suerte ya que se descubrió en 1967 y no se le dio la importancia ni la atención debida por estar en este sitio medio remoto. En 1918 se inscribe en el patrimonio mundial de la UNESCO como el punto cero de la historia, cuando el hombre pasa de ser un recolector- cazador a una gente capaz de crear y de dominar la agricultura. Se creía antes que este cambio se dio cuando se domina la agricultura y el hombre tiene algo de tiempo libre en vez de estar todo el tiempo preocupado por que va a comer y puede voltear para arriba y preguntarse de donde viene y a donde va. Este sitio, que tiene como 13, 000 años de antiguedad, dice otra cosa según los estudiosos. A finales de la era del hielo, donde en todos los sitios de la tierra los grupos de "homínidos" vivían en cuevas y medio sobrevivían cazando y comiendo lo que podían, en la "media luna fértil" que es la Mesopotamia baja, hoy sur de Iraq, sureste de Turquía y norte de Siria, entre varias cadenas montañosas se hace un microclima un poco más benigno, donde abundan los cereales y pastos y por tanto las grandes manadas de animales. Por lo mismo, la gente ahí puede organizarse en grupos grandes- que pueden ser sostenibles por la abundancia de comida y la posibilidad de vivir en espacios abiertos y pueden cazar de forma organizada manadas completas. Ahí entonces se construyen estos primeros círculos de piedra- se dice que como un centro de adoración y para sostener esta construcción y grandes reuniones se empiezan a domesticar los cereales. A mi al verlos no me queda claro si son refugios o centros ceremoniales, pero lo cierto es que si, es la muestra de arquitectura organizada más antigua de la que se tenga conocimiento en el mundo. 8 milenios anterior a las pirámides de Egipto, entre 7 y 6 anterior a Stonehenge y los templos prehistóricos de Malta. Muy impresionante y lo tienen bien puesto. Sanliurfa además tiene un museo arqueológico importante. Otra curiosidad histórica y religiosa de la zona es Balikcigol, el lago de los peces. En el antiguo testamento, Qurán y Torah, se dice que Abraham, al rechazar la idolatría cae gordo a Nimrod o Nemrut, un jefito de entonces y que este lo manda quemar como Abraham quemó a los ídolos. Abraham fue salvado por un manantial milagroso y este manantial fue entonces considerado como curativo y quien sabe que tanta cosa. Se construyeron santuarios en la zona que fueron cambiando de "equipo"- judíos, cristianos y al final musulmanes. Hoy en día el manantial es un espejo de agua lleno de peces con tres mezquitas históricas rodéandolo, un parque muy lindo tipo Chapultepec que rodea la poza y los canales que llegan a ella y bajo una alta colina donde está arriba el castillo de Urfa. Super bonito y vale la pena verlo. Afuera, hay varios hoteles, ooootro mercado, un parque y una ciudad subterránea claramente cristiana porque tiene cruces bizantinas grabadas en las entradas de los triclinios. Era Viernes, el día del culto de los musulmanes y entonces el sitio estaba optudimóder porque justito llegamos para la hora del rezo. Le dije a Alarís que se diera vuelo y se metió a la primera mezquita, llena de hombres. Yo mientras di vueltas por todo el parque, fui a ver otra mezquita llena de señoras - desde afuera- y luego volví a por el. Dimos toda la vuelta otra vez, tomamos fotos, bobeamos en el mercado y nos fuimos a Harran. Otra maravilla. Un poquito al sur de Sanliurfa es un lugar donde las casas tradicionales son como los Trulli del sur de Italia. Casitas hechas como colmenas de abejas, con adobe y comunicadas por dentro unas con otras. Al lado están los restos de otro castillo muy antiguo y de una mezquita hecha por el primer califa Ummayad. Está todavía bastante dejado de la mano de Dios, hombre si tiene letreros y la gente local es sumamente amable, nos dejaron entrar a las casitas, nos dieron café, nos corretearon los niños para reirse de nosotros. Increíble el sitio.
Volvimos a Sanliurfa de nuevo a pasar otra noche. En esta zona se acostumbraban las reuniones de hombres como para discutir asuntos de comunidad y se tocaba música. Lo hacen todavía ya como onda más turísitica, unas cenas en sillones tipo árabe chaparritos donde muchos señores tocan distintos instrumentos de cuerda y percusión. Bastante tourist trap, la música bonita- para un ratito. Teníamos al lado del hotel un salón donde hacían estos folclores y de 19.00 a 22.00 horas nos trajeron a puro tamborazo.
