viernes, 25 de febrero de 2022

VIAJAR DE NUEVO

VIAJAR DE NUEVO



Escribo la frase con toda la intención del doble sentido, ya que el día de hoy viajar tiene nuevas connotaciones. Para los aventureros, viajar es una posibilidad otra vez, pero la manera en la que viajamos, todavía no es, ni con mucho igual a como era antes de Febrero 2020. 

Estamos hartos de estar encerrados, al parecer esto llegó para quedarse, por lo menos por algún tiempo y la vida tiene que seguir. Añoramos nuestra rutina, nuestros planes, la movilidad que teníamos, los sueños que teníamos archivados, a nuestra gente lejana y gente como tu y yo, a nuestra tierra y nuestra gente a los que no podemos posponer indefinidamente. 

Ahora, el viajar en tiempos de pandemia es, o debe ser una experiencia completamente distinta a lo que era pre-bicho. 

Tengo una agencia de viajes que con mucho esfuerzo puse en Medio Oriente. A todos nos ha sido difícil esta situación en lo económico y psicológico, pero uno de los sectores más castigados ha sido la hospitalidad y hubo países en donde el primer encierro fue más severo que en otros: por ejemplo, en Suecia las medidas se dejaron, en gran medida, a criterio de su gente. Donde yo vivía, en Jordania, hubo medidas severísimas, reforzadas por la milicia, durante meses. No se podía viajar ni de broma, los aeropuertos, fronteras y aún carreteras dentro del país estaban cerrados y custodiados por el ejército y la policía. Y no solo eso, durante un par de meses estaba terminantemente prohibido salir de tu casa salvo entre 10 am y 6 pm a pie, para que no pudieras ir muy lejos y reunirte con mucha gente y solamente podían abrir al público comercios que vendían alimentos y farmacias. Y se podía comprar lo poco que había porque a razón de las medidas, el abasto estaba seriamente limitado. El ejército también se hacía presente para evitar aglomeraciones y abusos, tanto por parte de los vendedores, como acopio por parte de los compradores. A nosotros, en la industria turística, esto nos cayó justamente antes de Semana Santa y Spring Break, con muchísimas reservaciones en puerta. Reservaciones que obviamente fueron canceladas, hubo que devolver dinero (con bancos cerrados, aerolíneas y hoteles reacios, trabajadores con familias que mantener…..). La cosa estuvo tremenda. 

Gracias a Dios, el ser humano es muy resilente y tendemos al optimismo. En cuánto se abrieron fronteras y se empezó a poder viajar, la gente ha tratado de retomar asuntos pendientes: bodas pospuestas y lunas de miel que fueron suspendidas en su momento, viajes familiares, viajes de graduación, visitas a familiares del otro lado del mundo- como yo comprenderé-, viajes de negocios, etc. 

El viajar ahora, forzosamente es un proceso adaptativo y que requiere un sinfín de nuevos requisitos y maneras diferentes de hacer las cosas. Desde los protocolos nuevos en los aeropuertos, que han ido evolucionando, los papeleos y las precauciones que como viajero tienes que tomar en la planeación, así como la visión que tenemos que tener de la forma misma de viajar, si es que lo hacemos.

 Te platico mi punto de vista, desde la experiencia de alguien que ha viajado mucho durante este tiempo y que a su vez ha ayudado a mucha gente a viajar. 

Protocolos de viaje

Estos han ido evolucionando con la pandemia y hay que estar atento a los requerimientos de la aerolínea que vas a utilizar, el sitio al que vas a ir, así como el sentido común y tus necesidades para mantener tu salud. 

A mi en lo personal, el inicio de esta pesadilla me pescó en medio de la planeación de un viaje de negocios a Qatar, vía Kuwait y con una gripe de asco, cortesía de una sobrina en edad de ser llamada “mocosa”.  Era Febrero de 2020, cuando apenas se oía de los primeros casos en China e Italia y se especulaba si esto era una nueva influenza como la “Mexicana” de 2011 o algo más. Total, que como Juan Escutia, me aviento, y me voy al viaje. Los protocolos entonces eran una mera sugerencia que el que quería tomaba: mascarillas que entonces se usaban con válvula- cosa que ahora está prohibida, pues protegen a quien la usa, pero contaminan hacia afuera, guantes de látex, empezábamos con la locura del gel hidroalcohólico. No quiero decirte la cantidad de miradas horrorizadas que recibí cada vez que tosía o me sonaba, por el gripón que traía. En fin, no solo terminé el viaje sin novedad, sino que tenía otro viaje, de vacaciones, empalmado con ese, al sur de España e Italia. 

