sábado, 1 de diciembre de 2018

TU TíA




            Para la gente de algunas culturas, como por ejemplo los Estadounidenses en general, las tías son en muchos casos figuras lejanas que a lo mejor ven en bodas y funerales, que figuran en los álbums de fotos de cuando sus papás eran niños y ya. Para mí han sido y son figuras importantísimas en la vida. Tengo muchas, algunas directamente hermanas de mis papás, otras están o estuvieron en algún momento casadas o liadas con algún pariente, otras tías abuelas, otras son tías “honoris causa”,  pero cada una ha tenido un papel muy especial para mí.
            Las tías de la familia de mi mamá son muchas y son las que para mí son más cercanas. Mis otras tías son muy queridas también. Las veo con muchísimo gusto, cada una tiene lo suyo, pero no llevo con ellas la relación tan estrecha que tengo con Las Tías. Crecieron en una familia muy grande en la que, sí, cada quién tenía sus amigos, pero eran muy amigos los hermanos siempre. Así pues, cuando había viajes de mis papás, cuando había alguna emergencia, casi siempre había alguna tía que saliera al quite. Los viajes y las salidas de la familia muégano siempre eran tumultuarios, entonces siempre había varias tías cerca. Dormí y comí en sus casas infinidad de veces de niña y a medida que fui creciendo, la relación se hizo más de iguales, más de amigas. Con una me gusta viajar e ir al teatro, con otra platico mucho, otra me hace reír hasta llorar siempre, salimos a comer a veces, jugamos cartas cuando se puede y sé que cuento con ellas de manera incondicional y ellas saben que cuentan conmigo. Son de lo mejor que me ha dado la vida y las extraño muchísimo ahora que las tengo lejos, si bien,  las maravillas de la tecnología han hecho mucho para subsanar las distancias.  Han estado siempre al pie del cañón, siempre al pendiente, haciéndome sentirlas cerca y sentirme apapachada y contenida aún cuando esté otro lado del mundo.

            Aquí me he venido a encontrar varias tías también. No porque me hicieran falta, que ya tenía muchas y muy buenas, pero varias tías de Alarís me han tomado como sobrina adoptiva y como no vienen a sustituir a nadie, sino a sumar cariño a mi vida, las he aceptado encantada.
            La cosa de los nombres de las tías en Musulmania es todo un tema y voy a hacer un paréntesis para tratar de aclararlo, si bien yo no lo acabo de entender del todo. Se le llama Khala a la tía materna, es decir, hermana de la mamá y Amme si es hermana del papá. Si son tuyas, o sea si vas a decir, MI tía, dices Khalti y Amti.  Lo de Amti, tiene una connotación más. A tu propia suegra, no le llamas por su nombre, no le dices señora, y cuando hablas de ella no dices “mi suegra”, dices Amti (mi tía), y todo mundo se da por enterado de quién estás hablando. Menos si lo digo yo, entonces todo el mundo se carcajea, les parece novedoso que hable como los demás. No hay manera de ganar. Si hago las cosas distinto, se ríen. Si las hago igual, también se ríen.  Cuando un niño le habla a una mujer que no es su mamá o su tía de verdad, tipo una amiga de su mamá, o la mamá de un amiguito, le llama Tía, como algunas gentes lo hacen en México, pero la forma de la palabra que usa es Khalto, que literalmente significa la tía de él. En serio.  Entonces cuánto chamaco te encuentras por ahí, si es modosito y educado, te llama Khalto.  Y ahora sí, concéntrate bien, o de plano tómate unos tequilas a ver si entiendes lo que sigue, porque yo llevo tiempo viviendo aquí y todavía me saca de onda. Cuando la gente les habla a los niños, les dice el parentesco de la persona que está hablando con ellos.  Tipo si Alarís le está diciendo que venga a la hija de su hermana, le dice “ Taali, Khali”, es decir “ Ven, mi tío materno”, como si dijeras “ Ven con el tío”, pero si le dice lo mismo al hijo de su hermano le dice “ Taal, Ammi”.  Si la mamá les dice algo, termina la frase con Mama y así. A mi eso me deja patidifusa todas las veces. La primera vez que lo oí, poniendo atención, que oí que una mamá le decía a su hijo Mamá, fui volada a preguntarle a Alarís qué estaba sucediendo. En México es común que se les diga mamá a las niñas o papá a los niños en ciertos círculos, pero nunca me había pasado que el pronombre variara según la persona que estuviera hablando.  Me parece algo híper confuso.

            Volvamos a las tías que he adquirido. Las hermanas de Baba y Ummi son unos personajes. Tendrán más o menos como setenta y setenta y cinco años, pero se ven muy castoreadas. La hermana más grande de Baba está medio chimuela y le cuesta trabajo caminar, no estoy segura qué es lo que tiene o qué le duele, pero de mente está perfecta. Habla a velocidades vertiginosas y es muy mandona y muy chistosa. Me tiene completamente intimidada porque habla en un tono como de pájara loca y rapidísimo. Un día me ofreció un refresco en su casa y cuando le dije no gracias me puso una gritoniza cariñosa tal, que de volada agarré el vaso y luego se lo pasé a Alarís para que se lo tomara disimuladamente. No se me ha vuelto a ocurrir decirle nunca que no. La otra hermana es religiosa por vicio. Ayuna dos días a la semana, reza muchísimo, pero por otro lado, le encanta el baile y en las bodas es la primera en organizar el belly dancing y las filas de dubka. Es divertida y es interesante platicar con ella. Las khalas, las hermanas de Ummi,  también son dos. La mayor está casada con un señor muy viejito, que está muy enfermo y ella es básicamente su enfermera. Es de lo más mocha, reza muchísimo, pero también es muy simpática y cuando puede deja encargado al viejito con alguna de sus muchas hijas (el viejillo tuvo otra esposa antes, o sea que tiene hijas con ella y ya tenía otras), le encanta ir de visita, salir a dar la vuelta o ir de fiesta. Es gordita y muy cariñosa. La otra hermana de Ummi también es gordita, tiene artritis y le cuesta trabajo moverse, lo que no impide que se siente en el piso. La bronca es cuando se tiene que levantar. Es de risa fácil y de mucha plática. En el pueblo dicen que es difícil llevarla bien con ella. La verdad es que conmigo siempre ha sido encantadora.

            Alarís es un cuate muy fácil, la lleva bien con todo mundo y todos sus parientes lo quieren bien y a mi por extensión me han dado la oportunidad y el beneficio de la duda.
            Todavía ni de lejos tengo la relación que tengo con mis propias tías con estas tías nuevas, pero por lo pronto no está mal como cuestión questra como dice Alarís (quiere decir extra, pero esta palabra en Español se le resiste).
¡Que vivan las tías!

             

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HELLAS

  Como lo que más me gusta en la vida es viajar, y hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, mi respuesta a estar feliz es viajar...