sábado, 28 de julio de 2018

CUANDO LA LUNA SE PONE RE-GRANDOTA


¿Qué tal el eclipse de ayer? Tuvimos la enorme suerte en Amman de que en primer lugar, nos tocó de noche, o sea que sí se podía ver la luna y en segundo lugar, es tan seco por acá, que no hay nubes ni de relajo, o sea que es uno de los mejores lugares del mundo mundial para ver el cielo de noche. No quiero pensar como se debe de haber visto en Wadi Rum.

            Se vio increíble como la luna llena, que ya estaba toda visible, pues ya estaba obscuro, se fue poniendo obscura desde el lado izquierdo hasta quedar completamente opaca. Se veía roja, como una cosa de planetario, rarísima. No roja brillante como se ve a veces baja o como cuando se va a meter el sol en el mar, roja mate, como muy cerca. Y luego empezó a iluminarse por el lado donde se empezó a obscurecer, por la izquierda otra vez.

            Por suerte, en Facebook, en whatsapp y en todos lados, se había comentado el punto previamente, porque si no, a mi que soy súper distraída, me podrían haber pasado dos cosas: o bien que se me hubiera borrado el casette por completo y me hubiera ido a dormir temprano sin enterarme de que iba a suceder o que me hubiera asomado por la ventana y pensado que ahora sí estaba perdiendo la razón definitivamente al ver la luna roja y rara.
            Lo que en verdad pasó, es que alertados Alarís y yo del suceso y en vista de que estábamos en la casa en paz, nos hicimos unas palomitas, el míster se preparó una shisha, con toda la ceremonia que esto conlleva, bajó a la bodega del garaje a por dos sillas de plástico y subió a ponerlas  en la azotea, donde resulta que hay unos chipotes cuadrados que son los remates de los pilares del edificio y sirven a todo dar de mesitas, y ya teniendo todo listo, subimos con las palomitas, la arguila, la cámara y dispuestos a ver el eclipse.
            Para los musulmanes la luna es muy importante. No se si hayas visto alguna vez o si seas observador, pero todas las mezquitas, tienen sobre la cúpula una media luna, las banderas de muchos países musulmanes tienen lunas crecientes, en las decoraciones del ramadán se ponen lunas por todos lados y la luna se consulta siempre para los calendarios rituales de la religión. Aquí la Cruz Roja, no es Cruz, es Luna Roja, faltaba más. A tanto pleito con las cruzadas, no iban a dejar el símbolo del bando contrario como representante de una institución tan meritoria. Las ambulancias tienen una lunita roja, al igual que los botiquines.

            Pregunté que a qué tanta afición con la luna, si solo por el calendario, por estética o por qué. Pues resulta que hay una creencia que todo lo iluminado por la luna está bajo los ojos de Dios o sea que por eso la luna es un símbolo importante para la religión de esta gente. Hay otra teoría que dice que esto es una historia y que solamente la tomaron como símbolo porque en las cruzadas los cristianos tenían la cruz y ellos necesitaban otro símbolo y pues ese les vino bien. ¿Quién sabe? 
            Cuando el eclipse llevaba un rato, empezó a verse aquí como a las 8.30 de la noche, como un halo en la luna, a notarse bien una orilla obscurecida como a las 9 pasadas y a las 9.30 o por ahí es la hora de la última oración. Como estábamos en la azotea, y tenemos un par de mezquitas muy cerca nos tocó oír todo el rezo. El de siempre y aparte en el sermón se comentó el punto del eclipse, alabando a Dios por las maravillas de la Naturaleza. Eso es algo muy de aquí. Cuando la gente ve algo bonito o impresionante que es natural dicen “Subhan Allah”, que ellos traducen como Aleluya y es algo así como Alabado sea Dios.  Que diferentes somos, no me imagino a los curas de mi colegio cantando aleluyas durante un eclipse o una tormenta, si bien la idea es la misma.

