domingo, 19 de mayo de 2024

México! México!





Una de las tantas suertes que he tenido al adelantar el viaje que tenía planeado a México para votar y ver a mi gente, es que tuve chance hoy de ir a la marcha de la "Marea Rosa".  Mis hoy caseros, que cuando adelanté el viaje me invitaron rapidamente a su casa y me han hecho sentir feliz y consentida, me invitaron a ir con ellos, en unos autobuses muy organizados que tenía la colonia donde viven . Hasta me prestaron el uniforme correcto y ahí vamos. 

La cita era temprano y como llevábamos varios veteranos en el equipo, llevábamos unos banquitos plegables por si se ofrecían. Mi papá tenía uno, y me dijo que estaba en la cajuela de su coche. Lo fuí a buscar y no estaba. Para que no diga que yo se lo "perjudiqué" le avisé que no estaba. De volada apareció.  Y allá vamos con tres bancos, el disfraz y un montón de vecinos. Lo primero que me llamó la atención es que yo era la persona menos grande del contingente. Qué pasa que solo a la gente grande nos importan estas cosas? Mi hermano dijo que no podía porque tiene niños chicos y no tenía "personal de soporte", Francisco me mandó al demonio que porque "ya para qué" y tenía otro plan. 

Llegamos después de muchas vueltas porque había cierres y cosas y el chofer no era muy ducho, y nos dejaron muy cerca de la Torre Latinoamericana, por lo que no tuvimos que caminar muchísimo para llegar al zócalo. Estuvo a reventar, a pesar del calor, de los granaderos, del solazo, de la contingencia ambiental y tantas cosas más. Había gente de todas las clases sociales, de todas las edades y condiciones físicas- gente mayor con andaderas y sillas, chavos con muletas, familias con niñitos, gente vestida de varios colores además del rosa, pues iban por varios partidos políticos, pero  cuando todos gritaban a una voz México! México! México! y cantaron el himno bajo la gran bandera del zócalo a mi me corrieron lágrimas por la cara. Siempre me ha pasado, desde chica, me emocionan esas cosas, porque México no es mío, pero yo si soy suya. Mis hijos de chicos se medio espantaban y luego se carcajeaban porque me daba sentimiento ver a los cadetes izar la banderota o cantar el himno en un estadio de futbol. 

Ahora mi México tan lastimado y tan lejos de como quisiera verlo, me puede mucho más. 

Alarís, que no vino, me pidió que le mandara todo el reporte en fotos y videos y me dijo que wow, pero que a su modo de ver, el millón de gentes que ahí estabamos, éramos pocos, y tiene razón, ya que debimos haber estado TODOS. Todos somos de México y si queremos que las cosas cambien, tenemos que por lo menos participar. Somos más los buenos que los malos, pero si estos están pudiendo con nuestro país, es porque nos dejamos. Porque "no pasa nada", porque no queremos moverle al status quo, por apáticos y por ñoños.  Yo vine a votar desde el otro lado del mundo y mi UN voto no va a hacer ninguna diferencia, pero entre muchos UNOS vamos a hacer tanta diferencia que finalmente rectifiquemos el rumbo y vayamos hacia un México como lo queremos. Va a ser un largo camino, y se necesita paciencia. No juzgar a los dos meses, nada ha cambiado! No votar "repartido" porque que susto, no ir de viaje ese fin de semana, o al partido, o a la primera comunión si no has votado. Puede que sea la última oportunidad de hacerlo y que lo que consideramos una obligación latosa, quede como un recuerdo nostálgico. Hay que ir, hay que votar, hay que estar porque hoy México nos necesita para ser el México que necesitamos. 


Me llevé, además de una insolación que ahí te encargo, el corazón lleno de Patria, los ojos y oidos llenos de mi ciudad, que me encanta: organilleros que detesto, vendedores de mil cosas con los gritos tan típicos de CDMX, folclores que nadie de otro país entendería como el señor corriendo con un saco que escurría agua: "porque voy a sacar tepache, güera", la señora de atrás de mi, que me pidió la ayudara a levantarse, para ver a Xóchitl "en persona" porque solo la veía en las pantallas. El señor que vino en Patines,  las campanas de la Catedral. 


HELLAS

  Como lo que más me gusta en la vida es viajar, y hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, mi respuesta a estar feliz es viajar...