martes, 2 de enero de 2024

La llegada y la salida... de la vida

 Guárdame esta moneda, porfa. Así le dije a una hermana de Alarís ahora que llegué a Jordania para irme al día siguiente a Sri Lanka. 

Me dijo que si, pero con cara de no entiendo nada. Le expliqué que me la guardara entre sus rodillas.  Poor? Estaba MUY embarazada y a mi me hace una ilusión tremenda ver a los bebés cuando todavía huelen a nuevo. Ahora que iba a tener oportunidad, no me quería perder la llegada de la sobrina, pero estaba muy forzado el asunto. 

Total, cumplió como los grandes.  El día que llegué dio a luz a una bebita suave y rosita, una cosa lindísima. Es el primero de mis sobrinos que me toca ver tan de cerca aquí, si bien he ido a ver a varias parturientas y he tenido un montón de sobrinos pero nunca los había visto tan recién salidos del horno. 

Cada lugar tiene sus costumbres y particularmente el pueblo del señor que vive conmigo, tiene unos folclores muy particulares. 

Cuando alguien da a luz, es lógico que reciba visitas y entonces, para que la interesada esté más cómoda, consiguen en su casa, o piden prestada o rentan, una cama individual y la ponen en la sala de visitas. Así mero. De ese modo, la nueva mamá no tiene que sentarse y pararse con esfuerzo desde su cuarto, no tiene que sentarse en los colchones en el piso que muchas veces son la sala de las casas y eso sí, con una pijama muy mona y bien peinada (le ves el pelo si eres pariente o mujer) y maquillada, recibe a las visitas en su cama, como si fuera el hospital de las señoras de Polanco, pero sin el plus de que en el hospital el tiempo que te pueden ir a ver es finito, y hay un horario de visitas y después viene alguien y te hace favor de correr a las visitas.  Aquí pasan muchos días que puede venir gente imprudente, que por supuesto SI trae niños de todas edades que se portan fatal y a lo mejor se quedan hasta las tantas de la noche, porque están muy a gusto.

Se suele servir a las visitas un té abominable, que dicen que es bueno para el post-parto, y en efecto, sabe a medicina. Mi pregunta es porque Chihuahuas se lo tienen que tomar las visitas? Es un té cargado de canela - misma que trajimos de la original y buenísima de Sri Lanka, ya que sabíamos que se iba a usar- con azúcar como para matar a Willy Wonka y con nuez  en trocitos, entonces además se mastica el mentado té. Así,  te calienta el pecho, te irrita la garganta, te da sed, y te sabe amarguísimo con dulce, todo a la vez. Un espanto. Como siempre, ya sabes: no, gracias a mi ese potaje no me gusta. Cooomo? Nooo, lo que pasa es que donde lo tomaste seguro no estaba bueno, todo lo que hacen en esa casa es asqueroso, acá si te va a gustar, ándale.... y zas! Siempre está espantoso. Ahora si dije que de ninguna manera, y no me lo tomé.   Pero si me tocó ver la preparación para las miles de visitas. Estábamos platicando, y otra cuñada llegó con un bowl enorme de nueces, tres tuppers y tres cuchillos filosos pero chiquitos y los repartió entre las dos abuelas y ella misma. Cada quién hizo pedacitos de nuez su bowl. Rarísimo, en vez de usar una tabla de picar, tomando las nueces una por una y partiéndolas hacia arriba, contra el pulgar, como he visto que se "triscan" las papas para la tortilla de patatas en España.  Pregunté porque así y no en una tabla y me voltearon a ver como si estuviera perdiendo la razón. Oooo, perdón pues. Me parece más lógico y más rápido, pero también entiendo que estas señoras no saben estar con las manos quietas. 

Se acostumbra también pasar una charola con dulces muy monos para las visitas, y ahí, las visitas suelen poner un billetito para que se compre un regalito para el bebé, lo que los papás consideren que hace falta. Cosa que está muy bien. Así no te estresas de que regalar, y el bebé no tiene mil suéteres talla 0-3 meses y nada para después. 

El papá dijo que estaba prohibidísimo besuquear a la bebita, dado el historial de enfermedades que hay en ese pueblo siempre. La nueva mamá ha tenido covicho como 5 veces, más que yo, que ya es un decir. Tiene un sistema inmunológico bastante mediano, a lo mejor por el embarazo, pero entiendo que las costumbres del besuqueo, el tomar café de la misma taza y demás usos de su pueblo claro que no ayudan, o sea que me pareció muy bien que se pusieran estrictos. Nadie dijo nada de olerle la cabeza,  y con eso si me di vuelo. 

Otra cosa que me pareció muy folclórica es el modo de hacer "taco" a los bebés. En mi casa se acostumbraba hacerlos taco con la cobija, para que estén calentitos, contenidos y para que no se rasguñen la cara. Desde hace unos 20 años, en los hospitales les dio por decir que siempre no, que uno no debe de hacer un tamalito con los bebés, sino dejarlos libres. Lo intenté con mis hijos y no estaban cómodos. Aleteaban como pajaritos y como que se les veía espantados. Los volví a hacer sushi.  La costumbre de la cobija les duró tanto que luego fueron niños "de trapo" y tenían sus mantitas que llevaban a todos lados para tocar y poderse dormir.  Acá no solo hacen "taco" al bebé, sino que encima lo amarran para que no se deshaga. Hay una tira especial para ese menester. Con una mantita ligera de algodón se hace el primer taquito, que se amarra como un regalo con un moño por enmedio y luego se pone otra cobija por fuera. 

