domingo, 4 de julio de 2021

INCLUSIVE, SOMOS INCLUSIVOS

INCLUSIVE, SOMOS INCLUSIVOS.....


        Ayer, fui con Alarís al DHL a mandar unos papeles y el cuate que atendía, como que le faltaba un puntito de IQ y además toooodo loo hacciiiiaa coonn uunnaaa ccaaallmmmaaa y yo que de por sí soy celerina y luego que traía prisa, lo quería ahorcar. 

        Le dije a Alarís, en Español para que no se ofendiera el viejo, "Nos tocó el lento" y me dice, para asegurarse que está entendiendo bien, "Lento o rápido", le digo, "Ajá o Lento o Listo" y me puso cara de what. Le dije, "Ahorita te cuento". 

        En el coche, cuando el buen hombre tuvo a bien terminar su historia, le platiqué que una vez, comiendo en casa de mis papás estábamos platicando de alguien y el Reimon, mi santo padre, que tiene la característica de ser la persona menos políticamente correcta del mundo y decir unas barbaridades sin par, ese día si quiso ser muy educado y con cara de pena dijo "Oigan, pero ella..... es lenta?", haciendo alusión a si la occisa en cuestión padecía de sus facultades mentales.  Eb y yo, que somos un par de auténticas víboras de cascabel, nos retorcimos de risa y le dijimos que no, al menos, no tenía un diagnóstico oficial, era nadamás una persona imprudente y taruga, pero silvestre, así como cualquiera. Ahora, la expresión nos causó tanta gracia, que nos agarramos de bajada a la otra hermana que SI es lenta, pero en el sentido de que es tardona. Entonces siempre decíamos, "Nombre, es que La Flaca, es lenta", y nos partíamos de risa. Por eso al cuate este le venía de lujo el término, para ambos sentidos de la palabra. Horrible historia. 







    Antes de ayer, en el súper, también tuvimos una experiencia simpática con personas de capacidades un tanto diferentes. Resulta que en este país de cabras, en los súpers grandes, te pesan la verdura y fruta en una isla y le ponen precio, como hacían hace años en todos lados. No tienen esas cajas con báscula que hay en todos sitios. Entonces pues te formas y pones ahí todas tus cosas. 

                                            

    Había dos personas a cargo de dos básculas, pero los dos eran nuevos en la chamba, porque no se sabían los códigos de nada, y tenían que preguntar todo, pero eran, ambos, sordomudos. Entonces, ponían la fruta en la báscula. Si estaba en bolsa de papel o de tela, pues asómate a ver qué es porque el cliente no les podía decir. Por supuesto no sabían el código, entonces manoteaban al otro y  se asomaba a mirar, Nooo pues tampoco sabía. Entonces llamaban por video llamada y por señas le preguntaban a otra gente más versada en el asunto- y que sabía lenguaje a señas- sorprendentemente, ponían la clave, sacaban el tíquet.... Imagínate el tráfico y la cola que había. Para acabarla yo tengo un problemita con las bolsas de plástico- las odio- y compré un melón y una sandía chiquita, que no cabían en mis bolsitas ecológicas, entonces le indiqué al hombre que pusiera las etiquetas en la bolsa de los jitomates. Pues así le hicimos. Nada más que no se me ocurrió checar que efectivamente la etiqueta fuera correcta. Claaaro que llegué a la caja y el cajero, ajigolotonado porque ¿Como tiene aquí tres etiquetas? Pues verá jóven, es que acá viene un melón y una sandía sueltos y no traen etiqueta. Si, señora, pero acá una etiqueta dice 562 g de nectarinas. Ay, Jesús de Veracruz! A ver, aléguele a los de la verdura. Pues ahí va Alarís veloz con la etiqueta a hacerles caras a los pesadores de verduras y no sé cómo trajo la etiqueta correcta. 

 

    Le platiqué esto a uno de mis hermanos y me dijo, que me tenía una mejor. Fue a España la semana pasada, a hacer un trámite y en el aeropuerto necesitó acercarse a información a preguntar algo. Pues no el cuate que atendía era un gangoso pero de esos a los que no se les entiende absolutamente nada. Y se molestaba de que le hicieran repetir la instrucción.  El tipo, gangoso y el de Recursos Humanos un  hijo de la Gran Pu... blicación.   Tantita madre. No le podían dar otra chamba que no fuera atención al cliente al cuate.  

        Pero eso sí, bienvenido a Barajas, somos inclusivos.

        Lo peor del caso es que si me da gusto que todos tengan las mismas oportunidades por supuesto, pero yo creo que tengo una suite, amplia y cómoda, con alberca y terraza, reservada en el infierno, porque este tipo de situaciones me causan unos ataques de risa incontrolables. No me estoy riendo de la gente, me estoy riendo de la situación. Muy mal. Ya estoy grande y debiera de ser seria y consciente, pero no puedo más que explotar en carcajadas cuando pasan estas cosas. 

    En fin, viva la inclusión. Salam!


 


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HELLAS

  Como lo que más me gusta en la vida es viajar, y hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, mi respuesta a estar feliz es viajar...