martes, 17 de diciembre de 2019

¡Claro que me pega!


¡Claro que me pega!

¿Que dijiste? A esta babosa le gusta la mala vida. Para nada, ni de broma. No me refiero a golpes, me refiero a las cosas que me mueven el tapete.
            No había escrito porque anduve ocupadísima. Haciendo todo y nada. Llenándome de abrazos extrañados de mi niño, de mis papás y hermanos, de mis amigas que ahora me doy a la tarea de ver cada vez que puedo y antes daba por hecho que ahí estaban. He aprendido a valorar mucho más los cariños, ahora que los tengo lejos. Igual que llego a México a comer queso Oaxaca y fruta diario, con más ganas me doy a la tarea de llenarme de cariño y con ese fin, unas veces voy sola a México, para tener toda mi atención para mi gente.

            Iba aterrada de encontrar un México con una inseguridad completamente desbocada. Era peor en mi imaginación. Si bien lo que el PPP está haciendo con mi país no tiene abuela, lo que había imaginado de lejos era peor, o bien una vez que te metes en el ajo, te acostumbras a todo, como la gente que está allá. Más bien creo que es esto último. Tuve suerte  de que no me tocara ningún suceso horroroso en persona, pero si supe de una balacera en una calle a plena luz del día, cuando caminé por ahí diez minutos antes, tuve que cerrar mi cuenta de banco por fraude repetido, la calle de mis papás extremó medidas de seguridad por un intento de robo..... Entonces, pues si, está mucho peor la cosa. Si bien no me tuve que rifar a balazos con nadie, la situación está de la tuna.
            Encontré muchísimo. Mi familia muégano como siempre me cobijó como si nunca me hubiera ido. Me dieron cariño y risas, me invitaron y apapacharon. Juntos en buenas y malas, me tocó estar en todo y no tengo como agradecerle a la vida la oportunidad. La gente dice, ojalá nos viéramos en ocasiones más felices. También, pero también es bueno estar en las tristes. Compartir las penas con los que quieres, porque son parte de la vida que compartes por gusto.
 Mi niño hizo enormes esfuerzos para darme tiempo aunque estaba en exámenes y yo gocé cada segundo para cargar batería para cuando tengamos que apapacharnos de lejos, me tenga que platicar por whatsapp o Messenger sus aventuras y yo solo invente que lo abrazo. La otra, pasó como cometa, una fuerza de la naturaleza, divina , pero fugaz. A estas alturas, lo que sea es bueno.
            Mis amigas se hicieron tiempo en sus agendas ocupadas, robamos ratos a todas horas y lo poco o mucho que vi a cada una, para mí es muy importante.
Para acabarla, aproveché para trabajar y mis papás me echaron la mano con todo, desde prestarme coche, aconsejarme cosas, prestarme su internet, diseñarme inmuebles y dejar que Juanita y Carmen me dieran una vida de artista. Una gozada.
            Me tocó estar en las orillas de un festejo importante en la vida de alguien que fue protagonista en la mía y ya no es. Me hablaron sin cesar del asunto, por todos lados y desde todos los ángulos.  Gente que no supera que yo ya no sea parte de ese mundo, gente que tiene curiosidad morbosa por saber si me importa, gente que cree que necesito que me digan que no son parte, que opinan, como ven, gente que no sabe de qué otra cosa platicar cuando me tiene enfrente. Eso sí no me pega. Tengo asumidísima la baja y de corazón le deseo lo mejor a quien me dio tanto y fue tan importante para mí, pero, como alguien me preguntó: ¿No extrañas esa vida? Híjole, me lo pregunto hasta el fondo de mi corazón y digo mil veces que no. Aún sabiendo lo que sí me pega y el precio tan alto que pagué, no en lo material, sino en el corazón, sé que si tuviera que tomar la decisión hoy, volvería a tomar la misma. Quizá con más cuidado porque hoy sé que lastimé mucho a los que más quiero de forma inadvertida, haría las cosas un poco distintas en forma, asegurándome de dejar todo claro siempre y a cada paso. Aún así, se que la gente ve lo que quiere ver, pero con más razón si se deja espacio para interpretaciones.
            El viaje de regreso estuvo tremendo. Salí muy triste de México, preocupada por dejarlo tan roto, extrañando desde ya a los míos, pero el viaje mismo fue buenísimo. Me documentaron la maleta de mano sin pagar, y pesaba como maleta extra, cosa que mi maltrecha espalda agradecerá infinitamente a Iberia y al universo. En Madrid me escapé del aeropuerto en la escala para ir a ver a mi Nana y a mi casihermana, que hacía tiempo no veía y quiero muchísimo. En Tel Aviv, tuve chance de ver amigos, hacer negocios y finalmente llegué a mi casa que es el abrazo de Alarís.
            No importa que en mi mente la decisión de ir sola a México sea la adecuada, para dedicarme realmente a mi gente, para hacer lo que tengo que hacer, que el estaba ocupado, que...... Ese señor me llena la vida y me da paz con solo tenerlo cerca. Ahora extraño a los otros.
             Siempre quedan pendientes. Aquí y allá. Que si la ficha del predial no salió, la aplicación del banco nuevo es una basura en el extranjero y con mi modelo de celular, que no pude ver a gente que me es importantísima....... Ya será para la próxima. Pretextos para volver pronto.
            Claro que me pega, ¿ves?

Salam!
  

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HELLAS

  Como lo que más me gusta en la vida es viajar, y hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, mi respuesta a estar feliz es viajar...