            Tomamos muchas fotos bien padres con la cámara, el teléfono para estos casos no sirve de absolutamente nada, lo pasamos bien, platicamos rico. El mirar la luna es como mirar una fogata, te deja medio lampareado pero teda paz, o por lo menos a mi me pasa eso; nos comimos las palomitas y un té con galletitas, Alarís se fumó su pipa y todavía metichamos la jugada de cartas de los vecinos del edificio de enfrente que traían buen relajo en su terraza y ni cuenta se estaban dando del eclipse, del rezo ni de nada.  Cuando la luna se puso toda roja, nos bajamos un rato a la casa, ya nos había dado frío- ya sabes, cuando vives en un calor del terror, 22 grados y te “enfrías”. Como en una hora volvimos a subir, a ver como iba la cosa y la fiesta del vecino ya había acabado, estaba recogiendo los cojines de su salita para que no se los comiera el sol y el muy ñoño pensaba que yo lo estaba viendo a el. Juró que había ligado porque Alarís estaba agachado poniendo la cámara en una silla para tomar una foto y no lo veía, solo me veía a mi asomada por la barda y ya estaba poniéndose contento cuando vio a Alarís levantarse y se amargó. A mi me dio más risa.  Cabe aclarar que Alarís no se avergonzó ni mucho menos, antes de que alguien salga con que soy la deshonra de este pobre país que tiene la desgracia de tenerme como residente y voy causando escándalo por donde voy. Total todavía nos esperamos otro rato abajo, ya la luna había caminado lo suficiente para que se viera por la ventana de mi sala, para tomar fotos de ahora como se iluminaba hasta la mitad por el otro lado y nos fuimos a dormir.

            En la mañana, me levanté y había una nube grande cubriendo el sol, pensé OLE, hasta el clima cambió con el eclipse, a ver si al final tenemos un día medio fresco. ¿Quién me entiende verdad? Cuando hace frío me lleva la tristeza y me da tiricia pero cuando hacen estos calores también me achicopalan un poco. El que del coche a la puerta de los lugares me haga sentir como la Bruja Mala del Oeste cuando se derrite, no está tan chistoso. En fin, me metí al baño a lavarme los dientes y ZAS! Cuando salí, la triste nube había desaparecido y otra vez hizo un calor de la tostada, hay cosas que no cambian, ni hablar. Al cabo solo queda un mes de calor terrible, y ya viene el otoño que es bastante a gusto.  

            La gente jipiosa-pachecona habla de grandes cambios energéticos, de que era una oportunidad para pedir deseos, cambiar energías, dejar ir cosas atoradas, y pues ¿porqué no? Cualquier pretexto es bueno para hacer un cambio hacia la energía positiva.


Salam!

domingo, 22 de julio de 2018

PAZ PARA SIRIA


            PUM! PUM! PUM! Desde ayer no dejan de caer bombas sobre Siria. No es desde ayer. Desde ayer estoy en la frontera y las oigo y las siento. A menudo se oyen, como truenos lejanos, como si fuera a llover, pero ahora se sienten, se cimbran puertas y ventanas y es una cosa que no para las 24 horas. Se parte el corazón de pensar en la gente que queda allá y la que dejó su país con la esperanza de volver. ¿Quién es responsable? ¿Qué es lo que pretenden? ¿Qué no quede absolutamente nada del precioso país vecino? Lo peor es que a todo nos acostumbramos, te despiertas a media noche con la sacudida de puertas y ventanas y el estruendo: ¿qué pasó? Una bomba. Ah. Y te vuelves a dormir, con el corazón estrujado, pero igual te duermes. Es de no creerse. A la luz del día se siguen oyendo, menos seguido. Si miras hacia la frontera, no se ve nada. De por sí aquí la visibilidad no es mucha y menos en esta época del año en la que el polvo en el aire por la resequedad del ambiente hace que no haya vistas muy claras y yo supongo que la guerra habrá hecho lo suyo por levantar polvaredas también.
Frontera entre Jordania y Siria, al norte de Irbid

