miércoles, 25 de septiembre de 2019

LA LISTA PARA VIAJAR


Pasándome de lista??

Siempre me ha encantado viajar, pero me estresa pensar en qué necesito y que puedo olvidar. Mi mamá siempre fue una de esas personas súper organizadas que nos hacia lista hasta para ir a dormir a casa de una tía, de que llevábamos y qué debíamos traer de regreso, y ardía Troya cuando invariablemente perdíamos algo. El sistema de la lista funciona, porque así puedes estar tranquila de no olvidar cosas importantes y viajar sin estrés. Cuando mis hijos fueron creciendo, les empecé a hacer listas igual, para que ellos decidieran que llevar a los viajes, pero siguiendo una línea de lo que necesitaban, para no encontrarnos con dos shorts y unas chanclas en la nieve, por ejemplo. Uno de ellos, de puberto, se sintió muy gallo y cuando le dije,” ¿Qué? ¿Te hago tu lista?” Me dijo, con el consabido ojo de huevo duro, “Ay, maaa, ¡ya estoy grande!” Fuimos a un crucero en el caribe. A los dos días de verlo sospechosamente de bermudas, le dije: ¿a que no trajiste traje de baño y no venden en tu talla?¡ La maldición de la lista!
En mis años de viajar cerca y lejos, durante meses o solo unas horas, como viajera de súper lujo o como viajera de trabajo o de mochila,  he aprendido algunos trucos y unas cosas básicas que no pueden faltar, no importa a donde vayas. La lista obvio se tiene que adaptar a cada viaje, pero esto es el esqueleto básico, que te sirve siempre:

En tu bolsa o mochila:
*Documentos- pasaporte y visa (ojo, no importa por ejemplo si no vas a Estados Unidos y tu visa gringa está en una tarjeta aparte. No te cuesta nada, llévala. Nunca sabes si el vuelo se va a cancelar y cambiar y solo van a mandar por Nueva York a los que traigan visa...... Te ocupa nada, y no está de más). Si vas a la frontera, trae pasaporte. Me pasó un par de veces, en Campeche y en Tijuana, de ¿Cóomo? ¿No trajo pasaporte? No, pensé que era un viaje nacional. Pues es que íbamos a llevarla a comer a Coronado, a bucear a Belice..... pues ni modo.  Aunque vayas a caminar al sope, una identificación, por cualquier cosa.
*Cepillo de dientes y pasta de viaje. A mi por mañosa me gusta cuando viajo traer de esos cepillos que se doblan en dos, de modo que las cerdas nunca quedan en contacto con el lavabo o el vaso del hotel y sirven muy bien para la bolsa. Normalmente los venden con unas pastitas chiquitas muy monas y con las que puedes volar en la bolsa.
*Una pluma! IN-Dis-Pen-Sa-Ble
*Teléfono y cables
*Tus medicinas de uso común: si tomas algún medicamento en forma habitual, no lo documentes, no te rifes a que se vaya a perder.


