DE PELUQUEROS Y PELUQUERÍAS
Te has puesto a pensar cuánto inviertes en tu pelambrera en un
año, por ejemplo? Piénsale. Entre shampoo, acondicionador, mascarilla o
ampolleta, tratamiento, cepillos o peines, cortes o despuntadas, que si la
pintura, los rayos, el alaciado, enchinado, la plancha, el bótox, la queratina,
el tubo caliente, los peinados de salón….. Jesús del huerto! Es un lanal.
Después de pensarlo estoy meditando seriamente dejarme un look tipo Kojac, como
rodilla y acabar de una vez con el asunto. Alrededor de ese negocio también
están todos los servicios satélites que te haces en el salón: las uñas, los
pies, las cejas, la depilada de pilosidades insospechadas, el maquillaje, el
tatuado de cejas, las extensiones de una cosa u otra, el bronceado en spray,
etc.
No hay cosa que yo disfrute más que un masaje de cabeza de esos
que te hacen en la peluquería cuando te lavan el pelo. Normalmente llego con el
pelo ya lavado, porque como me gusta ir al gimnasio y sudo como pollo en bolsa,
me lo lavo diario. Si vengo mojada, me dicen “No hace falta lavarla verdad?”.
Ah, como que no? Hace muchísima falta. Doble shampoo, acondicionador, ampolleta
y todo el masajito que se pueda de favor, que para eso vengo a dejar aquí media
quincena.
En Amman todavía no encuentro una peluquería que me encante. En
México tengo mi peluquería de siempre donde me conocen, me saludan de beso, me
gusta platicar y que me platiquen y dejo que me hagan lo que quieran porque al
cabo es pelo y crece si no me gusta y yo voy a pasarlo bien. Aquí hay dos tipos
de peluquerías de señoras, las de las señoras “mochas” y las de las
occidentalizadas. En las primeras, no se ve nada hacia fuera, atienden
solamente mujeres y las mujeres entran y salen con la cabeza tapada o sea que
realmente no sabes qué cosa resulte. Y no sé que tanto interés pondrán en
cuidarse el pelo siendo que nunca lo enseñan. Habrá que ir a probar, pero he de
confesar que no sé de primera mano.
Hay pocas peluquerías para mujeres occidentalizadas, donde hay
peluqueros hombres y mujeres, que podrían ser como cualquier peluquería de
México. A una de estas si fui a pintarme el pelo una vez. Di con ella porque
está al lado de la oficina de mi dentista y a fuerza de verla muchas veces me
convencí en probar. Llevaba ya varios meses acá, haciéndome retoques caseros de
las canas y decidí que era horas de ponerme en manos de un profesional. El
cuate que me atendió estaba impresionado de que fuera yo mexicana, pues me dijo
que vivió en Texas muchos años y fue novio de una paisana, por lo que yo le
traía recuerdos buenos y malos. Le pregunté que qué tan malos antes de
proceder, fuera a ser que desquitara los rencores de su corazoncito en mi pelo.
Solo se rió. Las otras dos clientas que había en el lugar estaban bien pelonas.
A una de hecho le estaban pegando como un peluquín con la secadora sobre la
cabeza antes de peinarla y la otra también tenía el pelo muy ralito. Yo no se
si les pase eso a la larga por el hijab. Mis amigas y sus mamás, Ummi y sus
hermanas si tienen pelo. Casualidad? O será que en ese salón lavan el pelo con
agua de acumulador? Ay! A ver en que me metí.
Mientras me ponían el tinte estuve incómoda porque todos los
empleados estaban fumando como chimeneas y tenían puesta una tele en el canal
religioso donde recitan sin cesar suras del Corán, pero el recitador tenía una
voz que daban ganas de salir corriendo. Total me lavaron y me empezaron a orear
el pelo, con una calma y pachorrez que les dije que me dejaran así porque ya me
tocaba pasar con la dentista. Me cobraron un ojo de la cara por el trabajito y
luego me enteré que el color quedó altamente sospechoso, con todo y que le dije
al hombrecito el color que uso siempre. O sea que no voy a volver.