Ya para entonces la cosa sonaba más seria. Sobre todo, en Europa, se estaba poniendo la cosa fea. Se hablaba de gente hospitalizada, muchos muertos, posibles restricciones a los viajes. Que hacer. Y de nuevo…. El espíritu de niños héroes. Por otro lado, teníamos turistas en Turquía y en Jordania e Israel y estábamos atentos a como iban evolucionando las cosas. Pues nos fuimos a España e íbamos huyendo literalmente de los cierres: de Madrid a Sevilla, a Málaga, a Granada, a Valencia en donde se cancelaron las Fallas, a Barcelona. Nuestro regreso vía Italia ya no pudo ser y ahí la cosa empezó a ponerse fea. La única manera de volar de vuelta a Ammán era vía Praga y Bucharest, pasando por Estambul. Pues vaya, por ahí y que sea lo que Dios quiera. 

Mientras tanto, las fronteras de Israel cerraron de golpe. Teníamos en Jordania gente que había cruzado para una escapada de unos días a ver Petra y el desierto. ¿Y ahora? Llamadas desesperadas tratando de averiguar si la frontera sur estaba abierta, la norte? Si los volábamos a México- no querían porque habían dejado sus cosas en Jerusalén, si los volábamos a Tel Aviv, que es un vuelo de 40 minutos, pero por kilómetro, el vuelo más caro del mundo.  Así tuvo que ser. A la gente de Turquía la íbamos monitoreando paso a paso. Nosotros fuimos a Praga, a Bucharest ya con todo cerrado, pasamos por Estambul , recibiendo llamadas de alarma de todos nuestros amigos en Jordania: que van a cerrar, que se quedan afuera…. Y entramos por un pelo de rana calva unas horas antes de que cerraran el aeropuerto durante 7 meses. Nos mandaron confinados 8 días a nuestra casa y vino gente del ministerio de salud, vestidos como Dustin Hoffman en Outbreak a tomarnos muestras para un PCR. Yo, juré que teníamos lo que entonces se creía que era una sentencia de muerte. Pues milagrosamente, después de rodar por medio mundo, estábamos limpios. 

Regresamos a la gente de Turquía a México y empezamos las cancelaciones de todos los planes de Spring Break y Semana Santa. Comenzaron las llamadas de pánico. La gente que quería que alguien les asegurara qué iba a pasar: “Oye, tu que crees?” “Cuánto va a durar? Cancelo mi viaje de Mayo?” Pues ni como saber… Ni de cerca nos imaginábamos que esto se fuera a prolongar tanto como lo ha hecho.

Y dentro de todo, a nosotros nos cuidó un ángel de la guarda enorme. Tengo una amiga que vivía entonces en Atlanta. Fue a Perú a dar unas conferencias un par de días y le cerraron. Ocho meses en Perú. Pagando renta aquí y allá y viviendo un inesperado confinamiento con los otros asistentes al simposio al que fue. Una cosa bárbara. 

En cuánto me reabrieron el aeropuerto salí disparada a mi México a ver a mi familia, después de casi un año de ausencia. No había todavía vacunas. Los pasaportes mexicanos estaban híper satanizados por el pésimo manejo de la situación en nuestro país. Las comunicaciones aéreas estaban sumamente reducidas: poquísimas rutas estaban abiertas. Entonces si los protocolos, tanto obligatorios como los auto-impuestos estaban de locos. En mi personal experiencia volé durante 42 horas, con 4 vuelos distintos y con mascarilla dura, máscara de PVC y lentes, guantes de látex y sin comer nada para no quitarme la mascarilla e ir al baño lo menos posible. Tuve una escala de varias horas en JFK en donde habían quitado todas las bancas para sentarse afuera para evitar que la gente se quedara o se sintiera cómoda y no te permitían pasar seguridad hacia salas de abordaje hasta una hora y media antes de tu vuelo o sea que había que estar o caminando o parado en tu sitio, y la guardia nacional daba vueltas. Parecía película de guerra. 