Al día siguiente nos fuimos para Adiyaman. Ahí todavía se les nota muchísimo los efectos del temblor. Es una ciudad grande, semi industrial y muchos edificios de departamentos siguen cuarteados, algunos evacuados y ya deshuesados y en muchos lugares están demoliendo algunos, eso sí de forma muy ordenadita con uno de esos trascavos con un martillo hidráulico en la mano de chango y luego pepenan todos los fierros para reciclar, todo el cascajo... y dejan los terrenos pelones completamente. Las cosas más interesantes que hay que ver por ahí están pasando Adiyamán, no sabíamos si hacer todo en un día o al día siguiente de camino al aeropuerto pero preferimos darle fuego de una vez para no estresarnos de ida al aeropuerto y no correr. Está increíble. Primero fuimos a la necrópolis de Pirín que está muy cerquita de Adiyaman. Son muchas cuevas utilizadas como tumbas en la época de Alejandro Magno. Enorme el sitio. No había absolutamente nadie o sea que nos dimos vuelo viendo todo, hasta el guardia nos invitó un té. Un poco más adelante está Arsemia. Otro lugar increíble, donde en la cima de una montaña hay unos túneles y unas estelas que muestran al rey Antiochios frente a Hércules. La gente también lo más hospitalaria. Se ve que no tienen muchas visitas. El guardia del sitio, un Kurdo de ojos azulísimos nos hizo un té, nos dio galletas, nos platicó muchas cosas en su "very good English" que era bastante incomprensible, pero por supuesto, mejor que nuestro turco. Ya armados de valor nos seguimos al Monte Nemrut. De camino pasamos por el puente Cendere, un puente romano hecho por el emperador Séptimus Severus. Este señor nació en Libia y una de sus esposas fue de origen Sirio, como de por acá. Por eso varias ciudades de la decápolis, es decir las ciudades Helénicas que van desde esta zona de Turquía casi esquina con Siria, Siria y Jordania tienen monumentos hechos por el o mandados a hacer por él y muchas referencias a Julia Domna, su esposa árabe. El puente es una chulada y está sobre una rama del río Éufrates, que a mi me taladraron en la memoria cuando estudié Historia Universal de chica, hace añísimos. Me pareció muy interesante, y a Alarís también cuando logramos entender que lo que el pronuncia como Eu-forat era la misma cosa que el Éufrates. Lo vimos de pasada porque teníamos prisa de llegar al monte Nemrut antes de que se hiciera de noche, para poder subir. Si bien dicen que lo más lindo es subir al amanecer o al atardecer porque se ve el agua de la presa Ataturk con el cielo reflejado, pero no hay muy buenos caminos para llegar y está lejecitos de todo y a mi me daba apuración que nos cayera la noche. Pues fuimos, subimos y el centro de visitantes estaba hasta cerrado. No se si abran en la mañana muy temprano para los tours de turcos y luego ya no. Entramos como perros por nuestra casa por unos escalones que llegan a las diferentes "terrazas". Ibamos como la "hormiga con su paraguas, recogiéndose las enaguas" porque hacía un friazo, para el que nos pusimos gorros, guantes y la famosa bata beduina, pero al ir subiendo escaleras de escalones largos por las laderas de las montañas, había que remangarnos un poco la bata para no tropezar y me daba algo de apuración porque había nieve y no traíamos los zapatos correctos. Un resbalón ahí hubiera estado bárbaro. Lo hicimos con bastante dignidad y valió la pena. En la cima del monte hay unos altares con esculturas enormes, hacia ambos lados del monte, representando personajes y dioses mitológicos griegos y persas. Por la sismicidad de la zona, las esculturas perdieron las cabezas y estas están separadas de los cuerpos y tiradas en el suelo. Hay reyes (Antiochios I?), dioses y semi dioses (Zeus-Júpiter, Hermes-Mercurio, animales (águila persa, león) y con la nieve se veían divinos. Le dimos la vuelta a la cima de la montaña, prensados de las cuerdas que hay para separar a los visitantes de la parte arqueológica pero que sirven de barandal para no caerte del cerro, tomamos fotos y nos bajamos por el otro lado, otra vez, cuidando no pisarnos el dobladillo. Igual estaba nubladón y no creo que lograramos ver la presa. Nos regresamos a tomarnos unas fotos en el puente y finalmente al hotel en Adiyamán, que esta vez fue uno normalito, de cadena occidental. Al día siguiente desayunamos con calma, dimos unas vueltas por Adiyamán, fuimos a un mercado a comer en una como "taquería" frente a una panadería. En un local hacían el pan, y en el otro la carne y te la servían sobre papeles en unos banquitos. Comimos Lahmacún que son como unas pizzas turcas sin queso. Hacen la pita flaquita y antes de hornearla le ponen un revoltijo de carne molida con jitomate y chile, un montón de especias. Son riquísimas. Nos fuimos al aeropuerto con tiempo como si fuera una ciudad grande. Error. Siendo una ciudad no muy grande, llegamos a barrer dos horas antes del vuelo. Ni mostrador abierto había. Queríamos documentar las maletas hasta México y eran reservas diferentes entonces quería yo platicar con la gente de Turkish que suelen ser muy entendidos para estas cosas.
