martes, 3 de abril de 2018

VERACRUZ…

El Tajín

Mientras mis hijos fueron chicos, me di a la tarea de enseñarles mi México. Me propuse que conocieran todo lo posible de nuestro lindísimo país, aprovechando así para hacer viajes de aventura sola con ellos, con alguna hermana o prima, para que también llevaran amigos y tuvieran recuerdos de haberse divertido muchísimo ligados a la experiencia de conocer su país. Uno de esos viajes fue al estado de Veracruz, que yo había tenido la suerte de visitar varias veces por distintas razones, pero esta vez, lo hicimos de manera sistemática, recorriéndolo completito y disfrutando al máximo todo lo que pudimos en una semana. Fuimos los niños y yo con una hermana y sus hijos con un chofer de agencia que nos recogió en mi casa. La primera parada fue Xico, Jalapa y Jalcomulco. Yo ya había ido a Jalcomulco a los rápidos, con un hermano en otra ocasión. Tengo la teoría de que la gente de por allí toma agua de desecho de Laguna Verde, porque salen con cada cosa, que es de no creerse. En aquella ocasión, nos agarró la noche, mi hermano venía dormido y yo me perdí. Me paré junto a un policía de caminos para preguntarle si Jalapa estaba cerca y me contestó “Para Jalapa…..mmm, para Jalapa?” Como si no hubiera oído el nombrecito nunca. En la torre! Resulta que estábamos a dos minutos. En otra ocasión fui a una boda a Fortín de las Flores, cerquita de Orizaba y tampoco daba con el hotel. Le pregunté a un hombre de una báscula de trailers y me dijo que si le preguntaba se ponía nervioso y si no le preguntaba pues no me contestaba. En serio. Al llegar al dichoso hotel, el exposo preguntó si había servicio de bar. Le contestaron con una historia de que el chavo del video bar estaba de vacaciones y…. Le dijo, pero bueno, uno puede pedir algo de tomar con la cena? Pues si señor, yo voy al bar, y se lo traigo. A todo dar. De pronto llegó el hombrecito velocísimo, puso una copa frente a cada lugar y vertió un líquido sospechoso, rosita y burbujeante. Y eso? Caribe. Que no le gusta? Querían tomar…..Jajajajaja. Más fácil no resistirse.
Danzón en Veracruz