Para verano de 2021, con mucha gente vacunada ya, y la economía mundial al borde del colapso, muchos países comenzaron a reabrir y la gente empezó a reaventurarse a viajar. Hubo gente que se lanzó a tomar vacaciones, gente que retomó lunas de miel pospuestas del año anterior. 

Los protocolos muy cambiantes: cada país pedía (y pide) cosas distintas, distintas formas, papeles, requisitos de seguros, de pruebas de distintos tipos, de vacunación, pero se empezó a poder viajar de nuevo sorteando las limitaciones y de momento así seguimos. 


Planeación

La planeación de los viajes ha tenido que cambiar forzosamente. Mucha gente no lo entiende. Me dicen: mi niña va a cumplir 15 el año que entra, queremos hacer un viaje y queremos comprar los boletos de avión desde ya para que nos salga barato o para irlos pagando a meses, o bien, queremos hacer una peregrinación a Tierra Santa para 40 personas………

La cosa es que hoy en día, las reglas del juego cambian de un día para otro sin previo aviso según surjan nuevas variantes del virus, repunte el número de casos en un sitio u otro o un sinfín de factores. 

Mi consejo es: si planea, si sueña, pero…. NO te amarres a un plan hasta que esté muy cerca y compra un seguro de viaje, por ejemplo los de AMEX, que no necesitas ser tarjetahabiente y por una cantidad muy chica puedes asegurar tu viaje contra eventualidades. Fíjate bien que cubran por ejemplo cancelación por enfermedad. Que si tu, tus acompañantes o tus dependientes dan positivo al bicho y tienes que cancelar tus planes, te reembolsen lo invertido. 

Otra cosa, los boletos de avión, no los compres hasta que el viaje sea inminente. La gente dice: es que me van a salir más caros…. Va contra todo sentido común de lo que hacíamos antes. Más caro te va a salir comprar un boleto a Europa por ejemplo y que te prohíban viajar por ser residente de Estados Unidos (como pasó todo el 2020) y tengas ahí parado un dineral en vouchers de la aerolínea si bien te va. 

Los hoteles, por supuesto, en tarifas reembolsables. Más vale pagar un puntito más, que perder todo en caso de cualquier problema.


La letra chiquita

No te asesores con tus amigos de Facebook, ni con lo que dijo un primo de un amigo, ni con sitios “marca patito”. Asegúrate de leer cuidadosamente las indicaciones del sitio de destino al momento de comprar los boletos y diario hasta el momento de tu viaje porque las reglas pueden cambiar a diario. Te pueden salir con un requisito sorpresa. Así mismo, lee cuidadosamente las condiciones de la aerolínea o medio de transporte que utilices: por ejemplo no son las mismas reglas para entrar a ciertos países de Europa por aire que por tierra y aún por aire, en tránsito, por ejemplo con ciertas líneas aéreas no hay problema pero con otras- de bajo costo, como hay que salir del área de tránsito y re-documentar, como extranjero no está permitido y no te lo dicen hasta que quieres abordar tu vuelo y dicen: usted no va a ningún lado. 

Para eso estamos los agentes de viajes. Para estar sobre la ola y al pendiente de todos esos detallitos. Que si el país de destino requiere una PCR pero de un laboratorio en específico porque vienes de equis país, que si tiene que tener tantas horas de antigüedad, que si como novedad también necesitas un PCR “de bienvenida”, que si tienes que validar tus vacunas en un sitio en específico, que si un pase de movilidad especial, que si vas a necesitar cuarentena, necesitas visa o no…. Todos esos folclores, déjannolos a los que estamos perdiendo el pelo y la paz mental para estar pendientísimos por ti. 


