jueves, 24 de mayo de 2018

EN GUSTOS SE ROMPEN GÉNEROS

Cuando estaba vendiendo una casa, una corredora trajo a una señora grande que vio toda la casa y al final me dijo: “Muy linda mijita, porque uno ve cada cosa…. Yo la verdad no voy a comprar nada, pero me aburro y me encanta ver como vive la gente.” Yo, lo bueno es que no había dejado nada importante por atender la cita de la metiche y solo me dio risa. La corredora casi se muere de la vergüenza y ahí quedó la cosa.
Cuento esto porque si, es muy curioso como vive la gente.
Aquí en Jordania, resulta que cuando los ingleses fueron colonos, reglamentaron que en Amman, todas las construcciones tenían que ser por ley de piedra caliza blanca o beige clarita, que es lo que hay por aquí y la ley se ha mantenido. Todos los exteriores tienen que ser blancos o claros con un porcentaje pequeño de teja o piedra de otro color tal vez y los cristales, cosa que algunos constructores han aprovechado recientemente para hacer edificios altos recubiertos de puro cristal y son los únicos que no son de piedra clara en Amman. Toda la ciudad se ve blanca, parejita. Me los imagino si se dieran una vuelta por Tlacotalpan, Veracruz. Enloquecidos y alucinados.

Los árabes en general son famosos por el gusto que tienen por lo recargado, o sea que forzosamente tener fachadas sencillas en color, ha tenido como resultado que den salida a sus ímpetus creativos por otros lados. Entonces las construcciones muchas veces tienen detalles decorativos como columnas o arcos, tallados en la piedra, pero lo que se lleva las palmas son los interiores. El Islam prohíbe representar figuras de seres con alma y consideran como tal a humanos y animales, ya que solo Dios puede crearlos. Siguiendo este principio, el arte musulmán es famoso por sus grecas y diseños geométricos que nutren esa necesidad humana de crear belleza. Todo eso está muy bien, en el Taj Majal, en Granada, pero en la decoración de interiores del Amman contemporáneo es una pesadilla.

A los jordanos les encantan los estampados de animales. No hay casa que no tenga un sillón de tigre, de cebra, de leopardo. Y por supuesto se pueden mezclar varios en un mismo ambiente, faltaba más, o sobre poner, unos encima de otros o de telas con otros estampados, causando una indigestión visual terrible. Los brillos también son socorridísimos, o sea que hay cortinas con lentejuelas, sofás con brillantes falsos, candiles que Liberace encontraría recargados, persianas de mil colores. ¿Porqué limitarse a algo sencillo si se puede dejar volar la imaginación? O porqué limitarse a un diseño, si te gustan a lo mejor varios? He visto cortineros con una cortina de brillos rojos y plata con otra cortina a rayas grises y azul turquesa con lentejuela, por ejemplo.  Igual los ingleses sabían lo que hacían al limitarlos y los estaban salvando de sí mismos. Hay toda una gama de pinturas para las paredes con brillantina, para que tu pared tenga esa chispa extra, y muchas veces pintan cada pared de un color distinto. En invierno hace mucho frío, y nadie usa zapatos dentro de las casas. Ponen alfombras, de varios tamaños, sobrepuestas unas sobre otras, hasta en cocinas y baños, sin importar si combinan o no. Cuando se van gastando, van reencarnando en distintos usos: he visto alfombras persas grandes afuera bajo el coche en un garaje mal pavimentado, por ejemplo. Los muebles tradicionales jordanos son colchones chaparritos que se ponen contra las paredes y se les ponen almohadas planas apiladas a distintos intervalos como posabrazos o para recostarse. La gente se sienta o recuesta en ellos y de noche, se usan de camas.  En la mayoría de las casas, hay un cuarto de visitas o sala de huéspedes que está a la entrada de la casa o de hecho se entra por un lugar separado a la casa, donde se recibe a las visitas sin que estas tengan que pasar por la casa, por si no quieren que vean a las mujeres o que fumen dentro de la casa. En estos salones más formales si suele haber sillones occidentales y muchas mesitas auxiliares, pues como les encanta alimentar a las visitas, tienen que tener donde poner el té, el café, la fruta, los dulces…. En las casas en Amman también se usan muebles occidentales, sillones, comedores, camas. Pero el estilacho….