            El tener la guerra tan cerca y a la vez tan lejos da un complejo como de sobreviviente, da algo de cargo de conciencia. Amanezco agradecida con la vida por vivir en paz, por tener la suerte de no estar viviendo lo que viven los vecinos, pero sintiéndome fatal por ellos y por no poder hacer nada, más que donar ayuda para los refugiados de los campos y a veces platicar o enseñar manualidades a las mujeres sirias, para que se ocupen.  Da hasta remordimiento preocuparse por tarugadas, cuando cada media hora oyes y sientes el golpe de una bomba más, que le está destruyendo la vida a alguien muy cerca.
             En estos pensamientos estaba en la mañana, y en la tarde fui a dar la vuelta a un mirador a uno de los valles que dan a la frontera, y tomé las fotos que ves aquí. El pueblo al otro lado del valle es todavía jordano. Detrás ya está Siria.
            Qué desesperación. Ya estuvo bueno de rezar por Siria. No puede ser que el mundo entero no pueda poner un alto a la tragedia que se está viviendo allí y solo nos horroricemos ante el espectáculo que nos toca ver ya sea a través de los noticieros, de las redes sociales o de los refugiados en los diferentes países. Aquí en Jordania, gracias a Dios, los refugiados, que son muchos, están en bastante buena situación, dentro de lo que cabe. Nadie quisiera ser desplazado de su país por una guerra, pero dentro de todo, no están en situación de pobreza extrema o de vivir sin techo. Hablan el idioma, reciben ayuda de varias ONGs, tienen conocidos, si no están en posición de mantenerse solos, se les ayuda y se les busca manera a través de organizaciones internacionales de encontrar residencia y trabajo permanente en otros países si es que no quieren quedarse aquí.
 Estuve en Turquía hace poco y la historia es otra. Hay muchos sirios que si tienen trabajo, pero están dispuestos a hacer lo que sea. Por ejemplo son los meseros de la arguila en los restaurantes. No sé si has tenido oportunidad de ver este fenómeno en medio oriente, pero me parece un trabajo horrible. En cualquier restaurante uno puede pedir una shisha o arguila como quién pide un café. El encargado de las pipas de agua, trae el aparatejo, junto con los carbones hechos brasa en un cacito especial y trae una boquilla suya para la manguera y se encarga de echar a andar la pipa dándole las primeras fumadas hasta que prenda bien. A cada rato, viene y cambia los carbones de las pipas de los comensales o sea que se pasea con su cacito de brasas por todas partes. Si la pipa de alguno no tira por alguna razón, le llaman y viene y cambia la boquilla y le da unas fumadas fuertes para tratar de destapar la pipa. Si no funciona, quita la cabeza de la pipa, le sopla para mover el tabaco quemado y la vuelve a colocar y le da otras fumadas, y se la vuelve a pasar al cliente. Total el pobre hombre se la pasa acarreando carbón y fumando ajeno, debe terminar con los pulmones perjudicadísimos, porque entre angas y mangas termina fumando muchísimo. Me parece un trabajo horrible y con un riesgo para la salud alto, aunque habrá quien discuta que fuma de a gratis, pero pues fuma cuando quieren los demás, el tabaco ajeno y cuando no funciona bien y cuando hay que “arrancarlo” que creo que no es agradable. Hacen trabajos informales de limpieza, venden flores en la calle, botellas de agua en los semáforos y por supuesto, mendigan, cosa que en Jordania no se ve. Se parte el alma. Y después de eso, ver que hay quién sigue empeñado en destruir lo poco que queda de su país dan ganas de poner una queja formal en algún lado.
Aquí se dice que las bombas ahora son Rusas e Iraníes, no Americanas como fueron hace poco. La cuestión es que varias potencias se sienten justificadas para destruir los hogares de millones de seres humanos, todo con afán de poder y con el fin de obtener beneficios políticos y económicos.

