domingo, 25 de diciembre de 2022

Feliz Navidad!

 


¿Qué es para ti la Navidad?  Creo que en general el día de hoy, para muchos de nosotros, la Navidad está cargada de recuerdos, de expectativas, de mucha carga emocional. 

No puedo hablar por los demás, pero yo de niña tuve unas Navidades de sueño siempre, porque mi abuela vivía de Navidad en Navidad y su casa se convertía en una locura navideña, con un árbol gigantesco, unas llegadas de Santa Claus épicas y unas cenas increíbles.  Tuve tres pares de abuelos, primos por todos lados, fiesta y más fiesta. Igualar eso está imposible, y cuando crecí, todas mis Navidades tenían un toque de nostalgia, de "no es igual", sobre todo cuando empiezas con que "te toca" acá o te toca allá. Siempre me sentí como que me faltaba algo y dejé de pelear mis Navidades porque aún cuando "me tocara" de mi lado, nunca era lo mismo. 
Ahora todavía está más difícil la cosa, por muchísimas razones. 
Este año decidí no ir a México, porque tengo trabajo a tope, porque igual termino estando sola o sintiéndome como el invitado "extra", así de vamos a juntarla porque no tiene donde pegar su chicle, y  la verdad es incómodo para todos.  Peero, aun cuando fue decisión mía, a más se acercaba la Navidad y veía fotos y videos de los míos a la distancia, más me iba achicopalando. 
Alarís me preguntó: ¿qué es para ti la Navidad? ¿Quieres que vayamos a misa? ¿Quieres que hagamos regalos? ¿Que hago? Le contesté que nada, que para mi la Navidad es familia. Mi familia está desperdigada por todos lados o sea que ni como ayudarme. 
    Pues, le habló a sus hermanas y entre todas compraron un pavo, que acá no muy se acostumbra comer, buscaron en internet como hacerlo, y me hicieron una cena de Navidad, con toda la familia. Se cooperaron para darme un regalo- completamente innecesario, pero la tarjeta decía: feliz Navidad, de parte de tu familia. Lloré y lloré y lloré. ¿¿Como se agradece eso?? Para ellos, musulmanes, la Navidad no se festeja, hombre, en los centros comerciales ahora ponen de pronto arbolitos, y las tiendas de cadena internacional hacen descuentos, pero mi familia vive en provincia y ni eso hay. No existe la influencia comercial y no conocen gente cristiana o sea que no saben de qué va la cosa.  Me preguntaron y yo que soy cero religiosa ahí medio les expliqué. Ya de una vez me preguntaron por el bautismo, ya que han visto el sitio del bautismo de Jesús que está acá en Jordania y no entienden porque la gente se mete al agua lodosa del río Jordán y compra las botellas de agua.  Los niños sentían que a lo mejor estaban haciendo algo malo, porque no es de su "religión". Les explicaron que para mi es una fiesta y que como somos familia, también me querían hacer montón, y pues ya todos le entraron contentos. Unos más y otros menos. Trajeron también shawarma como plan B para el que no quisiera probar el pavo porque acá son de paladar muy poco aventurero y de verdad hubo quien prefirió no. Ni que fueran percebes, jajajaja. 
Como fue de última, fue una cosa un tanto extraña: yo le dije a Alarís que yo quería comprar el pavo dos días antes porque yo ya me la sé que hay que descongelar, sazonar, y dijo que no, que sus hermanas se encargaban. 
Como nunca habían hecho un pavo y acá no los venden en pie como los borregos para las fiestas musulmanas, lo compraron la mañana del 24, congelado como piedra. Lo pusieron a remojar en agua con cebolla y limón, que aquí hacen eso con el pollo para que no huela feo y tardó todo el día en descongelarse. Entonces nos comimos los postres en la tarde  y cenamos ya tarde cuando quedó el "señor pollo" como decían.  Estuvo delicioso, muy diferente. Me preguntaron que se sirve con el pavo y yo les dije que puré de papa. Lo hicieron, pero acá lo comen frío, estaba sospechosísimo. Yo traje un puré de manzana también y los niños se lo comieron con los postres.  Lo importante fue que me supo a familia, me supo a hogar, me sentí apapachada. Me quedé dormida como perro después, en el coche como cuando era niña y llegando a mi casa. He tenido un Diciembre lleno de estrés y de broncas y entre el sentirme rodeada de cariño, y el mal del perro, solté cuerpo y perdí como borrachito, con todo y que no había tomado más que agua. 
No hay manera de agradecer un gesto así. Esta familia no deja de sorprenderme porque con todo y que soy la pieza del puzzle que no encaja, la cosa más rara que han visto y no cuadro con ninguna de sus ideas de lo que debiera ser una mujer de su familia, no dejan de tirarme buena onda cada que pueden y de hacer todo lo que pueden por y para mí. El hermano grande me defiende y cuando anda conmigo no me deja ni pagar un café, me trata como si fuera su hija y me dice que no he comido, que me siente,  me habla cuando no está Alarís para ver si necesito algo, si  tengo super, si quiero su coche. Acá así cuidan a sus hermanas y sus cuñadas, porque no suelen manejar ni ir solas a ningún sitio y me da ternura que me traten así, siendo que yo me valgo sola perfectamente, pero me dicen que no hay necesidad, que ellos están para lo que yo quiera mandar casi casi.  Los otros hermanos me hacen bromas y también me cuidan y sé que no importa la hora ni la circunstancia, si necesito algo, le entran a lo que haga falta. Es una sensación de contención y de poder muy rara. Yo que estoy acostumbrada a "yo puedo sola y no quiero molestar" a siempre contestar "bien gracias" me cuesta trabajo dejarme cuidar así.  Las niñas me consienten, me platican, me prestan a sus hijos que son lo más lindo y hasta la hermana más chica, que está enferma me anda cazando para jalonearme y darme unas apapachadas que me dejan como perro atropellado, pero me ve y se carcajea porque le da gusto. Ummi y Baba siempre me hacen sentir querida a grado que a veces me siento un poco atosigada, pero en estos casos más vale de más que de menos.  Muchas veces chocamos porque lo que para ellos es normal, a mi me parece invasivo, que si me preguntan cosas, si toman decisiones que me tocan a mi, que me quieren "ayudar" y yo me siento atropellada, pero la verdad es que son gente que cerca o lejos siempre están y que se que se mueren en la raya por hacerme feliz porque en verdad en el momento que me casé con uno de los suyos, me convertí en su familia. Me presentan como Ana Alzoubi, mi hija. Yo no los corrijo. Para mi es un gusto. 
 No es substituir, claro que no, pero es sumar.  La querencia nunca es suficiente ni exclusiva y se agradece y retribuye siempre. Mis hermanos, mis hijos, mis papás, mi familia muégano y mis amigos siempre me hacen falta, pero acá también tengo otra familia muégano, de otro sabor, también increíble. 
Feliz Navidad! 


HELLAS

  Como lo que más me gusta en la vida es viajar, y hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, mi respuesta a estar feliz es viajar...