La compra


En cuanto a la compra misma de tu viaje, ya dije que por favor hagas tus reservas en tiempo muy distinto a como se hacía antes, que tus hoteles todos reembolsables pero MUY IMPORTANTE, ahora mas que nunca, compra tus boletos de avión con una agencia de viajes o bien directamente con la aerolínea. Nunca he sido partidaria de los brokers masivos de vuelos tipo travelgenio, despegar, kiwi, mytrip, gotogate, etc. Porque aparentemente te dan un muy buen precio, pero este siempre a la hora del check-out tiene aumentos: quieres equipaje, más, quieres asiento, más, quieres check-in más (y hay algunos vivos que hasta te bloquean para que NO puedas hacerlo tu mismo sin pagarles un dineral extra), te boletean como quieren aun con cambios de lo que compraste originalmente y como no pediste el “servicio Premium” que costaba un dineral, cualquier reclamación caerá en oídos sordos y en dos mil grabaciones. De haber cualquier eventualidad o cancelación por parte de la aerolínea, la aerolínea te dirá que trates con quien te vendió el boleto y ellos te dirán que trates con la aerolínea y la cosa es que nadie te va a responder. No vale la pena. De verdad es una pesadilla y te aconsejo que de ninguna manera lo hagas a menos que la diferencia de precio sea abismal y aún entonces, lo hagas sabiendo el riesgo que corres y encomendándote a quién más confianza le tengas en la corte celestial, porque si todo va bien, pues que bien, pero el riesgo es muy alto. 


El lado bueno

Yo tiendo a ser optimista. Hay un chiste que contaban en México cuando yo era chica de un niño al que los Reyes Magos le dejan caca para enseñarle una lección por mal portado. Era tan optimista que cuando sus papás le preguntan qué pasó, el dice: pues creo que me dejaron un Pony, pero no lo encuentro. Pues así yo. 

A todo hay que verle el lado bueno y de lo perdido lo que aparezca. 

¿Qué es lo bueno de todo esto? Que con tanta complicación y folclor para viajar, el que se aventura a hacerlo lo hace con cuidado, con las vacunas en su lugar, con todas las precauciones de salud y encuentra los sitios que solían estar “optudimóder” solos y muchísimo más disfrutables. La gente dedicada a la industria de la hospitalidad lo ha pasado tan mal, que aún en sitios renombrados por sus malos modos hacia el turismo como París, te reciben con alfombra roja y fanfarrias, si con distanciamiento y exigiendo vacunas, como debe ser, pero con muchísimo gusto de poder ser tus anfitriones y de poder tener de nuevo visitantes. Te lo digo de primera mano, mi marido es transportista y yo, en mis ratos de ocio, guía de turistas, y uno se siente como perro ovejero sin rebaño. 


A dónde ir


Ahhh, esa es la mejor parte. El sueño, las posibilidades. Eso no nos lo va a quitar ninguna pandemia a los que tenemos espíritu aventurero y alas para volar como decía Frida Khalo en otro contexto.   Depende mucho de tu estilo, tu presupuesto, tu estatus de salud y vacunación y qué pasaporte tengas. Hasta hace muy poco, los que tenemos pasaporte mexicano no éramos bienvenidos en ciertos países como Grecia, los residentes de Estados Unidos tenían pleito con Europa por cuestiones políticas: ya que Trump había negado la entrada a EU a los europeos, en reciprocidad no podías ir a Europa si eras residente de Estados Unidos….. La vacuna que tengas condiciona también en donde eres bienvenido y también en dónde y cuándo te la pusieron: las vacunas puestas en México no tienen mucha credibilidad, las vacunas puestas en Estados Unidos requieren homologación para muchos países, por ejemplo, para Europa, necesitas obtener el código QR o un QR europeo en ciertos casos, hay países como Chile que requieren que todas las vacunas puestas en el extranjero sean investigadas y autorizadas caso por caso por su personal de salud. Es de los países con protocolos más estrictos con los que me he topado.  Hay países que ya optaron por relajarse pensando que el Omicrón es el gran igualador, que nos va a dar a todos y así ya pintamos raya y empezamos todos desde la salida de nuevo, como el UK. 