En tu equipaje:
*Shampoo y acondicionador sólidos. Desde que se venden estos inventos, mi vida ha cambiado. No solo no soy responsable de tirar miles de frasquitos de plástico, sino que no me queda el pelo como “el perro agradecido”con los shampoos de hotel y no se me tira mi shampoo en la maleta todos los días. Una maravilla. Llevas una cajita tipo Tupper donde los metes secos y listo y si los quisieras llevar en tu maleta de mano, jala.
*Ropa interior. No hay que llevar mil doscientos juegos. Con 3 o 4, que puedas lavar y secar , uno obscuro para que no salga el bra claro bajo la ropa negra en las fotos.
*Un traje de baño: uno nunca sabe cuando se necesite,           que si hubo alberca, playa, chance de un masaje o baño turco...
*Un outfit de ejercicio por lo menos y si acostumbras correr o hacer ejercicio en forma regular, dos o tres (también se lavan y se secan rápido, sobre todo si los exprimes dentro de una toalla y son de dry-fit).
*Zapatos súper cómodos, al menos dos pares para cambiar. Básico. En los viajes se camina y el traer zapatos que lastimen te puede amargar la vida. Si eres de pie sensible, un surtido de curitas, o el roll on para que no te salgan ampollas en los pies. 
*Un outfit que se pueda ver elegantito si la ocasión lo amerita: un vestidito que con un collar y chongo pase como mono, o un jumpsuit. Que no se arruguen mucho de preferencia.
*Algo por si hiciera frío de pronto. Las chamarras esas que se hacen chiquititas son buenazas o bien un suéter o pashmina ligerita y no muy abultadora,  si a donde vas hace mucho calor, pero piensa que no falta el sitio con el aire acondicionado a todo lo que da (los aviones por ejemplo, o los restaurantes en gringolandia donde casi hay pingüinos en verano, y no está de más tener con qué taparte)
*Algo para dormir, apropiado para el clima y el tipo de compañía. Alguien que no mencionaré por nombre es especialista en llevar a la playa pijamas de velour de manga larga y luego querer poner el aire acondicionado a temperaturas subárticas. Otra amiga era especialista en llevar la pijama súper cachonda cuando iba a la vacación multifamiliar y todo el mundo con cara de whaat.
*Un kit básico de medicinas y composturas: no quieres andar averiguando qué médico brujo o qué remedio adyurveda te va a sentar bien o no: un antigripal, un analgésico, un desinflamatorio, si eres dada a la alérgia un antihistamínico, un antidiarréico y unas curitas, un segurito y un hilo y aguja.Si vas a sitios exóticos, paquetitos de Kleenex y gel desinfectante.
*Lentes de sol, de ver, gorra o sombrero y bloqueador de sol.
*Dinero, cámara, cables. Un candado para la maleta . Una tarjeta de crédito. Una fotocopia en papel, de todos tus documentos por si se pierden: pasaporte y tarjetas sobre todo.
*No demasiada ropa, que combine entre si, que se pueda lavar o mandar lavar fácil y no te mueras si se estropea y que te quede lugar en la maleta para comprar cositas.
*Una bolsa de tela de esas que se hacen chiquititas para traer en tu bolsa: por si compras, por si hay que quitarse los zapatos (me los robaron en el Taj Majal, años antes de la película en la que salió el chistecito, o sea que ahora los cargo conmigo)
* Tus cosas básicas de baño: cada quién tiene diferentes pero, tu desodorante, las pinturas básicas, la cremita sin la que no puedes estar, el mousse o gel aplacador del pelo de loca, las ligas, los aretes.... Todo en cantidades y tamaños apropiados al viaje.

Cada quien tiene sus mañas y ya irás refinando tu propia lista y tu manera de hacerla, pero a mi me aliviana mucho la vida y ya irás teniendo tus propios tips, como  por ejemplo, yo siempre que se me acaba algo en el kit de baño, lo repongo de inmediato, porque me da por pensar que es algo que “ya está”, que puedo aventar a la maleta como va, y si dejo que algo falte, va a haber lágrimas en algún momento cuando no encuentre desodorante en un pueblo en el desierto.
Que padre es viajar, ¿no? Viaja, siempre que puedas, viaja.


