miércoles, 24 de abril de 2024

De Palestinos Pedos y elaboración de tortillas.

 



Ayer en la noche, estando su charra en pijama cómodamente con los lentes de Mr. Magú y por variar trabajando,  Alarís subió al roof de la casa porque anda armando unos sillones. Algo oí de que el portero le iba a ayudar.  Baja y me dice: te quieres vestir y subir a ver a Rda y su esposa? Y yo, que andaba en otro planeta, como que tardé en agarrar la onda, porque el portero de micasatucasa (como me da risa esa expresión) se llama así, pero es Egipcio y su mujer vive en Egipto. Entonces como que no entendí de pronto hasta que me acordé de un compadre que tiene Alarís que también se llama así. Pos voy a calzarme unos jeans y una camisa, hasta aretes me puse y en eso baja el invitado al baño. Saludos y tanta cosa. El hombre, cosa rara para los jordanos con las mujeres ajenas, es súper efusivo (de palabra nadamás). Es un híbrido porque su mamá es filipina, habla algo de Español, Tagalog, muy buen Inglés y es todo un personaje. Pues subo y la "esposa" que no es esposa, es Tailandesa. Muy mona y buena gente , yo quería que me platicara porque trabaja de sobrecargo con Royal Jordanian y viaja mucho por todos lados y seguro tiene historias chistosísimas, pero hete aquí que a este compa le gusta la copita y si agarra el micrófono, Jesús de Veracruz. 

Una de las enormes ventajas de vivir en un país musulmán, es que la gran mayoría de lagente no bebe o por lo menos no lo hace abiertamente, y por tanto, no hay que aguantar borrachos ni presenciar desfiguros. Una shulada.  Pues este compadre es una excepción. Ya alguna vez que Alarís había ido con el había vuelto oliendo a algún chupito extraño - me dijo que licor de canela- imagínate, entonces me figuré que este chavo se bebe hasta el agua de las baterías. Y en efecto. 

Llegó ya con algo encima y pidió que le ofreciéramos algo. Acá no solemos  tener nada. De casualidad teníamos un poco de tequila que un turista tipazo le regaló a Alarís y una botella de un ron sospechosísimo que nos regaló mi Honolable inquilino Coreano  y que tiene más millas de vuelo que un ganso canadiense porque no entendí como vino a dar acá.  Pues este buen hombre se despachó el tequila, bajó al coche a por otra cosa que traía porque no se le antojó el ron yo creo y se puso intensito. OMG!  Intensito en varios idiomas, mezclando necedades religiosas con tema político, machísmo y lágrimas en los ojos por los muertos en Gaza que si, está terrible, pero no hay que revolver unas cosas con otras.  Me dió apuración que de verdad está que se muere por lo que está pasando acá al lado, que si que es terrible, pero también estaba muy necio.  

Con la poquitita paciencia que me caracteriza, la intolerancia al borracho en general y a los fanatismos religiosos y cuantimás al machísmo, he de confesar que estuve a dos de perder las buenas maneras y si le hice bullying bastante.  La tailandesita lo veía con ojos de pistola, pero nunca lo cajeteó en público, supongo que se espero para leerle la cartilla de camino a su casa porque no tenía cara feliz. 

Hoy ha hablado como 3 veces a pedir disculpas y no le quiso cobrar a Alarís una Maseca que me hizo favor de comprarme en una tienda por su casa, que alguien me chismoseó que había. 

No debería de balconearme de esa manera, pero al señor que duerme conmigo le encantan las tortillas. Es gran fan del taco, pero al pobre le hago unas tortillas bastante de petatiux porque no me quedan como las meras meras. Entre mis amigas de acá, varias hacen tortillas bastante bien, una de ellas es súper profesional. Ya pedí tips y consejos acá, con Juanis la estrella marinera de casa de mis papás (que nomás me toreó porque no me sacó de dudas, yo creo que para ella es tan obvio y por demás cómo se hacen, que no me supo decir que estoy haciendo mal) e investigué en redes y blogs de mexicanas que como yo, por vivir en la tiznada, han tenido que curarse la nostalgia alimenticia improvisando.  Tengo un tortillero de fierro colado de esos de mercado que he cargado por el mundo, pero en este momento se quedó en Andorra y acá me conseguí uno de bambú para hacer Roti, la tortilla de los hindús. La verdad, está muy cumplidor mi aparatejo.  Venían con el chismo este, unos círculos de papel encerado que aunque usted no lo crea, funcionan mejor que la bolsa de plástico en el otro tortillero, y un comal chino que encontré en un super acá.  Armada con la harina de la disculpa, mis herramientas y hartos conocimientos investigados por doquier, me lancé hoy a hacer tortillas otra vez. Me quedaron mejor! Si se inflaron como sapitos y el hombre que vive en esta casa, se comió varias tortillas con sal mientras yo terminaba de hacerlas, o sea que la misión tuvo éxito.  Ya llegaré a hacerlas como mi amiga la profesional, que hasta pesa las bolitas de masa para que todas le queden idénticas.  A mi la simetría me da bastante igual, pero estoy feliz de haber logrado unas tortillas grandes y suavecitas, que si hacen tacos y quesadillas decentes. 

El palestino briago dijo que lo invitaramos a comer tacos otro día en vez de pagarle la maseca - que rifado porque le salió carísima, pero estoy pensando que mejor se la pago, jajaja. 

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HELLAS

  Como lo que más me gusta en la vida es viajar, y hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, mi respuesta a estar feliz es viajar...