sábado, 28 de julio de 2018

CUANDO LA LUNA SE PONE RE-GRANDOTA


¿Qué tal el eclipse de ayer? Tuvimos la enorme suerte en Amman de que en primer lugar, nos tocó de noche, o sea que sí se podía ver la luna y en segundo lugar, es tan seco por acá, que no hay nubes ni de relajo, o sea que es uno de los mejores lugares del mundo mundial para ver el cielo de noche. No quiero pensar como se debe de haber visto en Wadi Rum.

            Se vio increíble como la luna llena, que ya estaba toda visible, pues ya estaba obscuro, se fue poniendo obscura desde el lado izquierdo hasta quedar completamente opaca. Se veía roja, como una cosa de planetario, rarísima. No roja brillante como se ve a veces baja o como cuando se va a meter el sol en el mar, roja mate, como muy cerca. Y luego empezó a iluminarse por el lado donde se empezó a obscurecer, por la izquierda otra vez.

            Por suerte, en Facebook, en whatsapp y en todos lados, se había comentado el punto previamente, porque si no, a mi que soy súper distraída, me podrían haber pasado dos cosas: o bien que se me hubiera borrado el casette por completo y me hubiera ido a dormir temprano sin enterarme de que iba a suceder o que me hubiera asomado por la ventana y pensado que ahora sí estaba perdiendo la razón definitivamente al ver la luna roja y rara.
            Lo que en verdad pasó, es que alertados Alarís y yo del suceso y en vista de que estábamos en la casa en paz, nos hicimos unas palomitas, el míster se preparó una shisha, con toda la ceremonia que esto conlleva, bajó a la bodega del garaje a por dos sillas de plástico y subió a ponerlas  en la azotea, donde resulta que hay unos chipotes cuadrados que son los remates de los pilares del edificio y sirven a todo dar de mesitas, y ya teniendo todo listo, subimos con las palomitas, la arguila, la cámara y dispuestos a ver el eclipse.
            Para los musulmanes la luna es muy importante. No se si hayas visto alguna vez o si seas observador, pero todas las mezquitas, tienen sobre la cúpula una media luna, las banderas de muchos países musulmanes tienen lunas crecientes, en las decoraciones del ramadán se ponen lunas por todos lados y la luna se consulta siempre para los calendarios rituales de la religión. Aquí la Cruz Roja, no es Cruz, es Luna Roja, faltaba más. A tanto pleito con las cruzadas, no iban a dejar el símbolo del bando contrario como representante de una institución tan meritoria. Las ambulancias tienen una lunita roja, al igual que los botiquines.

            Pregunté que a qué tanta afición con la luna, si solo por el calendario, por estética o por qué. Pues resulta que hay una creencia que todo lo iluminado por la luna está bajo los ojos de Dios o sea que por eso la luna es un símbolo importante para la religión de esta gente. Hay otra teoría que dice que esto es una historia y que solamente la tomaron como símbolo porque en las cruzadas los cristianos tenían la cruz y ellos necesitaban otro símbolo y pues ese les vino bien. ¿Quién sabe? 
            Cuando el eclipse llevaba un rato, empezó a verse aquí como a las 8.30 de la noche, como un halo en la luna, a notarse bien una orilla obscurecida como a las 9 pasadas y a las 9.30 o por ahí es la hora de la última oración. Como estábamos en la azotea, y tenemos un par de mezquitas muy cerca nos tocó oír todo el rezo. El de siempre y aparte en el sermón se comentó el punto del eclipse, alabando a Dios por las maravillas de la Naturaleza. Eso es algo muy de aquí. Cuando la gente ve algo bonito o impresionante que es natural dicen “Subhan Allah”, que ellos traducen como Aleluya y es algo así como Alabado sea Dios.  Que diferentes somos, no me imagino a los curas de mi colegio cantando aleluyas durante un eclipse o una tormenta, si bien la idea es la misma.

            Tomamos muchas fotos bien padres con la cámara, el teléfono para estos casos no sirve de absolutamente nada, lo pasamos bien, platicamos rico. El mirar la luna es como mirar una fogata, te deja medio lampareado pero teda paz, o por lo menos a mi me pasa eso; nos comimos las palomitas y un té con galletitas, Alarís se fumó su pipa y todavía metichamos la jugada de cartas de los vecinos del edificio de enfrente que traían buen relajo en su terraza y ni cuenta se estaban dando del eclipse, del rezo ni de nada.  Cuando la luna se puso toda roja, nos bajamos un rato a la casa, ya nos había dado frío- ya sabes, cuando vives en un calor del terror, 22 grados y te “enfrías”. Como en una hora volvimos a subir, a ver como iba la cosa y la fiesta del vecino ya había acabado, estaba recogiendo los cojines de su salita para que no se los comiera el sol y el muy ñoño pensaba que yo lo estaba viendo a el. Juró que había ligado porque Alarís estaba agachado poniendo la cámara en una silla para tomar una foto y no lo veía, solo me veía a mi asomada por la barda y ya estaba poniéndose contento cuando vio a Alarís levantarse y se amargó. A mi me dio más risa.  Cabe aclarar que Alarís no se avergonzó ni mucho menos, antes de que alguien salga con que soy la deshonra de este pobre país que tiene la desgracia de tenerme como residente y voy causando escándalo por donde voy. Total todavía nos esperamos otro rato abajo, ya la luna había caminado lo suficiente para que se viera por la ventana de mi sala, para tomar fotos de ahora como se iluminaba hasta la mitad por el otro lado y nos fuimos a dormir.

            En la mañana, me levanté y había una nube grande cubriendo el sol, pensé OLE, hasta el clima cambió con el eclipse, a ver si al final tenemos un día medio fresco. ¿Quién me entiende verdad? Cuando hace frío me lleva la tristeza y me da tiricia pero cuando hacen estos calores también me achicopalan un poco. El que del coche a la puerta de los lugares me haga sentir como la Bruja Mala del Oeste cuando se derrite, no está tan chistoso. En fin, me metí al baño a lavarme los dientes y ZAS! Cuando salí, la triste nube había desaparecido y otra vez hizo un calor de la tostada, hay cosas que no cambian, ni hablar. Al cabo solo queda un mes de calor terrible, y ya viene el otoño que es bastante a gusto.  

            La gente jipiosa-pachecona habla de grandes cambios energéticos, de que era una oportunidad para pedir deseos, cambiar energías, dejar ir cosas atoradas, y pues ¿porqué no? Cualquier pretexto es bueno para hacer un cambio hacia la energía positiva.


Salam!

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HELLAS

  Como lo que más me gusta en la vida es viajar, y hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, mi respuesta a estar feliz es viajar...