viernes, 20 de septiembre de 2019

ATLAS

Atlas

El título no se refiere al equipo de futbol rojinegro, sino al mitológico Atlas que cargaba el mundo sobre su espalda. Me imagino lo que le dolería al pobrecito. Déjame te cuento que trabajé muchos años como conferencista, traductora y escritora para varias compañías farmacéuticas. Una de ellas, a la que agradezco haberme dado mucha chamba, tiene una línea importante de medicinas para el dolor, entre ellas, varias cositas para el dolor crónico. Y resulta que una de las causas principales de dolor crónico en México y el mundo (y no es comercial de chela) es el dolor de espalda. Yo iba y daba mi conferencia, pero me tocaba oír las de muchos otros ponentes, muchos gente picudísima que hablaba de cosas interesantísimas y les aprendí mucho. Al mismo tiempo les traduje muchos libros y folletos sobre temas afines, o sea que acabé de educarme muchísimo sobre el dolor, queriendo o no, y para acabarla, es un tema que me interesa, porque desde hace muchos años por una o por otra, me duele la espalda.
Resulta que, mal de muchos, consuelo de tontos, pero esto es un mal que aflige a un porcentaje altísimo de la gente.
Según tanta cosa que oí, leí, investigué y acumulé informaciones diversas por muchos lados, tiene mucho sentido el que sea uno de los padecimientos más comunes que aquejan al ser humano en la actualidad. ¿Pooooooor?
Resulta que si nos vamos al caldo primigenio de donde salió la vida, los primeros seres vivos fueron acuáticos. Hasta aquí estamos de acuerdo todos los que no creemos que los seres vivos actuales bajaron todos de un barco, ¿cierto? Bueno pues los primeros organismos unicelulares fueron dando lugar a seres más complejos, pero siempre acuáticos y los primeros vertebrados, así, se propone que fueron los peces. Fíjate en como son las columnas vertebrales de los peces. Se mueven en forma lateral. Piensa en como se mueve la cola de un pescado o de un tiburón. 
Bueno, pues un buen día, a uno de esos peces se le ocurrió salir del agua. No es cierto. Ojo. Estoy hablando en forma figurativa. Hubo un ancestro común que dio lugar a un organismo anfibio que podía vivir un poco afuera del agua y...... eventualmente tras muchas generaciones empezó a haber vida terrestre. Evolucionaron seres con patitas, necesarias para moverse en tierra y la columna vertebral evolucionó con ellos. Los reptiles son como el punto medio. Ve como mueve la cola al nadar un cocodrilo, si bien sus patas se mueven al caminar hacia adelante como las de otros animales, más o menos.  Las aves, los mamíferos, y entre estos incluso hubo unos que tuvieron la puntada de volver al agua, como los cetáceos, pero ya con una columna vertebral completamente volteada (otra vez hubo un ancestro común que dio lugar a un organismo que.... no es que un buen día un perro se metió al agua y ¡taraaaan! Tenemos una foca señores. No digan que yo dije barbaridades). Ve como mueve la cola un delfín y una ballena. Completamente distinto que un pez. 
Bueno, y a nosotros, ¿qué? Pues que los mamíferos en general, como nosotros, evolucionaron en general con columnas vertebrales horizontales en su mayoría. Los que tienen partes verticales importantes tienen musculaturas poderosísimas para soportar esas partes casi verticales, como el cuello de los caballos, camellos, jirafas, y  si la altura es importante, la cabeza generalmente no es muy pesada. Piensa en las jirafas y los camellos con sus cuellotes diagonales, musculosos y sus cabezas chiquitillas. 
Ah, pero el ser humano. Me lleva la trompada. No solamente decide caminar erguido, sino que decide tener la maceta proporcionalmente más grande de todo el reino animal y el cuerpo proporcionalmente menos fuerte para soportarla. Piensa en un gorila de espalda plateada. Su espalda normalmente está diagonal al piso, la soporta con poderosísimas piernas y brazos que apoya en el piso casi siempre, su espalda es muy, muy musculosa, y su cabeza proporcionalmente es mucho más chica que la de un masiosare cualquiera. ¿A quién crees que le duele más la espalda? Ahora, la mamá gorila. Misma historia, pero su bebé además es proporcionalmente una mirruña, y se sabe pepenar de la mamá súper bien al poco tiempo de nacido. La mamá camina con su espalda en diagonal y con el bebé colgado de ella o agarrado de su espalda. Compara en tu mente con Lady Santa  que trae a un mega-bebé de 16 kilos dormido como peso muerto en los brazos y además trae una bolsa que pesa unos 8 kilos, una pañalera, el huevito de la carreola y alguna otra monada en brazos. ¿A qué concursante le dolerá más la espalda?


Para seguirle echando leña al fuego, nuestros hábitos son de asco. Sobre todo en los últimos tiempos: pasamos horas sentados en la oficina, en el coche, frente a la tele o los video juegos en posturas que nos lastiman. Cargamos bolsas y  mochilas que también nos lastiman. Cuando nos “relajamos” también nos lastimamos muchísimo: corriendo, haciendo pesas, haciendo una serie de actividades que nos dan unas maltratadas bárbaras. Y que no quiera la señora verse bonita, porque entonces si ya valió: el Loubutin de 20 cm le hace a la columna un numerito de concurso.





