domingo, 3 de julio de 2022

Quieeen??






En vista del horroroso departamento que había conseguido Alarís, eso si con una localización buenaza pero con los detallitos de albañilería y decoración más otros que le fueron saliendo: las dos hornillas de la triste estufa estaban conectadas a una bombona de gas que daba flamazo cuando quería, cuando no, no.  El refri congelaba la fruta y si no, tiraba agua, los cajones del closet no cerraban, todo estaba roto o a dos de romperse y me estaban dando ganas de llorar todos los días. Yo soy de necesidades pocas y sencillas, pero ese lugar de plano no tenía madre. 

El casero, con tal de no devolver el dinero, nos ofreció otro departamento mejorcito en el mismo edificio. Me sacó de la cama temprano un día: córrele vamos a verlo, pues ahí toda desgreñada y limpiándome la lagaña voy corriendo al semi-sótano donde el portero estaba haciendo la limpieza. 

Evidentemente los inquilinos se acababan de ir, porque la cama estaba deshecha, había Q tips usados en una repisa del clóset.... No quise ver más. Casi me vomito. 

Le dije a Alarís que me iba al pueblo, a Andorra o a México. Pero que eso no podía ser. 

Para acabarla esa noche acabamos de tener la bronca. Dos días antes me dijo: oye, el viernes vamos a comer a casa del compadre. Le dije, si, como no. Feliz, porque con esa estufa del diablo y sin microondas, mis posibilidades culinarias estaban muy limitadas y la comadre cocina re bien, además de que son a todo dar y sus hijos divertidísimos. 

Ya vamos llegando y Alarís empieza con los ojos pizpiretos y lo veo nervioso como perro en columpio. Dije a ver ahora con qué novedad va a salir el señor. Mire usted:  Van a venir unos amigos Saudis de Khaled. Y yo QUEEE???  O sea eso significa que qué? Te esperaste a tenerme en la puerta para decirme eso porque sabías que no hubiera venido de saberlo, verdad. Puso cara de pollo en lavadora. Me dijo, es que tengo mucho compromiso, pero si quería que vinieras porque como te voy a dejar encerrada en esa casa horrible. Uff, le dije, si, faltaba más, mejor me traes a encerrar a la cocina en una casa ajena, se vayan a ofender los Saudis por ver a una vieja.  Estaba fúrica. Por supuesto me fui y el hombre detrás mío, cruzándome en el vestíbulo con los mentados Saudis. 

Les hubiera dado hasta beso para incomodarlos. Cabrones. 

Al rato me habló el compadre todo apenado, que no me había querido ofender, que así eran las cosas a veces aquí, que por favor fuera a comer a su casa, que ya se habían ido los viejos, que me tenía guardada mi comida favorita, que a los niños les hacía ilusión.  Pues ahí vamos de regreso, yo todavía bien enojada. 

No entiendo cómo estas señoras chambean todo el día para unas visitas que piden que las escondan. Entendí porque la comadre tiene un espejo de cuerpo completo en la parte de afuera de la puerta de la cocina, desde ahí ventanea a las visitas, y una puertita como de cantina hacia el comedor para despachar la comida. Que cosa tan horrible.  Por eso no vivo acá de fijo. 

Me encantan muchas cosas, pero muchas otras, a pesar de que pasan los años, me horrorizan y ponen a Alarís entre la espada y la pared porque por ejemplo no puede ir solo a la boda de un amigo, pero yo no quiero ir porque me da la peor flojera y a estas alturas de la vida ya no hago nada que no quiera hacer. Nomás faltaba. Le autoricé a llevar de pareja a la hermana del compadre.  Cosa que les pareció a los dos fatal. No entendí porque, si igual los dos van a ir, y hay que entrar emparejado si eres hombre, pues ya está.  Total luego la estaciona con la comadre y listo. Ni bailan juntos los hombres y las mujeres y rara vez se pelan aunque sean pareja de verdad en público o sea que que le aunque ir de pareja ficticia. 

