ENTRÁNDOLE AL HASHISH Y A LA COMIDA
SALVAJE
“Jesús del Huerto! A esta mensa ya la soledad le dio por las
drogas y en una de esas, le dieron los munchies y se zampó un gato callejero”.
Me imagino diría mi prima potosina al leer este título. No va por allí la
cosa. Lo que todos pensamos al oír
hashish es en la droga, que es una resina que proviene del cannabis, pero en
realidad hashish en árabe significa hierba y puede referirse a pasto común y
corriente, a cualquier variedad de hierbas comestibles o al infame hashish. En
este caso me refiero a las hierbas. En esta temporada, después de las lluvias,
el Levante aprovecha para ponerse verde antes de que el calor deje todo seco de
nuevo. Crecen muchísimos tipos de hierbas silvestres y mucha gente las come.
Algunas son de uso tan común, que aunque sean silvestres las encuentras a veces
en las verdulerías, o las venden en cajas a pie de carretera, otras de plano la
gente las corta en el campo o en los terrenos y las come como cosa casera. Al
hacer uso de las plantas silvestres, le llaman “cocina salvaje” y es algo mucho
menos loco que la imagen que al menos a mi se me hizo en la cabeza la primera
vez que oí la expresión. Me imaginé a mi cuñada Samar luchando encarnecidamente
con algún bicho mitológico para echarlo a la cazuela, en vez de cortando flores
comestibles. Yo para la comida soy bastante entrona. Eso se lo tengo que
agradecer a mi exposo y su familia, que comen piedras casi y me enseñaron a no
hacerle ascos a nada. En mi casa éramos de sopa de verdura, ensalada y carne
asada, básicamente, pero en la de ellos, un día equis podía haber de comer sopa
de médula y manitas de cerdo en escabeche, por ejemplo. En mi casa el pozole
era de maciza, al igual que las carnitas. En la de ellos, por supuesto eso se
consideraba de lo más triste y se comían con gusto el buche, la nana, los
sesos, la trompa y todo lo demás.
Aprendí a comer de todo y salvo unas pocas cosas que de plano no me
encantan y otras que de plano les saco la vuelta porque las considero
peligrosas o porque sean animales en peligro de extinción, como de todo y estoy
dispuesta siempre a probar cosas nuevas, para regocijo de las mujeres de mi
nueva familia, a las que les encanta cocinar y que la gente pruebe lo que
hacen. Para ellas, soy el perfecto conejillo de indias. Me ponen delante un
plato que se ve rico, con pedazos de carne obscura y pan recién hecho y lo
pruebo feliz. Luego me dicen orgullosas que es hígado de cordero. La verdad, no
lo hubiera yo pedido ni de broma, pero no estaba nada mal. A ellas esto de la comida silvestre y de
temporada les gusta y le saben y me han enseñado a comer y preparar varias
hierbas de las que hay ahora. Les divierte ir a buscarlas y cortarlas y muchas
las comen ahí mismo. Yo solo pienso que seguro tienen pipí de gato o de algún
otro animal, pero ni modo de ser la nube en el desfile, si todas están tan
contentas. Me las como igual, y Dios nos agarre confesados, ya que.
Ya les platiqué del
khobeze. Esa es una de las hierbas “salvajes” que de repente llegas a encontrar
en las tiendas en las zonas “nice”. Las señoras que no se prestan a ir a
cosecharlo van y lo encargan en la verdulería, cosa que mis parientas
consideran una locura. Cosa de salir a dar la vuelta con una bolsa. Seguro
encuentras en algún terreno o en algún lugaracho por allí. Se lava bien, se
pica finito, se fríe en aceite de oliva con un poco de cebolla y sal y listo.
Se come solo o con pan y yogurt. Otra hierba
que se come mucho por aquí, pero más tarde en el año y no la hay en México se
llama Mjlujiyeh. Crece en unas varas largas, que no se comen y tienen muchas
hojas, parecidas a las de la morera, pero más tiernitas. Se puede comprar o
cortar con todo y ramas, que luego hay que limpiar, o pagar un poquito más y
comprar las puras hojas. Se hierve en agua con un poco de sal, picada finito
con un poco de cebolla y queda como un caldo espeso verde, un poco baboso (como
los nopales) y se come con pollo, un poco de limón y arroz blanco. Es un plato
típico palestino. Fuera de temporada se puede conseguir en paquete, congelada,
pero la gente dice que no está buena así. Supongo como nos pasa con los
nopales. En un apuro o cuando de plano no hay, igual usas los congelados, pero
siempre son mejores los frescos. En este caso lo mismo. Se comen también muchos
tipos de cardos, esas hierbas con flores que están llenas de espinitas hasta en
las hojas. Se les quita la piel espinosa y dura y se come el corazón. Las había
probado antes en España, en ensalada. De otros se come la parte como de la
raíz, frita. Por supuesto el perejil se usa, no como en México solo para
sazonar y un poquito, se usa en grandes cantidades para comer en ensaladas como
el tabouleh, el cilantro también se usa en la ensalada y como condimento. La
menta, si no la tienes en tu casa, se compra por manojos grandes, como el
cilantro en México, pues se usa para varios guisos, para la ensalada, para el
té, para muchas cosas. El otro día,
Mariam, una tía de Alaris, que es un encanto, me trajo un regalo. Una bolsa
grandota llena de hojas de diente de león. Si, el diente de león ese que crece
en todos los parques y terrenos que tiene una flor amarilla, que luego se
convierte en un pompón blanco al que le soplas y salen volando plumitas. Yo le
di mucho las gracias y fui corriendo con una de mis cuñadas a preguntarle qué
iba yo a hacer con el diente de león. En México he visto que se toma como té,
para adelgazar y para la colitis, y en algún restaurant me dieron un poco de
las flores en una ensalada, pero así como tres kilos de hojas? No sabía yo que
hacer. Me dijeron que las lavara, las picara, las pusiera a remojar con sal.
