LA DEFECTUOSA CDMX
Mi Ciudad…..
Tengo con la Ciudad de México una relación completamente bipolar. La quiero con
pasión y locura desenfrenada y a la vez miento madres por todos mis poros
seguido cuando estoy allí. Es como el
arte, siempre inspira emociones. No siempre positivas, pero no te deja el
corazón indiferente nunca.
Que ganas tengo
en esta primavera de correr por Reforma y ver las jacarandas. Por primera vez
en mi vida yo creo, me las voy a perder. Me gustan tanto que en mi sala en
Amman, tengo enmarcada una foto grandota de una jacaranda en flor. Extraño lo verde de mi Ciudad, si bien aquí la
primavera está con todo. Mi mamá siempre ha sido una entusiasta de las plantas
y se sabe los nombres de todas, o a lo mejor los inventa y mis hermanos y yo le
creemos, pues ni modo que no. Entonces va por la calle diciendo “Mira como
están las jacarandas, y los colorines. Esos truenos han crecido mucho. El
vecino cambió los agapandos de sus macetas. Los de la luz deberían de podar los
fresnos de por tu casa, porque luego tiran los cables con el aire….” Y así se
va como hilo de media. Nosotros no nos acordábamos como se llamaba ningún
triste árbol y entonces para darle la lata yo le decía, “Ya viste como están de
verdes los chopitos?” Pues ahora extraño los chopitos carambas.
Me encanta de mi Ciudad
su historia, que puedes admirar fácil, pues esta llena de edificios bien
conservados y de museos muy bien puestos y curados al alcance de todos. Me
fascina levantarme temprano los fines de semana, o más bien, como no puedo
dormir hasta tarde, me gusta salir a aprovechar el insomnio- y correr por Reforma
hasta la plancha del zócalo y ver salir el sol allí. Ver los edificios del
cuadro central cuando hay poca gente, babosear por las calles del centro
admirando los edificios históricos, los herrajes, meterme a ver correos,
tomarle una foto a Bellas Artes, pasar por el edificio de los Azulejos…
Disfruto muchísimo sus parques, el bosque de
Chapultepec con sus lagos, el Castillo, los caminos para correr y andar en
bici, el zoológico; los parques de Polanco, de la Condesa, los viveros de
Coyoacán, el bosque de Tlalpan, los dinamos, el Desierto de Los Leones,
Xochimilco, Milpa Alta, las rutas de bici dentro de Ciudad Universitaria, y
todas las áreas verdes que tenemos. Los parques de diversiones y museos para
los niños. La diversa y grandísima oferta gastronómica, desde restaurantes de
estrellas Michelin, hasta los changarros callejeros más hechizos, pero cada uno
con su encanto, su sabor y su sazón y para todos los gustos y presupuestos hay
cosas deliciosas. En la CDMX puedes
encontrar buenos restaurantes de muchísimas cocinas del mundo. Muchas de ellas
adaptadas y tropicalizadas a nuestro gusto, como la comida japonesa en la que
la soya se mezcla con limón y chiles toreados y mucha muy auténtica como la
comida coreana de la zona rosa. Nuestros mercados tienen un exceso de colorido
y de sabores. En la CDMX puedes encontrar de todo, cosa de buscarlo. Hay miles de cosas que hacer, ópera, teatro,
conciertos, ballet, exposiciones de arte, lucha libre, deportes, clases, cursos.
Universidades y escuelas. Tiendas de lo que quieras, desde las boutiques
elegantes y caras de Masaryk o Alta Vista y los centros comerciales grandes
hasta las tiendas de siempre en el centro y las misceláneas de la esquina, los
mercados de artesanía, las tiendas de cosas orgánicas y los puestos de
hierberos. En un mismo día puedes ver como en una película de Fellini una feria
armada al aventón en una calle de Tepito mientras pasan gentes vendiendo pizzas
en mochilas con logotipo de Domino’s y se vende la fayuca más diversa mientras
se cobran cuatro pesos por usar el baño con papel o Sección, a gusto del
usuario y en la tarde puedes ir a una fiesta elegantísima en un fraccionamiento
con club de Golf al que se entra por un túnel como a Narnia . Es como un cuadro
de Dalí, pero todo cabe dentro de mi Ciudad.
También tiene su
lado obscuro, como no. La inseguridad. Los tráficos espantosos que hacen que
llegues siempre antes de tiempo o gastes dos horas en ir a cualquier parte, el
estado de las calles todas siempre llenas de baches y hoyos. Los enormes topes.
Los policías mordelones, o los que “dirigen el tráfico” abanicando con la mano
y causan más problemas viales y el caos de tener a tanta gente en un mismo
lugar.
Le pregunté a
Alaris su opinión, como extranjero, como alguien que la vio por primera vez,
qué le llamó la atención. A lo mejor yo tengo a mi Ciudad muy vista y el ve
cosas que yo no veo. He oído que le platica a quien pregunta, lo primero sobre
el enorme tamaño de la CDMX, sobre lo verde que es, lo ordenadas que son las
calles en las colonias residenciales, lo amable que es la gente. Le llamó mucho
la atención la música que oyes en todas partes. Decía, ¿cómo hasta en la
farmacia hay música? La botarga bailadora le pareció loquísima. Y si, en la
farmacia, en el mercado, en el camión, en el metro….. Le gustó el sistema de
transporte público si bien le pareció insuficiente. El estado de las calles le
pareció increíble. Ya le había yo platicado, un día que se quejó de un mini
bache en Amman que tardaron un día en arreglar. Le dije, “Uuuuy, ya verás lo
que es amar a Dios en tierra de Apaches, ahora que conozcas México”. Creyó que estaba exagerando. Cuando vio las
trincheras que hay en México y eso que no era época de lluvias, casi le da un
ataque. Se lo dije. Los precios de los estacionamientos y el hecho de que haya
que pagar para estacionarse en todas partes le pareció un abuso, y bien mirado
si lo es. Los parquímetros le parecieron una magnífica idea, si se usara el
dinero para arreglar las calles, pero ya vio de que pata cojea nuestro
gobierno. Dice que lo que más le gustó es la gente, la amabilidad de los
mexicanos y el colorido. Que es un lugar impresionante y lleno de vida. Viva México!
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