domingo, 28 de enero de 2024

CADA QUIEN HABLA COMO LE VA EN LA FERIA

          




    Desde que me dedico al turismo, tenía varios años queriendo ir a FITUR, una feria de turismo que se hace en Madrid cada año, enorme. 

        Pues este año me organicé y ahí voy, a ver que veo, a conocer gente a buscar gente que trabaje destinos distintos. 

          Sabía que era un evento grande, ya que muchísimos mayoristas y agentes van, pero no me esperaba lo que vi.  250,000 personas, 10 salas de exposición enormes dedicadas a todo lo que se te ocurra relacionado con el turismo.   Cuatro salas solo para las regiones autónomas de España, desde trenes, hoteles, autobuses y todo lo que se te pueda ocurrir. Un pabellón para tecnología de soporte para todas las áreas de viajes: cerraduras inteligentes para airbnbs y departamentos vacacionales, plataformas de venta, de reservas, catering, logística y muchísimas cosas más.  Después un pabellón para cada continente con expositores de gobierno, agentes mayoristas, agentes chicos, de todo.  El pabellón al que le pusieron más ganas fue definitivamente el Americano. Tenían unos stands enormes, muy bien montados e impresionantes por país, con bares, bailes típicos, clases de baile, disfraces.   El pabellón africano, salvo un stand enorme de Marruecos, bastante más tristecito. El asiático y el europeo, los dos muy bien. 

           Pude conocer en persona a mucha gente con la que había tenido trato comercial ya, pero que nunca nos habíamos visto. Por otro lado platiqué con gente nueva muy interesante, buscando otros destinos y planes diferentes.  Me subí a autobuses y minibuses, Alarís se sentó en todos, vio la cajuela, movió los asientos, vio las hieleras, preguntó por el talante e higiene de los conductores (estamos curados de espantos con los choferes que hacen la línea entre Andorra y Barcelona- tienen un genio de los mil demonios en general). 

            Por variar, se me antoja todo y aumenté a mi lista de "pendientes" que de por si es kilométrica, varios lugarachos a los que se me antoja ir. 

            Lo que más me impresionó e hizo que subieran estos lugares a encabezar la lista fue Etiopía , Filipinas y Panamá. Los primeros dos ya los tenía yo entre ceja y oreja y les traigo ganas, pero platicar con gente que conoce y le gusta, que se dedica como yo a hacer que la gente disfrute, me dieron más ganas. Panamá había oido alguna que otra cosa buena, pero tuve la suerte de conocer a un chaparrito que es un buenazo en lo que hace. Sacó un mapa y me platicó de cada lugar, de como vas de un lado al otro, que se come, que indígenas hay, que se ve, que se puede hacer acá y allá...... Miurge ir caray.  Suena espectacular. 

          El primer día repartimos miles de tarjetas y acumulamos también otro tanto.  Al día siguiente, tuve un problemón. De camino a la feria en el metro de Madrid llevaba mi bolsa cerrada con todas mis cosas, otra bolsa para las tarjetas y cositas, como de estas de tela para el súper y me metí mi teléfono en la bolsa de la chamarra, para no tener que abrir y cerrar la bolsa para ver para donde voy, para sacar el pase de la feria y demás. Pues unos malosos, en una estación se subieron al vagón donde  yo me subí, seguro me vieron meterme el teléfono a la bolsa, en los empujones de la subida me sacaron el teléfono y se bajaron. Yo ni cuenta me di. Alarís, que estaba parado junto a mi, tampoco. Una chava que estaba atrás me dijo: fíjate a ver si no te abrieron la bolsa porque un chavo se te acercó mucho, con otro atrás para hacerle paro y se bajaron antes de que arrancara el tren. Como si te fueran a robar. Yo vi mi bolsa cerrada y dije, no pasó nada. Y que me meto la mano a la bolsa y no tengo teléfono!!! El tren ya se había movido. Me bajé en la siguiente estación y la apatía de la gente de seguridad es de verdad increíble. Con una pereza gigante se dignaron decirme que fuera a una estación donde tarzán perdió el cuchillo a levantar una denuncia que porque seguro ya habían corrido. Pues ahí voy. Esos, lo mismo: Oiga, tiene la factura del teléfono?? No, como?  Ah es que sin ella o el número no puedo levantar una denuncia porque hay millones de teléfonos iguales.  Bueno, pues entonces a una tienda Apple a tratar de rastrear el teléfono. Nada, ya bloqueado, a otra a comprar uno nuevo, porque no puedo estar sin teléfono. Me costó un dineral. Quería uno igual, y que ya lo descontinuaron, que tenía que ser el 15. Una lana. Ni modo. 

Y que crees? Que el estúpido teléfono crasheo en menos de 24 horas. Dicen que ese modelo salió malo. Y si. 

A todo esto además de llevarse mi paz mental y mi trabajo, se llevaron mi tarjeta SIM mexicana y en TelCel son un dolor de muelas: preséntese en una sucursal o si no no le podemos reestablecer su número. Hablé con medio mundo, pedí ayuda por todos lados. Al final, mi hermano Joe que es un santo, fue a Tel Cel con una de las mil cartas poder que le dejé cuando salí de México y se conchavó a las señoritas para que le echaran la mano. Le dieron una SIM física que me va a mandar por mensajería.  Una odisea. 

El teléfono crasheado fue motivo de perder otras 8 horas entre intentar las instrucciones de internet, hablar con no menos de 4 personas de soporte técnico Apple que no tenían ni idea, escalar la situación a un nivel superior y finalmente me pasaron por teléfono (que YO tuve que marcar que porque no llaman a Andorra) a un cuate que me acompañó hasta que el teléfono revivió. Reseteado, otra vez toda la inforamación perdida y a ver si así algo bueno resulta o vuelve a tronar a las 24 horas. 


Con todo y el disgusto mayúsculo del teléfono, lo de la feria estuvo increíble.  No se si valió la pena, porque al final el viajecito me costó un dineral gracias al evento del teléfono, pero ya veremos. 

         Y moraleja: NO se compren el iPHone 15 PRO, si es verdad, si sale malo. 


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HELLAS

  Como lo que más me gusta en la vida es viajar, y hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, mi respuesta a estar feliz es viajar...