Es hora no solo de rezar por Siria. Si tienes oportunidad de ayudar de alguna manera,  directa o indirectamente a los refugiados, hazlo, de verdad lo necesitan. Así mismo, si tienes manera de influenciar aunque sea de manera mínima para que esta locura termine, hazlo también. El mundo necesita paz, Siria necesita paz.
Salam!

miércoles, 18 de julio de 2018

VIAJA A TURQUÍA

Turquía es un destino lleno de posibilidades.  Es un país grande, con diferencias geográficas y culturales importantes, varios climas distintos y mucho que ver y hacer. Los turcos han sabido recientemente aprovechar su riqueza y explotar su potencial turístico por lo que tienen la infraestructura y la hospitalidad necesaria para hacer que nos sintamos bien recibidos como visitantes y han sabido aprovechar las áreas de oportunidad que han dejado abiertas algunos países vecinos, pero vayamos por partes haciendo un recorrido por las diferentes zonas del país.
Estambul

¿Cómo viajar a Turquía? Mucha gente lo hace llegando a Estambul en un crucero. Los cruceros son una manera genial de viajar, ya que puedes conocer varios destinos con la comodidad de no tener que empacar y desempacar y perder un día en lo que te mueves de un sitio a otro, sino ir en tu hotel flotante que para acabarla está lleno de cosas divertidas que hacer, de buena comida y te atienden muy bien. Estambul es un puerto muy popular para cruceros. Otra manera es obviamente llegando por aire o por tierra desde algún otro país. Turquía tiene estupendos aeropuertos y transportes. Estambul solamente tiene dos muy buenos aeropuertos y están construyendo un tercero que amenaza con estar entre los tres más grandes de Europa. Turkish Airlines es una de las mejores líneas aéreas del mundo por su servicio y calidad y tiene vuelos a muchísimos destinos, o sea que están muy bien comunicados. Para viajar dentro de Turquía existen muchas opciones, pero ojo: el gobierno turco, para proteger a su industria turística da precios muy distintos a agencias que tratan con agentes turcos y a agencias de volumen a las que les venden a través de operadores turcos.  Para entendernos mejor, si quieres comprar un boleto interno Estambul-Capadocia por internet según tu para ahorrarte la agencia y que te salga más barato, te tengo noticias, el vuelo redondo te va a costar 500 dólares (más caro que un internacional) y si en cambio lo compras con un agente que tenga trato con un agente turco, te va a salir en paquete muchísimo más baráto: por ejemplo dos días en Capadocia con tours, hotel, vuelo en globo y vuelos por el mismo precio. Pues suena mucho mejor, ¿no? Y así garantizan que su gente no se quede sin manera de trabajar y vivir y todos contentos.  Acabo de ir a Turquía precisamente a conocer en persona a un par de canchanchanes turcos que son mis “contactos en tierra” en Turquía y a probar en carne propia todos los tours y servicios que vendo a través de ellos y quedé contentísima. Ya había yo antes viajado a Turquía, como turista normal, pero ahora fui con otro  objetivo adicional y les platico lo que ví.  Viajé rico, lo pasé bomba, probé todas las actividades, casi mato al pobre de Alaris, que dice que tengo la energía de un caballo desbocado al que le dieron cocaína de desayunar y el pobre hombre suplica piedad cuando después de caminar por toda la ciudad lo llevo a un show, y luego a un tour nocturno y al día siguiente a montar a caballo, andar en globo, y eso sin contar que antes que se levante salgo a correr o a andar en bicicleta. Dice que un día de estos lo voy a matar, pero también se divirtió de lo lindo. Lo mandé a tomar un baño turco y salimos muertos de risa, porque para las sensibilidades pudorosas de los árabes, le tocó como compañero de baño un chino que sin más salió completamente encuerado y gritando Meraba! (Hola en turco) y mostrando toda su mercancía a quién anduviera por ahí.
Estambul, Bósforo