Luego para acabarla, mucha gente tiene sobrepeso y esto tampoco ayuda.
Me acuerdo cuando estaba embarazada, fue cuando empecé con los dolores de espalda y me preguntaba, ¿como hay gente que pudiendo evitarlo vive así? Veía con incredulidad a los señores barrigones. Claro, ponle a tu cuerpo un friego de kilos de más y para acabarla, mal centrados, pues por supuesto que el resultado eran unos dolores lumbares y una ciática espantosos. Llegué al grado de ir con un tapicero de pueblito  y comprar un hulespuma muy grueso y mandarle cortar un agujero para que cupiera mi panza, para poderme acostar boca abajo, a ver si así se me quitaba el dolor de espalda. La verdad es que no. Lo único que me alivianaba era nadar. Oooobvio. Ya el espejo me lo decía. Parecía Shamú, debía volver al agua. Ya fuera de bromas, en el agua, mi pobre espalda no tenía que cargar con la barriga y la vida era más feliz.  Pensé que cuando naciera el bebé, se me iba a quitar. Mala broma de la vida: las posturas de la lactancia, el cargar con chamaco, pañalera, bolsa, silla de huevo, carreola, tampoco ayudaron. Quien haya depositado a un chamaco dormido en una cuna de viaje, que me diga si no se levanta con las manos en las lumbares y haciendo un ruido como de animal parturiento. No manches.  Quien haya ido a Disney y “disfrutado” de un desfile con un niño en brazos y otra en los hombros y la carreola de “paraguas” colgada del codo, ya me dirá si se le curó el dolor de espalda. Las idas a esquiar con dos chamacos y como mamá sola, en las que tienes que cargar tus esquís, tu casco, pero los de los niños, pero caminar con la bota, pero...... Y luego para acabarla, me dio por correr.  Y para rematar me atropellaron. Mi pobre espalda es el claro ejemplo de lo que uno no debe de hacer con su pobre cuerpecito y como yo hay muchísima gente. 


¿Qué se puede hacer al respecto? Si te quejas de dolor de espalda y vas con un “especialista” cuchillero, te va a decir que tienes una hernia de disco- o varias-y que hay que operarte a la brevedad. Según le pude aprender a tanta eminencia y cito al presidente de la Sociedad Europea de Cirugía de Espalda, ahí nomá: la cirugía es el último recurso. Uno NO debe operarse la espalda a menos que sea inevitable. No solo lo dice el, el señor que inventó el aparato más fregón para la técnica endoscópica para operar hernias discales, coincide. TODO el mundo tiene discos herniados. Unos son sintomáticos y otros no. Y la mayoría se resuelven solos. Si alguien con tremendo dolor de espalda va al doctor, le hacen un estudio y le dicen “Claaaro es que usted tiene un disco herniado, le programo su cirugía el Lunes”, y lo acompaña un pariente al que no le duele nada y le hacen el mismo estudio, suponiendo que no costara un dineral, muy probablemente le encuentren también discos herniados.  O sea que la cirugía no es la primera línea de tratamiento. Hay que cambiar de hábitos, ayudarle a nuestra espalda con buenas posturas, con ejercicio que le venga bien como pilates y yoga, fortalecer los músculos que le ayudan como el abdomen y los músculos dorsales, tener cuidado al cargar- es decir cargar siempre con las piernas y no con la espalda, si tenemos que cargar mochila o bolsa pesada, que sea un back pack y bien puesto sobre los dos hombros, aunque nos veamos ñoños. Usar los zapatos correctos en la medida de lo posible, y tratar nuestro cuerpo con cariño. Corregir la postura y tratar el dolor. 
Aprendí también que cualquier dolor que dura más de 3 meses, se convierte en crónico. Es decir, el cerebro se acostumbra a que esa señal siempre esté, y entonces como que se queda pegado. Aunque el agente causante del dolor ya no esté, el dolor va a seguir ahí, o sea que atiéndete si te duele y cuídate. 
Me acuerdo de Atlas, porque me duele la espalda. Quiero ser gorila caray. 