Las enjuagara, otra vez. Luego les diera una blanqueada, una pasada por agua
hirviendo con sal, les exprimiera bien el exceso de agua y luego les pusiera un
poco de cebolla desflemada, sal de grano y limón y las sirviera frías como
ensalada. Mientras todo el lavoteo, yo pensaba, si, las picas, las lavas, las
exprimes, y luego las tiras y compras una lechuga, porque para acabarla saben
amargo estas chivas…Pero le seguí hasta el final. Si Mariam se había tomado la
molestia de pizcar todo el costal de hojas, faltaba más ahora me las iba a
comer. Valió la pena. Tanto lavoteo y desflemada les quita lo amargo a las
hojas y quedó una ensalada deliciosa. Lo bueno es que como eran muchísimas
hojas, una vez blanqueadas, las dividí en varias porciones y las congelé para
otros días. Me encantaron. O sea que la próxima vez que vaya a México, si me
ves pastando en el parque, ya sabes porque. Aquí es todo lo exóticos que se
llegan a poner en el comer. Las plantas y los hongos silvestres, las aves de
corral no siempre son las tradicionales, se comen los pichones y ciertos tipos
de pájaros silvestres. El camello también se come, pero en general la comida no
es tan variada
Mi hijo también
salió paladar aventurero. Siempre le gustó probar todo, mientras más raro
mejor. Una vez cuando era chiquito, en el súper vio que había percebes en la
pescadería. No se si tienes el susto, pero los percebes son feos de llamar la
atención. Parecen víboras moradas con uñas en la cabeza, pero son deliciosos.
Saben a lo que huele el mar. Estaba esperando a que me atendiera el pescadero y
una señora se me quedó viendo con cara de pena y me preguntó si de verdad le
iba a comprar eso al niño. Le dije que sí y la cara de sufriente silenciosa de
almorranas se acrecentó. ….Y que me enojo. Le dije, no es que a usted le deba
yo ninguna explicación pero fíjese cuánto cuesta uno de esos paquetitos que
traen dos como salchichas en un aluminio brilloso y fíjese cuánto cuesta un
cuarto de kilo de estas cosas. Lo otro ya está listo para la lonchera. Esto lo
tengo que cocinar, y huélalo. Usted cree que si al niño le diera lo mismo yo
insistiría en comprarle los percebes en lugar de las salchichas? Ese niño todo
prueba siempre y casi todo le gusta. Igual que yo, si es un animal en peligro,
no le entra. Para qué comer huevos de tortuga, si puedes comer otra cosa? Pero
si hay chance de probar canguro, avestruz, venado o cualquier otro bicho de
criadero, seguro le entra, igual que a los chapulines, gusanos, escamoles y
demás.
Hay mucha gente
para la que comer es una obligación más y lo hace porque lo tiene que hacer y
listo. Hay gente que solamente come ciertas cosas con las que ya está cómoda y
sabe que le gustan y le da lo mismo comer repetido, si es lo que le gusta.
Habemos gente para la que comer es otra forma de explorar y conocer el mundo y
las culturas ajenas. Casi siempre es un
gusto. Hay algunas veces que es un error y el dicho de la curiosidad mató al
gato, igual por ahí viene. Ni modo. Así se aprende. Una vez en Japón, por
ejemplo, en un hotel tradicional, pedí el desayuno estilo japonés. Para que no
me lo platicaran. Pues me trajeron una sopa que parecía el agua de las tortugas
con una almejita en el fondo, un pedazo de pescado medio quemado y una ciruela
agria seca y salada porque los japoneses dicen que debes comenzar el día con
eso, para que después todo sea mejor y más dulce. Todo con té color agua puerca
que también parecía agua de pecera.
Aprendí que me gusta más un café con un croissant, sin duda. En China,
me ofrecieron “el huevo milenario”. Esto es un huevo normal, pero que se
entierra en arena por un periodo largo de tiempo hasta que se pudre y así
podrido lo comen. El huevo olía a azufre horrible, se veía negro y pastoso y lo
peor es que decían que era “bueno para el hombre….mejor para la mujer”, o sea
afrodisíaco. Los chinitos están obsesionados con eso. Yo creo que tienen un
serio problema con su plomería. Ahí si
de plano no le entré. Qué necesidad de comerme una cosa claramente podrida y
pasarme un par de días enferma. De plano no. Si no hay un claro riesgo o dilema
moral, en general soy de la filosofía de Ps a ver que pasa…. Y en general, lo
que pasa es que me gusta, como las hierbas de primavera. Sigamos entrándole
pues a los distintos tipos de hashish, de los de comer…..
Salam!
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