En fin, en esta ocasión, con un chofer más experimentado llegamos a Xico sin contratiempos. Xico está muy cerca de Jalapa y Jalcomulco, en medio de los Altos de Veracruz, zona cafetalera. Nos acercamos porque hay una cascada que vale la pena ver y un beneficio cafetalero, los vimos, los niños felices y nos fuimos a pasear en coche por Jalapa y luego a Jalcomulco. Hay en Jalcomulco varios lugares en donde te puedes quedar a dormir y te llevan a los rápidos del río Pescados y Antigua. Yo me he quedado en Río y Montaña y México Verde y ni a cual irle de buenos. Los dos son excelentes, sus instalaciones cómodas, limpias y bonitas, sus guías muy profesionales y es algo que vale muchísimo la pena. Hicimos la bajada por el río, los niños jugaron gotcha, se dieron masajes, escalamos muros, nos tiramos por tirolesas y descubrimos que mi hermana sufre de un vértigo terrible, donde que se quedó colgada como piñata, engarrotada y tuvo que subir un hombre para bajarla porque le dio el mal de las estatuas de marfil. Lo pasamos padrísimo. Los moscos hicieron con nosotros lo que quisieron. Resulta que te dicen que lleves repelente. Llevas y a los moscos les da risa y a los locales también. Dicen que lo único que sirve es el shampoo Caprice verde untado como crema, pero no te avisan y no te lo venden. Quedas como Santo Cristo. De allí partimos hacia el sur, a Catemaco y sus brujerías. Pasamos por San Andres Tuxtla, por unos lugares selváticos lindos, donde las bardas para los cultivos son pedazos de árboles que se ponen en vertical y el la naturaleza es tan exuberante que vuelven a echar raíces. El pueblo de Catemaco en sí no es particularmente bonito, el lago si. Está rodeado por un malecón con grandes árboles donde duermen muchísimas garzas blancas. Hay que andar con precaución, pues si las despiertas, todas al unísono abren el ojo y defecan, de tal suerte que si como mi hermana, estornudas bajo los árboles, el resultado puede ser terrible. Por supuesto, buscamos un “brujo profesional”, que tenía en su casa búhos y cocodrilos disecados pero era un compadre equis que seguramente sería plomero u albañil a ratos. Nos hizo la limpia de rigor y mientras le pasaba un huevo a mi sobrino por el cuerpo, se le rompió, con las consecuentes carcajadas de todos. Hay letreros por todos lados de “se venden tegogolos y camarones, agua para Noescafé”. Cenamos en un changarro donde mi hijo, que es garganta aventurera, rápidamente se pidió unos tegogolos sin tener idea de qué son. Resulta que son unos caracoles endémicos del lago de Catemaco. Mi niño es especialista en pedir cosas rarísimas y a veces decidir que están muy….lo que sea y no comérselas, a veces si se aficiona y así, llevaba al colegio cosas rarísimas de comer. La gente hablaba de nosotros. Yo pedí unas pellizcadas de mosmocho (es neta, pensé que era albur, son unas quesadillas con chicharrón hecho polvito). Lo vi que no comía y lo regañé. Le cambié su cena por la mía y cuando probé vi porque no se lo comía. Estaba bueno, pero lo que parecía jitomate, era puritito chiltepín que pica que ahí te encargo, pero había que dar el ejemplo y me los cené todititos. A la mañana siguiente fuimos en una lancha a ver a los famosos changos de Catemaco. Resulta que la UNAM hizo hace años un experimento en una isla que hay en medio de la laguna con unos monos Rhesus, que son estos changos que tienen el pelo como verde y la piel de la cara como gringos de Wisconsin por primera vez en Acapulco. Acabó el proyecto y los monos quedaron allí. A los turistas les gusta verlos y llevan fruta para que se acerquen. Los changos se han vuelto nadadores para ir por la fruta y obesos por la cantidad de clientela que tienen. Una cosa medio grotesca.
En otra orilla del lago hay un lugar ecoturístico donde se cuentan leyendas de nahuales y chaneques, se ponen mascarillas de lodo y hay temascales. Está lindo. De ahí fuimos a la laguna de Sontecomapan, que es una barra donde el mar entra hacia una laguna que hace manglar, en los Tuxtlas todavía. Caminamos en la selva y anduvimos en lancha por el manglar, rojo por las raíces que tiñen las aguas. Estuvimos en la playa un rato y luego fuimos a un eco-albergue que se llama Los Amigos donde se puede andar en Kayak, pasear en burro y comer muy rico. De salida pasamos a ver una cascada que como muchas en México, se llama el Velo de Novia, pero donde no se puede nadar ni conviene estar mucho tiempo, pues las aguas están muy contaminadas con herbicidas. Tristemente, en estas zonas se utilizan muchísimos herbicidas para hacer la agricultura eficiente, pero son sumamente tóxicos. Hay letreros de lámina en las rancherías más perdidas promocionando unos venenos terribles. Algo tendría que hacerse de manera distinta…..
Sontecomapan

De ida de nuevo hacia el norte pasamos por Tlacotalpan, pueblo mágico sobre el Papaloapan famoso por sus colores, sus Toritos, su trovador, el Maestro  Agustín Lara. Impresionante. Cruzamos el famoso puente de Alvarado, donde la gente es famosa por alburera. Dormimos en el Bello Puerto de Veracruz. Cenamos  y desayunamos delicioso. En México, Oaxaca, Puebla y Yucatán son famosos por su gastronomía. Veracruz les dice quítense que ahí les voy. Sus cafés lecheros y sus “gordas” para el desayuno son una locura, los mariscos y pescados son deliciosos, el arroz tumbado, los langostinos, las confecciones de masa de maíz, con nombres muy creativos, que no sabes si te están albureando o es serio: pellizcadas, embarradas, estrujadas, picaditas…. Todo riquísimo. Eso sí, hay que tener buen estómago o buen antiácido porque todo pica muchísimo. Las salsas son puro chile molido, no se andan con tomatillo ni tarugadas de esas. Proceda con precaución. Fuimos a la playa a ver el kite surfing y a pasar un rato. De ahí para el norte nos fuimos siguiendo la carretera de la Costa Esmeralda. La carretera no es autopista, es de ida y vuelta, muy recta pero hay que tener cuidado. Veníamos detrás de una pick-up que traía un enorme toro cebú en la caja, y al pasar junto a un rancho ganadero, el toro decidió “Esquina bajan” y de un brinco se bajó. Frenamos. Y el chofer del toro también. Se bajó con un mecate y yo pensé, a ver chato, chíflale que venga. Pues el toro, con su enorme corpulencia, se acercó a la barda del rancho y de un brinco que ya quisiera cualquier saltarín con pértiga, se metió al rancho, a coquetear con las vacas! Lloramos de risa de pensar en como el hombre iba a explicar que perdió al toro o como iba a tocar: Oiga, fíjese que mi toro se metió a su rancho, no le importa….. Increíble. Fuimos a Papantla, cuna de la vainilla y los voladores, vimos bailar danzón. Fuimos al Tajín, impresionante. Cada sitio prehispánico en México tiene su encanto, pero la pirámide del Tajín con sus muchos cráneos es muy especial. Las guías de turistas advierten que hace muchísimo calor dentro del sitio. Yo pensé que era para extranjeros. Cállate la boca! Es un horno y no venden absolutamente nada para beber allí. Hay un ejido atrás y los niños del ejido venden jugo de naranja fresco en bolsas de plástico a través de la malla ciclónica. Pagas lo que sea por el, porque el calor es de morirse.
De regreso, dormimos en un hotel en la Costa Esmeralda. Hay muchos hotelitos, chiquitos y lindos, de muy buen precio. La playa es mona, larga, de arena obscura, agua achocolatada, muy vírgen todavía, muy tranquila. No hay que hacerle confianza al mar, hay muchas corrientes y remolinos, es fácil ahogarse, aún sabiendo nadar bien.
Tlacotalpan