domingo, 1 de septiembre de 2019

Deshonras de Spa


Deshonras de Spa

            Es una delicia vivir en esta época de la vida en la que hay tantos y tan variados spas, por todas partes y a precios decentes. Aprovéchenlos ustedes que viven en mi México y  pueden consentirse de vez en cuando. En Musulmania, donde ahora vivo, no es algo que se acostumbre comúnmente y el título del escrito viene porque conozco a una niña Sueca, casada con un Jordano, que acostumbrada a que en su país uno se da masajes semanales como parte de su rutina de “higiene personal” y se le ocurrió preguntarle a su suegra, mujer musulmana, sumamente tradicional y de un pueblito del norte de Jordania, que dónde se podía ir a dar un masaje. Le contestaron con un “ Aiiiiiiii! A3eeb aleeeki!”, que libremente traducido significa algo así como “Shame on you” o “deshonra!”. Ella se indignó. Decía: ¿Deshonra? ¿Cual deshonra? ¿Qué le pasa a la vieja? ¿Cree que qué? Y yo no podía dejar de atragantarme de la risa, porque hete aquí que si tengo una pequeña colección de historias de terror de spas, propias y ajenas, que sin balconear a las personas en cuestión por nombre, les voy a platicar.

            En primer lugar, creo que ya quedó clarísimo que soy fan número uno del spa. Me encantan los masajes: descontracturantes, deportivos, relajantes. Los tratamientos que te envuelven como mixiote con diferentes cositas que generalmente huelen a comida, no tanto. He probado suecos, tailandeses, balineses, ayurveda, con piedras calientes, con maderas, con técnicas de todo tipo.  Los faciales se me hacen importantísimos por cuidado personal, porque sí dan resultados y te ayudan a evitar traer la cara como axila de elefante, toda reseca, o llena de puntitos negros y cosas, pero no son mi idea de una hora divertida y relajada. Lo del masaje si, me parece una cosa riquísima, y una inversión de tiempo y dinero que bien vale la pena. Hombre, no las millonadas que piden en Spas de hoteles para gringo millonario, pero hay cosas muuuuuy decentes.
            Desde que me atropellaron, la espalda me quedó bastante maltrecha, y como camino como camello de caravana por cuestiones de mi chamba, y cargo bultos como mecapalero, suspiro a veces por un buen masaje, pero en mi pueblo no se acostumbran los quiroprácticos, la acupuntura, ni esas artes. En algunos hoteles, sobre todo en el Mar Muerto hay buenísimos Spas, y en Amman hay unos baños turcos en donde dan unos masajes relajantes con aceites que son una maravilla. No son tan efectivos para alinear la espalda, pero una clase de yoga y un masajito de esos y yo quedo como alfombra voladora, toda relajada, y sobre todo muy contenta. La pena es que muchas veces no tengo tiempo de hacerlo tan seguido como quisiera.