Los muebles tienden a ser pesados, muy grandes de tamaño y otra vez, muy, muy recargados, ya sea en la tela, o en la madera, talladísima, y tipo trono de cuento o en las dos cosas. Entonces, entrar a cualquier tienda de decoración, dan ganas de cerrar los ojos. Para siempre.  No pueden creer que busques algo sencillo, simple, de líneas clásicas. Por suerte existe IKEA, donde si puedes encontrar cosas sencillas y dejarlas así si quieres, porque aquí venden muchísimo, por sus buenos precios y su servicio, pero luego la gente le hace modificaciones a las cosas, recubren los sillones con una manta de tigre, le ponen unas flores artificiales con diamantitos encima a la mesa y un candil como de Las Vegas, pintan la pared con diamantina y ponen una cortina de gasa con lentejuelas y así ya mero queda….

La ropa de cama y la mantelería es otro tema. Los manteles no existen en las casas. En los restaurantes, en los hoteles tal vez, y en general, ni eso. En las casas se usan plásticos desechables, manteles nunca. En los restaurantes las mesas pueden ser de marquetería o madera labrada y entonces no las cubren. Las sábanas tampoco se usan en general. Se acostumbra poner una cobija sobre el colchón y otra sobre el cuerpo y listo, sin sábanas. Se venden juegos de sábanas, pero conseguir un juego completo, lo que nosotros consideramos completo, es muy difícil. Los hay con sábana de cajón y duvet por ejemplo. No se usa la sábana de arriba, hay que mandarla a hacer o comprarla a un proveedor de hoteles. Cuando Alaris me vio tender la cama por primera vez al estilo mexicano, fingió no sorprenderse, pero lo vi que ponía atención. Nunca había tendido una cama con sábana de abajo y de arriba, edredón y todo el kit. Ahora, he de confesar que para el invierno, lo de las cobijas no es ninguna tarugada: duermes riquísimo con una cobija calentita abajo y una arriba, tapado todo con un edredón y no hay la cosa de que las sábanas están heladas. Es como meterse a un estuche de algodones delicioso, tiene su encanto.

La gente aquí tiene una relación sumamente bipolar con los baños. Por un lado, con esto de que se tienen que lavar seguido y mantener las pompas rechinando de limpias en todo momento, siempre tiene que haber baño en todos lados. Pero los baños se consideran sucios. Es el único lugar de la casa al que siempre se entra con zapatos. Siempre hay varias chanclas de uso común cerca del baño, no vaya a ser que pises una micro partícula de algún fluido que por azar haya salpicado en algún lado y tu baño ritual se vaya a perjudicar. Por otro lado, ponen poco interés en tener los baños lindos. Muchas casas tienen excusados estilo árabe que son como los que hay en muchos lugares en Asia y en Europa, como migitorios metidos en el suelo, con lados con textura para que te pares y te pongas en cuclillas y hagas lo que tienes que hacer sin sentarte. Tienen agua corriente y la omnipresente manguera para lavarse.  En muchas casas hay de estos excusados y excusados occidentales también. De todos modos, los baños normalmente tienen muchos recipientes para agua, no se por qué, como varias cubetas y tupper wares, muchos zapatos, muchas cosas, siempre están como un poco sucios y como un poco “a medias”, como si no los hubieran terminado bien, aunque sea en una casa elegante. Es raro que haya papel de baño, la gente se lava. Mis baños les parecen a mis amigas como parques de diversiones: es lo más tonto, pero los tengo puestos como acostumbramos en México con toallitas para las manos en canastas y canastas para poner las usadas, frasquitos con perfumes, con mentas, con palillos de hilo dental, floreros, papel de baño. Las regaderas cerradas, con toallas a juego, canasta para la ropa sucia. Aquí acostumbran tener las regaderas abiertas, claro que se mueren de frío. Equis mi baño. Les encanta. Haz de cuenta que fueron al parque las mensas. Se tardan media hora y regresan con cara de conejos lampareados. Ya les dije que con mucho gusto les ayudo a guapear sus baños. Son chistosísimas, creen que un baño mono es solo de revista o de película. Considerando lo que los usan, habían de echarle un mínimo de ganas. En cambio en muchas casas se acostumbra usar el baño de bodega, si hay espacio, por ejemplo no es raro que el centro de lavado esté en el baño de visitas de un departamento. “ Si pásele tía, allí donde la lavadora”. ¿Cómo así? Me imagino a la viejilla que le gustaba ver casas ajenas. Se la pasaría bomba por acá.
Salam!

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HELLAS

  Como lo que más me gusta en la vida es viajar, y hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, mi respuesta a estar feliz es viajar...