Muchos hemos oído hablar de Estambul, pues tiene bien merecida fama. La antigua capital del imperio bizantino, Constantinopla, es una ciudad sin paralelo. Su localización geográfica única hace que tenga unas características de sueño. Se encuentra en donde se juntan Asia y Europa, divididas por el Bósforo, un canal que junta el Mar del Mármara, una entrada del Mediterráneo, y el Mar Negro. El Bósforo además de ser comercialmente importantísimo, es precioso y ha sido siempre para la ciudad un lugar de recreo y esparcimiento, por lo que sus orillas están llenas de castillos, palacios y más recientemente de discotecas y restaurantes de lujo. Estambul es una mezcla de culturas, de sabores, de tiempos y de espacios. Conviven en ella arquitecturas de distintos periodos, monumentos de distintas culturas, templos de diferentes religiones. Es una ciudad moderna y cosmopolita llena de tolerancia, capital del arte en la que conviven lo moderno y lo antiguo tanto en la plástica, como en el diario vivir, en la población. Hay zonas muy europeas y zonas muy asiáticas, barrios muy musulmanes y barrios muy cristianos, pero hay una mezcla riquísima de todo, que como la comida turca, resulta muy especial. El clima mediterráneo hace también que la ciudad posea una vegetación exuberante, que combinada con la arquitectura nueva y antigua hace que te sorprenda la belleza para cada lugar a donde voltees. Es una ciudad a la que hay que ir al menos una vez en la vida. La puedes visitar si quieres con un guía privado que te va a facilitar moverte y entrar a los sitios fácil y rápido, pero no es barato, o puedes tomar un tour de grupo, más económico. A mi en particular esta opción no me encanta y menos en ciudades grandes, tienes que esperar a todo el tour, se tardan horas, si algo te interesa más ya hay que irse y es más latoso, claro que de precio es mucho más razonable. La otra, es informarte y hacerlo tu solo. Todo está muy bien señalizado, la gente es muy amable y no tienes ni un problema. La ciudad antigua, Sultanahmet, con sus antiguas mezquitas, palacios y bazares es una belleza. Esta muy llena de turistas y locales, por lo que te recomiendo 100% que te armes de paciencia y que hagas tus visitas temprano. Mientras más temprano llegues a los lugares, mejor. Si tienes tus boletos desde antes, mejor (cómpralos en los kioskos de boletos, o por internet el museum pass por ejemplo. Existe un paquete que se llama Istambul tourist pass que te incluye entradas y guías en grupo a museos, traslados al aeropuerto, modem de internet portátil, turibus, shows y barquitos y varias cosas. La verdad no funciona como debería y no es tan buen asunto como parece. Lo del internet si es una gozada, la empresa se llama RentnConnect y se renta el aparatito que se recoge en el aeropuerto o te lo llevan a tu hotel con cargador y una pila extra y lo puedes traer contigo los días que estés en Turquía, para tener wifi siempre, un “nice to have”). Puedes llegar a las 8.30 o 9 a la Mezquita azul y recorrerla, seguirte con el museo de Santa Sofía, pasar al Palacio Topkapi y a las cisternas de las Basílicas y terminar en los Bazares, con un día completísimo, lleno de belleza e historia, y sin haber pasado horas haciendo colas interminables. El museo Cora también vale la pena, con el arte de mosaicos cristianos ortodoxos, hay infinidad de mezquitas bellísimas y vale la pena caminar y perderse por las calles de la zona europea de Beyoglu, ir comer comida callejera a Ortakoy, pasando por el palacio Dolmabace y si quieres visitando la mezquita, se puede subir al turibús, ir a la plaza Taksim y recorrer a pie la avenida Istiklal que es el distrito peatonal de compras,  en donde puedes ver alguna iglesia, alguna interpretación de música callejera, disfrutar los parques. Hay barcos que te pueden llevar a ver los palacios del Bósforo o las islas. Por la noche, si eres muy cool, te recomiendo ir a uno de los restaurantes sobre el Bósforo, o en alguno de los palacios, si quieres algo muy turístico hay shows de noche turcos con belly dancing, bailes de “enanos”, y bailes típicos turcos, shows de derviches, e infinidad de restaurantes y cafés.  Para hospedarse hay miles de opciones, de todos precios y de todos tipos, con varias zonas hoteleras muy buenas. Obviamente está Sultanahmet , la ciudad vieja, donde la mayoría de los hoteles son edificios más antiguos, pero se tiene la comodidad de estar cerca de las visitas, la zona del Bósforo tiene unos hoteles impresionantes, palacios convertidos, con vistas preciosas, en general caros. La zona de Pera y Karakoy, así como Beyoglu son zonas céntricas, equidistantes entre los dos puntos, de muy buen precio pero es necesario desplazarse un poco para llegar a los sitios de visita más frecuentes. Las compras en Estambul, como desde tiempos de las caravanas, siguen siendo importantes y hay desde ropa barata en los bazares, especias, copias de cosas de marca, hasta centros comerciales impresionantes con tiendas increíbles y facilidades para deducir el impuesto para los turistas. Los vendedores en los bazares son tremendamente colmilludos, tienen habilidad para saber de dónde es la gente con solo verla y te dicen lo que quieres oír, son los reyes del regateo y el engaño y hay que tener humor y cuidado y saber exactamente qué es lo que quieres comprar y si es algo caro, conocer porque es fácil que te estén vendiendo una buena réplica. Me divertí muchísimo engañándolos porque Alaris y yo, al ser una pareja mixta, el con un sombrero yucateco, pero con cara de árabe un poco, hablando inglés, yo con cara de mexicana o española, pero con una medalla que dice Alá, pero agarrada de la mano de un hombre, les causaba una confusión terrible y tremenda frustración no poder saber de dónde somos, nos hablaban en inglés, en francés, de plano nos preguntaban y nosotros nos moríamos de risa.  Se puede estar en Estambul desde un par de días muy apurados y visitar lo indispensable o estar muchos y es imposible aburrirse porque siempre hay otro palacio que ver, otro paseo que dar, otro callejón que caminar, se puede ir a ver a la gente pescar, visitar las pequeñas galerías de arte, comer en los cafés chiquitos y étnicos, ir a las playas, hacer picnics en las islas, ir hacia el Mar Negro, en fin, es una ciudad de locura.
Hagia Sophia
Cisternas de las Basílicas