            Ya tengo conocidos aquí un par de baños turcos buenos, y baratos. Uno de ellos la verdad no tan bonito, pero muy limpio y con una masajista Iraquí a la que estuve a dos de proponerle matrimonio, con perdón de Alarís y antes de apalabrarme con él y recientemente uno más cerca de mi casa, arriba de la peluquería donde finalmente pegué mi chicle  y voy a que me peinen, corten y pinten cuando me quiero consentir.
            Ya sé que estás leyendo esto por puro morbo y quieres llegar a las historias horrorosas. Ahí voy.
            Hasta encontrar qué masajes te gustan y cuales no hay que practicar un poco el ensayo y error. Preguntar, averiguar, y muchas veces si, caer en manos de varias bestias peludas. Cuando corría maratones, para salir de alguna lesión me recomendaron a unos masajistas, que me lastimaron más de lo que ya estaba, los moretones hasta me daba miedo que me fueran a producir una trombosis y por supuesto que no me curaron nada. Nunca más. Los famosos masajes de adelgazar que yo creo que funcionan porque te meten un miedo a no tener éxito en la dieta después de las madrinas que te ponen con regularidad, que claro que te la piensas dos veces antes de comerte ni media chispa de chocolate. Los masajes tailandeses que parecen ataques ninjas, entre instrucciones para relajarte y de pronto sendos codazos por todos lados....... El chiste es encontrar algo que te guste, que sea tu estilo, en un ambiente que de verdad te relaje y que para ti sea una salida de la rutina y un momento de placer absoluto, pero en un marco de seguridad y respeto.
            En un hotel muy elegante y lindo en Los Cabos un señor, al que no vamos a mencionar por nombre, que no acostumbraba masajearse, fue a darse un masaje. Lo atendió un bigotón acapulqueño. Lo acomodó en la camilla y le preguntó si quería el masaje suave, mediano o recio. El hoy occiso, pensando en que no fuera el masajista a pensar que era poco hombre, le dijo que recio. Le han dado una maltratada de horror y a la mitad, con lágrimas en los ojos tuvo que pedir, Mediano, bájele a mediano! Salió y se durmió 18 horas, destrozado, pero eso sí, con la hombría intacta. El acapulqueño se debe de seguir riendo.
            Una conocida, muy de pueblo, en México, nunca se había dado un masaje hasta que un día su papá les regaló a ella y a sus hermanas un fin de semana en un hotel spa padrísimo. Allá va como ratón de campo que va a la ciudad, a probar de lo que había oído que tantas amigas y parientas hablaban con tanto gusto. Salió echando pestes y diciendo que no entendía como pagaban porque les hicieran esas cosas tan horribles. Que el hombre que le dio el masaje se dedicó a tocarla en sitios inapropiados y que así como uno se va a relajar. La pobre pensó que así era y ni protestó de que le tocó un viejo degenerado. Muy mal! Un buen masajista tiene que ser profesional en todo momento y hacerte sentir cómodo aunque estés desnudo o no. Ya después lo tomó a risa  porque no pasó a mayores, pero pues muy mal.
            Otra vez fui de viaje a la India y a Nepal con mis hermanas, unas primas y unas amigas. En Nepal, mientras parte del grupo con el que íbamos se fueron a volar sobre el Everest o no se qué historia, una de mis hermanas y yo decidimos darnos un masaje en el hotel. Llamamos para reservar y desde ahí comenzó el folklore porque les conflictuaba que fuéramos dos mujeres y solamente tenían una masajista mujer y un hombre. Les dijimos que no teníamos problema. Que si eran profesionales, tanto daba, sexo indistinto. Total, vamos al spa. En Nepal y en las provincias de India, la gente suele ser flaca como chiflido, y las mujeres bajitas por lo que la gente llenita, y las mujeres altas llaman la atención: dicen “Ohhhh, Madam very strong”. Nos vieron y se les chispó la risa y decidieron con quién mandaban al hombre y con quién a la mujer de acuerdo a como nos vieron. Estaban chistosísimos. A mi me mandaron con una mujercita que no pasaría del 1.35 de estatura y decía llamarse Sarita.  Pasamos a una cabina, en donde la cama de masaje era como una mesa de carnicero de mercado mexica. De azulejo blanco, cuadrado y chiquito; en el centro del cuarto y de una altura sospechosa, como de barra de bar, y todavía más sospechosa considerando que la masajista era tan bajita. Me pidió que me instalara boca abajo en la mesa y cuando me acomodé me dijo, “Espero no se moleste.” Y de un brinco como de gimnasta olímpica, se encaramó a horcajadas sobre mí como si fuera yo un poni salvaje. No paró de cotorrear todo el rato. Me contó cuántos hijos tenía, la historia de su vida y ya no me acuerdo cuántas cosas más. Por supuesto como masaje, nada, pero me hizo reír tanto, que la experiencia sirvió su propósito, salí relajada y contenta. Cuando me dio la cuenta, equivalía como a 9 dólares.  Le dejé 25 de propina y se quedó felicísima.
            Cuando estaba recién casada en México, una amiga me dijo que su mamá tenía una masajista que iba a su casa, que era muy buena, que no cobraba caro y que tenía mucha necesidad, que si no se me antojaba que fuera a mi casa una vez a la semana y que...... Total le dije que el exposo dijo que sí, y luego siempre se andaba escondiendo para que no le dieran masaje a él. Gravísimo error, porque durante casi 6 años estuve con esa historia. Muy buena gente la mujer, pero no era buena masajista y siempre venía con una retahíla de tragedias, me costaba un dineral, me moría de frío porque por ese entonces vivía en una de esas casas en Bosque de las Lomas que están enterradas en un barranco y hacía un frío de pastorela adentro, por lo que tirarte en el piso en ropa interior era un tormento, pero como todas las veces me contaba cuántas deudas y problemas tenía en la vida y yo tengo corazón de pollo, no podía decirle que ya no viniera más. Además me contaba treinta mil chismes de “Mi Clienta.....” y me imagino que lo mismo haría conmigo y sus demás clientas, ventilando el color y estado de mis chones y mis pompas con quién se dejara.
            A una de mis amigas le encargaron una chamba porque debe de tener un karma magnífico, y porque es buenaza en todo lo que hace. Pero imagínate este trabajo: ir a probar los mejores spas de México para un reportaje. No, pues wow. Desde ya aviso, a quién quiera, que estoy disponible para estas gracejadas el día que se requiera y en cualquier punto del globo. Puedo ser piloto de pruebas de spa, siempre. Es más, lo voy a poner en mi Ridículum ya.  Total que en esas estaba esta mujer, cuando vino un masajista espectacular world-famoso de no se dónde y le estaba dando un masaje de cállate los ojos. Cuando estaba por acabar, ella boca arriba,  la levantó de los hombros, ya sabes, cuando hacen esto como para aflojar toda la musculatura de la espalda superior. Ella estaba en un momento tan zen, que pensó que era un abrazo y se lo devolvió al masajista....... y luego se deshizo en disculpas y en un charco de vergüenza. Cada que me acuerdo lloro de la risa.

