domingo, 14 de abril de 2019

EL QUE ES PERICO...


           
   Cuando era chica, en casa de mi mamá trabajaba una mujer que yo creo que se educó con Torquemada. Sus remedios caseros eran terroríficos. Te curabas porque te curabas, aunque fuera por el miedo a repetir la dosis. Que tienes tos, un jitomate asado bien caliente en el pecho, cubierto con un “pañal” de franela. Que se te infectaron las orejas por los aretes, un tomate asado también bien caliente, que queme. No importa la quemadura de tercer grado, pero a que ya se te quitó la infección. Que tienes una perrilla, un chile verde ardiendo directo al ojo. No estoy cotorreando. Obviamente esta señora, que por cierto se llamaba Ángeles, y considerando que Lucifer fue un ángel, le sentaba el nombrecito como anillo al dedo, decía que a los pericos había que darles mucho chile para soltarles la lengua.

            Bueno, pues no se si fue el habanero que le fascina a Alarís, pero finalmente parece que ya, mi cerebro y mi lengua han decidido dejarse ir con el árabe y ya hablo con fluidez, si bien con un acento sospechosísimo. Quiero pensar que no voy a ser como el padre Welch y en cuarenta años seguir hablando raro, pero por lo menos: ya soy perico verde, aquí también. Y ya se me está desocupando el disco duro para volver a chapurrear italiano y francés que hablaba un poco, pero estuve bastante ajigolotonada y mientras que nunca dejé de entenderlos bien, hablarlos me costaba mucho trabajo, me venían a la mente las palabras en árabe.
            Las idas a la escuela por supuesto en algo habrán ayudado, pero no sentí que realmente progresara mucho, las aplicaciones en el celular, las lecturas, el ver Iftahya Simsim (Plaza Sésamo en árabe) mientras hago el quehacer, todo ayudó. Lo que más me sirvió en realidad fue jugar con los niños de mis cuñadas y mis amigas que me hablan hasta que me salen ampollas en las orejas e insisten hasta que entienda. La familia de Alarís que son encantadores, pero casi ninguno habla nada más que árabe también me han ayudado muchísimo. Sobre todo cuando voy de visita sin mi intérprete de cabecera. Cuando voy sin Alarís no me queda de otra más que tratar de hacerme entender y Ummi es lo más platicador del mundo y una nimiedad como el hecho de que no hablemos un idioma común, no la detiene. Me platica de todo y me lo repite hasta que entienda o crea que entendí. En Amman la gente es tan amable que me trata de hablar siempre en inglés, y luego con esta cara, pues no me ayuda. Debería de conseguirme una burqa. También me han ayudado mucho los nuevos “elementos” que tenemos en el negocio. Tuve que quitar a un chofer por apestoso. Le pedí por favor que lavara su ropa y se lavara los dientes y me dijo, así sin más que no. Entonces pues le tuve que decir que no podía trabajar con nosotros, por más que maneja muy bien y habla bien inglés. En temporada alta, estamos muy necesitados de gente y la gente que habla inglés ya tiene chamba. Total que contraté a un chavito joven, muy bueno para manejar, con muy buena actitud de servicio y presentación, que hizo un curso de español con buenas calificaciones, pero la verdad es que a la hora de la verdad no lo habla ni lo entiende, de corrido. Por tanto, cuando viajo con el, me tengo que entender con él en árabe si o si. O sea que mis viajes se han convertido en cursos intensivos y él, según el cliente que traigamos, está aprendiendo español e inglés a marchas forzadas, porque le ha tocado trabajar con americanos, ingleses y mexicanos. Otros dos choferes con el que trabajo a veces solo habla árabe, o sea que también me tocan lecciones. Se agradecen.