Regresamos por la sierra de Puebla. Regresar de Veracruz me trae recuerdos divertidos. Me han pasado cosas extrañas varias veces. Una vez que fui por trabajo, a un congreso de salud de Pemex, coincidió con una de las grandes inundaciones que a menudo suceden en Veracruz. Se había abierto la presa, causando una tragedia horrible. El centro de convenciones albergaba en parte el congreso y en parte a los refugiados que buscaban a sus familiares desesperados. Surreal y tristísimo. Llegué a aeropuerto con el corazón hecho polvo y a mi lado en el mostrador veo a una señora con capa de mink. A 38 grados centígrados. En Veracruz. En voz muy alta decía, Señorita, es que vamos a NuevaYorr. Ah, por eso el traje de carácter. Yo, de por sí soy víbora, para que invento que no, pero si estoy preocupada o tengo miedo, con mayor razón tiendo a fijarme en detalles mensos para distraerme y como venía muy triste, la señora del mink fue mi foco de atención. Traía una niña como de 12 años, con la que hablaba, para que la gente la oyera, diciéndole: Es muy serio lo que pasó, Carolina. Lo bueno es que vamos a NuevaYorr, Carolina. Tráete la maletita con las cosas para NuevaYorr, Carolina. Yo pensaba que Carolina iba a llegar harta y su mamá sudando como pollo en bolsa porque le faltaba un ratote y donde que ya traía el atuendo puesto. Es la fecha que en mi familia no va nadie a Nueva York, vamos a NuevaYorr,Carolina. Otra vez, de regreso de Jalcomulco a México, en coche a principios de diciembre, venía yo manejando y mi hermano de pasajero, dormido. Se despertó por mis carcajadas. Ora, qué pasa loca? Le dije, por favor no te lo pierdas: Se asomó por la ventana y se unió a mis risas sin necesidad de explicar. Veníamos por la sierra, por un lugar donde había un bosque de árboles de Navidad y venían muchos coches, con familias con cara de agotamiento feliz con su árbol en el techo, manejando a toda velocidad por la carretera, pero con el árbol con la punta para adelante. A 100 km por hora o más, esto hace que el viento abra el árbol como paraguas y lo vaya despelucando todo. Nos imaginábamos a la familia toda la mañana escogiendo el árbol más pachón, que no tenga huecos, que esté perfecto para que cuando llegaran a su casa tuvieran tres ramas pelonas por su desconocimiento de la física y la lógica más elemental.
Lloramos de risa.


En fin, Veracruz es siempre un placer para todos los sentidos. Su gente de risa y fiesta fácil, sus jarochos y sus sones, sus paisajes y aventuras. Villa rica, riquísima.

www.enjoy-jordan.con
jordantours.com
www.visitmexico.com

1 comentario:

  1. Jajaja me encantaron todas tus experiencias.. Seguro pasaron por nuestro casco de Hacienda, ya q se regresaron seguramente por cuetzalan.. Por allá andamos, conozco todos los lugares que mencionaste y son hermosos.. Te cuento que la ruta del Tajín hacia Cuetzalan está llena de pirámides enmontadas, de hecho tenemos una nosotros en nuestro terreno.. En fin una belleza..

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HELLAS

  Como lo que más me gusta en la vida es viajar, y hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, mi respuesta a estar feliz es viajar...