Turquía es mucho más que Estambul.  Tienen unas costas muy lindas y han sabido aprovechar la crisis en Grecia para darle crecimiento a sus playas. No solo son bonitas como playas, tienen ruinas romanas y griegas, ya que la cultura griega y la turca estuvieron entremezcladas muchos siglos.  En general dividen sus costas en dos grandes categorías: el Egeo con los puertos más importantes de Bodrum y Mármaris, y deliciosa comida del mar estilo la comida griega y el Mediterráneo o las costas más al sur. Existe una grandísima oferta de hoteles, cruceros, goletas, yates y todo tipo de cosas que ver y hacer. Las ruinas romanas de Éfeso están en esta área. Las playas mediterráneas de Antalya son grandes favoritas de la gente de Medio Oriente,   y empiezan a ponerse muy de moda entre los europeos pues son muy bonitas, están bien de precio, el servicio y los hoteles son buenos y no están tan llenas como las islas griegas, la costa croata o Andalucía. Es una opción a considerar.
Costa Turquesa, Goletas
Existen también estaciones de esquí en invierno,  mezquitas preciosas hacia el este más del estilo de Uzbekistán o Azerbayán, estepas llenas de maravillas naturales, cascadas, ruinas hititas hacia Asia Menor.
Globos aerostáticos sobre las cercanías de Göreme, Cappadocia