En general, yo te aconsejo que optes por viajes con grandes espacios abiertos, que no busques eventos que tienden a las aglomeraciones: ahora es tiempo de hacer viajes en coche con la familia, de conocer los parques nacionales, de ver los lagos y los paisajes, de realinear la energía de tantos meses de estrés viendo atardeceres. 

Si como yo, no te sabes estar en un lugar y quieres ir lejos, Islandia es una gran posibilidad, tiene grandes espacios y salvo que el chequeo de papeles COVID en el aeropuerto es una pesadilla, sus protocolos de limpieza en hoteles son buenísimos y sus espacios muy abiertos y dan la bienvenida fácilmente a todos los que estén vacunados.  Los países de los Balcanes son otra gran posibilidad: Croacia, Montenegro, Albania, Bosnia, Serbia. Preciosos, no muy caros y abiertos al turismo responsable.  Turquía no ha cerrado sus puertas nunca durante la pandemia salvo unos pocos días en el Ramadán cuando quisieron controlar a su población cerrando restaurantes. Es un gran, gran destino con todo lo que te puedas imaginar: playas, montañas, historia, gastronomía y seguridad. Asia Central y Medio Oriente tienen varios países abiertos al turismo, con medidas de seguridad en orden y son grandes posibilidades: Jordania, Egipto, Uzbekistán, los países del Golfo.   Australia, Nueva Zelanda y el Lejano Oriente de momento están muy complicados para turistear. Siguen con protocolos muy estrictos excluyendo la entrada a turistas, al igual que Canadá. No es el mejor momento. 

El Caribe, México, Centro América y Sudamérica son grandes posibilidades por distintas razones. 

Algunos porque no ponen restricciones a la entrada, lo que hoy en día para muchos es un gran atractivo, sobre todo para los antivaxers. México, para los Europeos que no se quieren vacunar es la única posibilidad de viaje, por ejemplo. Como dice Forrest Gump: es todo lo que voy a decir sobre eso. Me enferma.   

Varios países del caribe y Centro América tienen políticas de entrada bastante flexibles y están muy seguros en cuanto a números de contagios y protocolos o sea que son grandes posibilidades, así como Perú, Colombia, Argentina, Uruguay, Ecuador, Bolivia. Brasil está bastante complicado todavía, sobre todo ir de Brasil a tu siguiente destino o volver a tu casa, si no es México.  Y Chile, como ya mencioné antes está dificilísimo, pero por otro lado, ofrece al que sortea las dificultades la seguridad de que hay poquísimos casos de COVID por lo mismo de que sus filtros son muy estrictos. 

Empieza a haber cruceros de nuevo. Yo en lo personal pienso que en el marco de una pandemia meter a 10 mil personas en un espacio limitado en donde se comparten áreas de comida y de baño es una pésima idea, pero ya tu verás. 

Por otro lado, los viajes en barco pequeño, es decir los charters de catamaranes o yates son una gran, gran opción y pueden ser mucho menos caros de lo que te imaginas- no necesitas tener licencia de capitán, rentas el barco con skipper y si quieres con servicio. Es una manera de ir con tu familia o tu grupo de amigos sin mezclarte con nadie más a varios puertos sin tener que cambiar de sitio para dormir cada día y mantenerte separado de otras gentes. Excelente plan. 



A cada quién lo que le acomode. Hay gente que todavía no se siente cómoda saliendo ni al súper. Y se vale, y en cambio gente que ya está que no aguanta quedarse en casa y necesita urgentemente viajar. Lo que está bien para otros, no es necesariamente lo correcto para ti. Hoy más que nunca hay que saber prioritizar y ver tus necesidades emocionales, económicas y de salud antes de tomar la mejor decisión, pero mi consejo: viaja. Cerca o lejos, con la imaginación o en físico. Un día en tu ciudad o en tu casa preparando comida étnica y vistiendo tu ambiente o embarcándote en una aventura. No hay nada más lindo que llenarte de vistas que quitan el habla y que después te llenan de historias durante años.  Buen viaje!




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HELLAS

  Como lo que más me gusta en la vida es viajar, y hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, mi respuesta a estar feliz es viajar...