FELICITACIONES A FRANCISCO
PUM! Mi bebé
cumple 18. Oficialmente se hace adulto, si bien desde hace tiempo a veces se
porta más adulto que yo (que dicho sea de paso, no soy ningún parámetro), pero
con gran regocijo dice que ya no lo van a batear de los antros.
Se lleva muy poco
con su hermana, por lo que cuando nació yo lo veía chiquitito en comparación.
De un día para otro le vi a ella las pompas gigantes, mientras a el lo veía
como que le faltaba cocción, que estaba “poco hecho”, aunque casi pesaron lo
mismo al nacer, pero a ella le lucía más, el se veía flaquito y lloraba de frío
todo el tiempo. Rápido se repuso. Se volvió un gordito cachetón y como su
hermana le trataba de decir gordinflón, le empezó a decir Finflón, Finf para
los cuadernos. Aprendió a caminar
rapidísimo y a hablar como adulto prontísimo, las dos cosas antes del año. Le interesaban cosas rarísimas y a mucha
profundidad, sobre todo las cosas naturales, los animales, los dinosaurios, las
plantas. Los documentales le encantaban, ni alcanzaba a subirse en el sillón bien,
pero invitaba a mis hermanas a ver documentales sobre dinosaurios raros y les
platicaba de ellos. Se entretenía con cosas chistosísimas, a lo mejor con un
exprimidor de limones y un puño de cereal o con un mayate amarrado con un
hilito. He de confesar que ahí la culpa no es del indio, sino de quien lo hace
compadre. Quien le puso el hilo en la patita al mayate? Yo mera. Se juntaron el
hambre con las ganas de comer.
Quiso ir al colegio muy chiquito, por
acompañar a su hermana. Pensé que se iba a arrepentir, pero le encantó. Siempre
le gustó aprender y lo suyo, lo suyo es so
cializar, o sea que en el colegio estaba como puerco en lodo, aprendiendo cosas, platicando y haciendo amigos por todos lados. Tenía amigos no solo de su clase sino de años más arriba y más abajo porque platicaba con todos en el camión y en el recreo. Siempre le fue fácil hacer sentir a gusto a los demás. Me acuerdo que cuando pasó a primaria le dije, porfa, el primer día pórtate súper, porque las primeras impresiones se les quedan a las maestras y….. le tiré un choro mareador tremendo. Mucha atención me habrá puesto porque cuando volvió y le pregunté como le había ido me dijo que padrísimo y le pregunté que cómo se llamaba su maestra y me dijo que no se fijó porque había estado ocupado platicando. Así le fue en la feria. La Miss de inglés le agarró un odio jarocho que le costó trabajo quitarse. Al final claro que la conquistó, como a todo el mundo.
cializar, o sea que en el colegio estaba como puerco en lodo, aprendiendo cosas, platicando y haciendo amigos por todos lados. Tenía amigos no solo de su clase sino de años más arriba y más abajo porque platicaba con todos en el camión y en el recreo. Siempre le fue fácil hacer sentir a gusto a los demás. Me acuerdo que cuando pasó a primaria le dije, porfa, el primer día pórtate súper, porque las primeras impresiones se les quedan a las maestras y….. le tiré un choro mareador tremendo. Mucha atención me habrá puesto porque cuando volvió y le pregunté como le había ido me dijo que padrísimo y le pregunté que cómo se llamaba su maestra y me dijo que no se fijó porque había estado ocupado platicando. Así le fue en la feria. La Miss de inglés le agarró un odio jarocho que le costó trabajo quitarse. Al final claro que la conquistó, como a todo el mundo.
Fuimos al Tae
Kwon Do, a clases de Barro y cerámica, a clases de montar, de patinaje en
hielo, a clases de futbol ¿cómo no? que
fueron las que más le gustaron y más años le duraron, a clases de paddel y
quien sabe de que tantas cosas más.
Si tuvo muchos
amigos que fueron y vinieron pero sus amigos de siempre, sus grandes compadres
los mantuvo toda la vida y los nuevos que hizo en secundaria también han sido
buenísimos amigos.
Tuvo conmigo una
relación fácil, porque era muy listo. A todo me decía que si y luego hacía lo
que le daba la gana, entonces peleábamos poco, porque yo me quedaba tranquila y
el también. Nos entendíamos fácil, le puse mil apodos y nombres absurdos que no
le necesitaba explicar a el, si bien nadie más los entendía, teníamos nuestra
hora del apapacho, dormíamos la siesta juntos cuando le entró la pubertad y a
mi los insomnios horribles y por suerte pude cargar pilas de cariño, para ahora
que en la distancia lo extraño con cada hueso.
Se ha vuelto un
hombre enorme, el que pensamos que igual no libraba la estatura mínima normal,
porque cuando jugaba fut le llegaba a la “Pepsi” a los contrarios siempre.
¿Cómo a la Pepsi? Al letrero que dice Pepsi en la manga, Ma. Además de grandote
y guapetón es tipazo y conste que no lo estoy promocionando, ni le hace falta.
Me siento
orgullosísima y bendecida por la vida por haber podido ser su pingüino.
Felicidades panzón!
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