Cappadocia es una zona que a mi en particular me encanta. Se encuentra en el centro-este de Turquía, pasando las montañas que continúan hasta volverse el Himalaya, lo que hace que sea una zona seca, no les llega la humedad del mediterráneo. Hubo hace millones de años allí actividad volcánica fuerte y las erupciones dejaron capas de piedra tufa, es decir roca blanda formada por cenizas que se ha ido erosionando con agua a través del tiempo  y ha dado lugar a una geografía que parece de otro mundo. Las primeras comunidades cristianas que tenían necesidad de vivir escondidas, vivieron en Capadocia, formando ciudades subterráneas y asentamientos ocultos tallados en la roca. Con la erosión y los años algunos de estos asentamientos han ido quedando al descubierto cuando fisuras en la roca se llenan de agua, que en invierno se congela y se expande haciendo que las rocas caigan.  El lugar es de una belleza incomparable, los diferentes colores de las capas de roca con las formaciones caprichosas llenas de asentamientos y palomares aunadas a la vegetación rica de la zona que se da por el clima, lo hacen un sitio precioso. El clima muy caliente y seco con frío en invierno hace que se den frutas de estación como chabacanos, ciruelas, uvas, trigo, nueces, higos, todos con altísimo contenido de azúcar por el calor. Por lo mismo, los vinos tienen un poco más de alcohol que los de otros sitios. El blanco dicen que es el bueno. Hay también tradición histórica de criar palomas y utilizar el guano como fertilizante, lo que ayuda a la agricultura. Turquía ha sabido aprovechar la zona bien. Toda Capadocia está enfocada al turismo. Los pueblos de Capadocia están llenos de hotelitos en cuevas, agencias de tours que te llevan a conocer los distintos sitios, tours en caballos, vuelos en globo para apreciar la geografía única desde lo alto, hay caminos para hacer senderismo, rentan bicicletas y cuatrimotos. Estas últimas no las recomiendo pues erosionan el terreno y además son muy inseguras, en el tipo de tierra arenosa de la zona. Hay buenos restaurantes, cafés, buena atención, baños turcos-, que he de decir que mis paisanos en Jordania han corregido y mejorado, es el colmo pero son mucho mejores en Amman, -y es un lugar que si tienes oportunidad, no te debes de perder. Hay varios pueblos distintos, y para todos los gustos. Göreme es un pueblo con más vida, en el que puedes ir caminando desde la mayoría de los hotelitos a varios restaurantes en el pueblo, barecitos, cafés de shisha, ir a las agencias a contratar los tours si no traes ya todo organizado. Pueblito pero venden buen café, no solo turco, sino estilo europeo también si quieres, rentan bicis, hay mercaditos y minisupers y la gente es amabilísima. Uchisar, Urgup, Cavusin, Nevsehir y otros pueblitos tienen también hoteles de cuevas, son más chiquitos y los hoteles están en general en zonas elevadas, por lo que tienen vistas muy lindas, pero estás un poco más aislado. Es mejor que ya tengas todo organizado y que te vayan a buscar para hacer todas tus actividades, porque no hay tanta forma de pasear. Avanos es un pueblo grandecito, con hoteles más tradicionales. Aquí hay muchas fábricas de cerámica, alfombras y joyería que se pueden visitar para ver como se elaboran y aprender algo y por supuesto chacharear. Hay dos aeropuertos en Cappadocia, Kayseri y Nevsehir, o sea que estás bien comunicado y encuentras seguramente algún vuelo que te quede bien con tu conexión en Estambul. Se pueden hacer tours privados por supuesto, o tours enormes en autobús, pero lo más popular son tours en minibús, de unas 16 personas. Los tours más populares ya los tienen designados por colores, el rojo es el del norte de Capadocia, lo más cercano a los pueblitos con las chimeneas de hadas, esas formaciones de roca que parecen hongos y todas las viviendas por allí. El tour verde abarca el sur de Capadocia y sus bellezas naturales como el valle de Ilhara, las ciudades subterráneas y el lago del cráter de un volcán. El tour azul es para la gente más activa porque incluye grandes caminatas y el tour plata hace una noche en autobús para visitar Pammukale y Mustafapasha.  Hay además tours en caballo, en jeep, en camello y caminatas por los valles cercanos que son una belleza.
Uchisar, Cappadocia

Valle de Ilhara, sur de Cappadocia
Pammukale se encuentra hacia el sur, le llaman la ciudad de los castillos de algodón porque hay unas cascadas petrificadas de sal muy lindas y cerca hay varias ruinas que vale la pena ver; Izimir es una ciudad como de las mil y una noches llena de palacios y mezquitas preciosas , Ankara además de ser la capital, está rodeada de bosques y montañas lindísimos…….Ven a Turquía. No te vas a arrepentir. Si ya conoces, repite, te garantizo que vas a encontrar algo nuevo y si no conoces, házlo, te garantizo que te va a  encantar.
Pammukale, castillos de algodón


Salam!



HELLAS

  Como lo que más me gusta en la vida es viajar, y hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, mi respuesta a estar feliz es viajar...