            Los masajes en Asia son toda una historia. Ahora que están tan de moda las Lunas de Miel en el sureste asiático mucha gente sabe de lo que estoy hablando. Te das un masaje en alguno de esos países y viene una asiática preciosa como muñequita que te saluda en un idioma incomprensible y te masajea, preguntándote todo el rato “Are you enjooooyiiiiiiing? Is the pressure al riiiiighhhhhht??” Una cosa riquísima. Una las historias que más me han hecho reír es una que me contó Jani acerca de uno de estos spas, en los que se apersonó la masajista en cuestión y mientras pactaban el tipo de masaje y el precio, le dijo que el mejor masaje que tenían era el Bolituboli. Que costaba el doble. Jani es sumamente aventurera y dispuesta siempre a probar novedades y dijo que estaba bien. Acto, seguido la masajista empezó a abrazarla y a untársele como estampa, mientras ella protestaba e intentaba zafarse como el gatito y el zorrillito de las caricaturas. “ Oiga! ¿Que le pasa?”  Y la asiática le dijo, “ Usted pidió un bolituboli. My Boly on your boly” Quería decir body to body, jajajaja, y era una cuestión entre masaje y cosa erótica rara. Hay que informarse bien antes de decir que sí.  
              En México me he dado masajes deliciosos y he tenido experiencias de spa padrísimas en hoteles buenazos y en day spas lindísimos. Y también en temazcales y cosas extrañas en pueblos raros en donde el "chamán" estaba en Rinbros  y la experiencia no fue nada relajante, sino más bien un poco preocupante, pero todo es anécdota y al final es divertido. 
            Híjole, con tanta platicadera, ya se me antojo y creo que amerita que me vaya al baño turco después de ir al gimnasio a que me den un masajito de esos que hacen que el mundo se vea de otro color, aprovechando que hoy puedo.
Salam!



HELLAS

  Como lo que más me gusta en la vida es viajar, y hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, mi respuesta a estar feliz es viajar...