Estuvo muy simpático porque siendo que en toda la tarde solo había DOS vuelos desde este aeropuerto, al inteligente que planeó la logística los puso exactamente a la misma hora. Uno a Ankara y otro a Estambul. El hombre del mostrador muy amable hizo favor de si documentarnos las maletas hasta México, si bien hizo que Alarís sacara su bata beduina de su maleta, que porque le sobraban tres kilos - las batas pesan un montón. La metió en mi carry on junto con las famosas baklavas y listo. A la hora del abordaje fue todo un folklor porque la gente de los pueblos cercanos se ve que no es muy versada en la viajadera y siendo que los dos vuelos eran al mismo tiempo, aún cuando anunciaban que estaban abordando por esta puerta primero el de Ankara, había mucha gente ajigolotonada que cuando llegaba a escanear el pase de abordar era para Istanbul. Otra vez por el micrófono: señores, los de Estambul esperen dos minutos y van por la puerta de la izquierda. Los de la derecha, es para Ankara y solo Ankara. Total, lograron organizarnos. Yo estaba muerta de risa observando a la gente: señores con pantalones de esos como pañal que se usaron en los 90s para las mujeres, pero que en esta zona eran parte del "traje formal" y mucha gente grande sigue usando, armenios con gorros de esos como de cosaco, tías musulmanas que como traen las abbayas, caminan como La Patita, se bambolean de un lado a otro, yo creo que igual, para no pisarse el traje, pero se lo comenté a Alarís y me dijo que como me gusta inventar y que soy una auténtica víbora de cascabel. Le dije mira fíjate: esa doña que viene vestida de occidental, como camina. Mira a tu tía esta, como camina. Tengo o no tengo razón? Ya le dio risa también, porque si es cierto.
Tuvimos, con todo y los cálculos de aeropuertos (había también el de Malatiya y el de Mardin como posibilidades, pero este era la mejor combinación), unas 6 horas muertas en Estambul. El aeropuerto grande está padrísimo, si son 6 horas en Sabiah Gokce si te sacas de quicio porque no hay suficientes sillas, salas, cosas que hacer y es un poco un desastre, pero el de Istanbul es como un mall gigante, con muchas cosas que ver y que hacer, si bien, mi única queja es que su internet es podrido. Pues baboseamos, hasta hicimos shopping- el míster es incapaz de resistir una oferta y la ropa turca, ya de por si es bastante BBB y en el aeropuerto es duty free, pues salió con ooootra bolsa llena de cosas, compramos regalos, trabajamos un rato, cenamos y finalmente salimos para México en un vuelo laaaargo como la cuaresma pero bastante decente.
En resumen, si eres muy aventurero/a y te gusta la historia y meterte hasta la cocina en la cultura local en sitios no tan llenos de turistas, este viaje es para ti. Estamos haciendo unas audioguías de los sitios para que la gente atrabancada pueda hacerlo sola. Si eres muy fan de la historia y si necesitas más dirección, te podemos organizar mandarte con un guía licenciado en la zona pero desde Istanbul para que hable bien el idioma y tenga más práctica en el "uso y manejo" del turista internacional.
Colorín, colorado. Felices fiestas!
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