Ahora, MIS costumbres a ellos también les parecen loquísimas. En mi casa, siempre que un bebé muy chiquito tiene hipo, que les da muchísimo, decían que era por frío, que había que taparlos. Y si se les solía quitar. Acá, destaparon a la bebé después de comer para cambiarla, le dio hipo, y yo muy normal dije que la taparan. Otra vez caras de De que estás hablando? Es chistoso que hasta en eso haya diferencias. No vi tampoco el eterno sacadero de aire, ni muchas cosas que en las rutinas de mi país son in-dis-pen-sa-bles. 

Cuando los bebés son muy chiquitos aquí si se les tiene en brazos o se los pone solo en la cama- o en cualquier sillón si la mamá está cocinando o haciendo alguna cosa-  y listo. Después, se les arrulla sobre las piernas extendidas y una almohada, para tener las manos libres para hacer alguna cosa, como picar las horrendas nueces  y para que el niño no pase calor. 

Entre unas y otras, he disfrutado mucho a la nueva parienta y los jueves, que aquí es como viernes, llega Alarís de la calle y me encuentra en la puerta con mi mochila para ir al pueblo a ver como le crecen los cachetes a la bebita.  

Por otro lado, aquí entre los pueblos hay muchos panteones. El morirse en estos lares no es un negocio para nadie.  No existen funerarias ni business de las misas y las novenas, el coro y las flores, la esquela y demás. Acá uno se muere y la caja la proporciona el ayuntamiento, el panteón es un terreno donado por algún vecino y ahí uno va poniendo a sus fiambres hasta que se llena, con una lápida sencillita y listo. Se acostumbra visitar a las familias y llevar comida. Se ponen carpas para acomodar a la gente porque acá se acostumbra que hombres y mujeres no se reunan ni para las penas, vaya a ser motivo de lujuria, pa que jugar. 

Me llaman la atención algunas cosas como que enfrente de los panteones hay como un graderío cubierto. Como sitio para sentarse en hileras con techito, como si fuera el palco de Ascot, para mirar el entierro. Es donde se le da el pésame a los deudos (nótese el OS porque las señoras no van al panteón por lo que ya dijimos antes, donde que vayan a levantar pasiones con  su outfit de muestrario de telas Bayón....).  Se entiende la practicidad del asunto, con el clima podrido de la zona, en verano la gente se caería a la fosa para acompañar al muertito por un golpe de calor en lo que terminan el entierro y en invierno muy probablemente termines calado hasta los huesos si decide llover. O sea que el  techito viene muy bien, pero es muy diferente a lo que a mi me ha tocado ver. 

Hoy en una visita estaban platicando también de las leyes de herencia. El Corán no deja que la gente decide que va a hacer con sus cosas, sino que todo está claramente señalizado y como acá el gobierno y la religión son uno mismo, pues esa es la ley que se sigue, que a mi me parece un tanto bárbarica y por lo mismo quiero mis bienes fuera de este país y claramente etiquetados como que son MIOS  para hacer con ellos lo que me de la gana. No se si porque como la humedad, se me han ido metiendo en el cuerpo las costumbres de mi gente, entiendo un poco a donde van y de donde vienen.  Explico: las leyes de sucesión hacen que las mujeres no puedan heredar de sus maridos más que un pequeño porcentaje de los bienes y todo se reparta entre los hijos. Más a los hombres y menos a las mujeres CASADAS. Si están solteras , viudas o divorciadas es otra historia. Esto se hace porque en una sociedad en la que es legal que haya hasta 4 esposas, si las mujeres pueden heredar, se presta a que los hijos queden desprotegidos. Si se deja a voluntad del hoy occiso, pudiera ser que éste se viera influenciado por alguien para no repartir parejo. De ese modo, la ley marca que todos los hijos heredan parejo salvo las hijas que tienen quien las mantenga, para que tampoco la riqueza familiar vaya a dar a otra familia por un braguetazo. Hay que recordar que hasta hace 50 años estas sociedades eran tribus nomádicas que vivían muy precariamente de sus animalitos o sea que el hecho de que un galán gañán se pudiera llevar  un porcentaje importante de camellos solo por haberle hecho ojitos a la Flor más linda del ejido, pudiera ser un problema. Esta también es la razón por la que la gente se casaba- y se casa- mucho con parientes, para que ahora si, todo quede en familia.  No me parece, por supuesto, pero entiendo el razonamiento que hay detrás.   Por otro lado, una viuda, recibe la pensión del marido  hasta que muera, y si tuviera hijas dependientes, a su muerte estas la siguen recibiendo, para que no queden a su suerte las mujeres solas y tengan de que vivir.    

Platicaba con unos viajeros el otro día, que me decían parece que aquí no hay pobreza. Casi me atraganto. Que, quee? Pobreza, si mucha, muchísima. Lo que no hay es miseria porque no hay nadie que no tenga nada, que de plano esté descobijado o que tenga que recurrir a dar lástima.  La gente siempre da por convicción y la ley que se ocupa de estos detallitos, por más que a mi me parezcan un atropello a MIS derechos, hacen que no exista la viuda viejita que tiene que pedir afuera de un sitio público o las historias de terror de los hijos de la primera esposa que no heredaron ni un chicle, cuando los de la segunda vuelta heredaron todo.  Son modos de matar pulgas.  Y otra de las cosas que a mi me brincan por distintas. No es que estén mal o bien, es que son muy diferentes. 

Toda la vida  tiene mil aspectos diferentes en donde nací, en donde vivo una parte y otra del año. Llevo una pasteurización cultural de cállate la boca, pero las diferencias enriquecen siempre que se vean con respeto y son parte de la diversión. 



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HELLAS

  Como lo que más me gusta en la vida es viajar, y hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, mi respuesta a estar feliz es viajar...