Pues después de toda la bronca, todavía al día siguiente me habla el hombre y me dice recoge todas tus chivas pero yaaa en friega porque tengo 20 minutos y nos mudamos al otro departamento que este ya vienen unos nuevos incautos. Si ya lo limpiaron, si está mejor y más grande y quién sabe que historia. Total que aviento todo a las maletas, en bolsas de super y cuando caigo en la cuenta que el plan no estaba bien pensado, voy a ver que no traigo pantalones y toda mi ropa está en las maletas. Demonios! Ya consigo unos y vamos para abajo. Dos viajes para vaciar el refri, cambiar la regadera, el gancho de las toallas y llegamos al departamento que si ya estaba limpiecito, si tiene pendiente para el agua, tiene una planchita eléctrica a la que no le tengo miedo de explosión, una lavadora en posición correcta, un refri más normal, más luz, y,  vamos al tema de la histora: una terracita que da a la calle. 

En Jordania el departamento más cotizado no es el penthouse, es el de la planta de calle porque normalmente es el que tiene un patio o jardincito, que está a todo dar.  Pero, la susodicha terracita está como medio nivel por debajo de la banqueta, bajas por una escalerita desde la calle. No suele haber bardas ni grandes cerrojos porque en Jordania nadie se roba nada. El depa tiene unas puertas corredizas de cristal, mosquitero y una cancelería de metal afuera.  También hay puerta hacia el interior del edificio.  Pues el otro día estaba yo sentada trabajando de espaldas a la terracita. Si me conoces, sabes que mi mente tiende a irse de vacaciones a donde sea que esté pensando y cuando la gente me habla al tiro pego unos brincos como de saltarín con pértiga, porque me asusto muchísimo. Yo digo que es porque estoy muy concentrada. Las malas lenguas dicen que porque estoy loca. 

La cosa es que así estaba cuando de repente alguien tocó fuerte en los barrotes de la puerta de afuera. Volteo y veo a una ñora de burqa y su hijo de unos 10 años. Me sacó un susto de infarto. Todavía me grita: Madam! Madam! Y yo, que pasó, una urgencia, una emergencia? Qué se le ofrece? Pues me dice deme dinero.  Le digo: oiga mi Árabe no es muy bueno, pero me está pidiendo dinero, me está asaltando o que le pasa? Por? Me dice es que soy Siria. Y entre el susto y la acumulación de tarjetas que se me sube lo Azteca y le digo, en un Árabe súper fluido: pues yo soy Mexicana y cuando quiero dinero trabajo. Todavía me vuelve a decir, pero es que soy Siria. Y le digo, y yo Mexicana y si no te vas te voy a enseñar como nos rifamos en mi país. 

Que pantalones, no? Entiendo que culturalmente les cause conflicto hacer ciertos trabajos, pero si no le causa conflicto meterse en una casa ajena, nomás es una cínica la señora.

Me enferma que a las mujeres acá las preparan para cocinar, para atender una casa que NO es suya. Que no las educan a valerse por sí mismas y a ser echadas para adelante. Que consideran vergonzoso que una mujer trabaje, muchas veces. Que muchas mujeres aguantan mil indignidades con tal de que "les permitan" vivir en la casa del marido o del papá, en vez de prepararse para ganarse la vida que ellas quieran vivir. 

            Criemos hijos seguros e independientes. No egoístas, pero si que sepan su propia valía y         que no dejen nunca que nadie les diga que valen menos. Entiendo que los feminismos                 extremos caen en el abuso y que también rayan en la estupidez, pero creo firmemente en         que hombre, mujer, niño, de cualquier color, religión, raza o condición social merece las                 mismas oportunidades  y sobre todo una vida digna.


Salam!

          

 

 

 

 




 

HELLAS

  Como lo que más me gusta en la vida es viajar, y hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, mi respuesta a estar feliz es viajar...