En otra ocasión quise que me peinaran. Busqué un salón cerca de mi
casa, fui ya con el pelo lavado y solo pedí que me secaran, el chongo me lo iba
a hacer yo, a saber que me fueran a hacer aquí. Iba a ir a una boda y una amiga
que trabaja para una marca internacional de cosméticos me dijo que venía de
Líbano una amiga suya y que me pintaba y peinaba gratis. Le dije que gracias
pero no gracias. A saber que me fuera a hacer y como era “regalo” me iba a
tener que quedar así. Ni de broma. La chava que me secó se detenía el secador
prendido entre las piernas, con riesgo de quemarse las partes nobles y muy poca
consideración higiénica. A mi me daban ataques de risa, que ella no entendía.
Esta sí me cobró baratísimo, pero tampoco me quedaron muchas ganas de volver.
Cuando fui a México corrí a los brazos de mis peluqueros de siempre.
Los señores árabes son bastante peludos en general. Les sale barba
tupidísima en lo que desayunan y son bastante vanidosos. Hay entonces barberías
de señores por todos lados y están abiertas hasta altas horas de la noche. Hay
señores que van diario a arreglarse la barba y el día que no van se nota. Aquí en Jordania no se usan tanto las barbas
como de profeta que se asocian con los musulmanes, barbas largas sin bigote,
pero si muchos hombres usan algo de barba, candado o bigote. Lo de la barba, me
han dicho que es porque Mahoma así la usaba y por eso los musulmanes muy
conservadores la usan así. Entre los
jóvenes, como en muchas partes se usa mucho el corte de pelo de “guajolote” que
han puesto de moda los futbolistas. De pelo cortito en los lados y atrás y
copetón arriba, tipo cresta. Horroroso para mi gusto, de esas modas como los
copetes noventeros, que no alcanza la vida para arrepentirse.
Alaris tiene con su peluquero una relación de cuates del alma.
Hace bien, donde que lo visita por lo menos cada dos semanas. Se llaman por
teléfono, se quieren y de hecho fue uno de los primeros de sus amigos que
conocí.
Entre las muchas cosas que se mencionan en el Corán, se habla
sobre el pelo del cuerpo. Resulta que se sugiere que las mujeres se retiren
todo el vello corporal (TODO) por lo menos cada 24 días, por higiene y los
hombres cada 48 días- méndigos, si son más peludos, se habían de pasar por las
armas más seguido. Aquí no son muy
estrictos en ese sentido, he visto mujeres muy piadosas con las piernas como
futbolistas de peludas bajo el burquini, que como su nombre lo dice es un traje
de baño modelo burqa. Existen entonces muchas clínicas de láser, de depilación
de todo tipo y tradicionalmente la depilación se hace con una mezcla de azúcar
y limón que se supone que es suave con la piel. En los pueblos en general la
gente es más natural, pero mis amigas de Amman se hacen cosas rarísimas en las
cejas. Todas las tienen híper depiladas si no es que depiladas del todo y pintadas
diferente de cómo eran originalmente y alguna ya me regaló disimuladamente un
kit de pinzas y plantillas, yo creo que a modo de sugerencia para que pode mis
cejas. A mi la verdad me gustan como las tengo y le di las gracias, pero no le
he hecho caso.
Las mujeres extremadamente religiosas no se pintan las uñas, pues
piensan que la pintura interfiere con el lavado correcto de las manos para
rezar y que es un acto de vanidad excesiva, pero en general todas se maquillan
los ojos.
El arreglo para las bodas es todo un tema. Las novias se maquillan
y peinan en salones que se anuncian como especialistas en novias. El novio paga
no solo el arreglo de la novia, si no el de toda su familia, la suegra, las
cuñadas. Y el chistecito sale entre 300 y 500 Dinares por la novia, a las
familiares les hacen mejor precio, en un salón equis. Esto equivale a 7500 a
12500 pesos. Y luego para que no puedan enseñar sus fotos nunca! Así las cosas.
En general, las mujeres invierten menos en peluquerías y productos
de belleza aquí que en México y los hombres más.
Tengo que seguir buscando hasta encontrar una peluquería que
cuadre con mi gusto, con mis costumbres y
que le sepan al color para que el hijab no pase a ser una necesidad, ya
no religiosa, si no estética.
Salam!
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