            En el Centro-Sur de Jordania hay un pueblito que se llama Dana. Está en el borde de un valle, del mismo nombre, que es una reserva ecológica. El pueblito es una cosa monísima. Una antigua aldea otomana de edificitos de adobe en medio de unos huertos de frutales regados por un manantial en medio desierto y bajo la sombra de unos prismas basálticos, restos de una erupción volcánica hace millones de años.  El valle,  tiene unas diferencias de altitud importantes que hacen que el ecosistema cambie mucho y entonces la flora y la fauna son diferentes a medida que bajas. Pasas de bosque templado a un ambiente semi-árido con hienas, íbex y algunos pájaros, y al final el ambiente es completamente desértico con solo algunos roedores, reptiles y una que otra ave rapaz. Hay muchos caminos para hacer senderismo e incluso se puede llegar hasta Petra desde ahí, con burros para llevar el equipaje y con guías locales que llevan tiendas y cuerdas para bajar a rappel en ciertos lugares. Una cosa espectacular para los aventureros atrabancados. Divago, como siempre. A lo que iba, es que ahí en Dana hay un hotelito bastante cuco, con vista al valle en el que trabaja Alí, el mejor intérprete que conozco. La cosa está en que Alí no habla ningún idioma. Es sordomudo.  Es la viva prueba de que el que es perico donde quiera es verde y que querer es poder.
Cuando abrieron el hotel, que pertenece a la Royal Society for the Conservation of Nature, una oficina del gobierno que se encarga de los parques nacionales, se apersonó a pedir trabajo. Me lo mandaron por las bibsis (las cocas, acá así les dicen, porque la Pepsi entró primero al país y la P y la E no existen en árabe), con el cuento de que como iban a darle empleo a un sordomudo. Porque Ali no quería ser camarero, el quería interactuar con la gente.
            Pues el no se dejó amilanar. Todos los días se apersonaba en el hotel bien temprano, muy lavadito y peinadito y se ofrecía a ayudar en lo que fuera. Pronto la gente del hotel se dio cuenta de que es un elementazo. No solo por lo entrón y servicial, sino porque al no poder hablar como todos, se da a entender impresionantemente bien, y no importa la nacionalidad de la gente, ni su idioma de origen. Ali se comunica perfecto a base de gestos caras y ciertos sonidos guturales, risas y “ojitos”. Es un encanto y te puede tener una hora partido de risa.
            En una ocasión llevé a unos mexicanos, uno de ellos cazador y gran fan de los animales. Traía una cámara de visión nocturna y la quería poner en la barranca para ver la fauna en la noche. Ali le dijo que el lo llevaba a ponerla. Salió el cazador. Pues, Ali lo mandó de regreso a por unos zapatos decentes, que porque se iba a desbarrancar con los flip-flops que traía. Total, fueron. Cuando regresaron, se acercó con la esposa del cazador y le dijo que estuviera abusada, que su señor había puesto la cámara hacia las regaderas del hotel (que todas son con pared de cristal para que te bañes viendo hacia el valle) para ver a las señoras encueradas. Nos moríamos de risa.
En otro viaje, me quedé en otro hotel mucho más sencillito en el pueblo. La gente de Dana es encantadora y es lindo convivir. Pues había una turista japonesa, que muy animada se había lanzado sola y su alma a Jordania sin hablar ni media palabra de otra cosa que no fuera japonés. No sabemos como llegó a Dana ni quien la trajo y quería hacer algo al día siguiente que nadie entendía. Le dije al dueño del hotel que me diera dos minutos y se alistara para dar una propina. Fui corriendo a por Ali y claro que se solucionó el lío. Vino y discurrió con la japonesa y todos entendimos que la señora quería caminar al día siguiente un par de horas, ir al Castillo de Shobak y luego ir a Petra. Y todo se organizó.
Hace unos pocos días, venía de Petra con una pareja de mexicanos y atravesamos el pueblo de Nueva Dana, la parte moderna que está sobre la carretera. Al pasar por el pueblito de pronto vi a un señor con cara conocida que venía de comprar pan. Como venía distraída, platicándole a mi gente, pensé que tendría el míster una cara muy común porque no conozco a nadie ahí. A los dos minutos me cayó el veinte que era Ali. Le quise llamar la atención para saludarlo, pero ya lo habíamos pasado y aunque le toque el claxon, pues no me iba a oír, ni de broma.
Igual me dio gusto verlo. Me recordó que si el puede, yo tengo que poder. !El que es perico donde quiera es verde!

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HELLAS

  Como lo que más me gusta en la vida es viajar, y hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar, mi respuesta a estar feliz es viajar...